El Papa Francisco propuso este 3 de agosto mirar a los “santos de al lado” que responden al mal con el bien.
Así lo indicó el Santo Padre a través de su cuenta oficial de Twitter @Pontifex_es en la que destacó como modelo las personas que actúan con sencillez, aman y rezan por los enemigos.
“Veamos a los ‘santos de al lado’ que, con sencillez, responden al mal con el bien, tienen el valor de amar a los enemigos y orar por ellos”, escribió el Papa.
Veamos a los "santos de al lado" que, con sencillez, responden al mal con el bien, tienen el valor de amar a los enemigos y orar por ellos.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) August 3, 2020
En diferentes ocasiones, el Papa Francisco ha indicado que todos están llamados a la santidad, desde el día de nuestro Bautismo.
El 1 de noviembre de 2019 el Santo Padre destacó antes del rezo del Ángelus que los santos y santas “no son simplemente unos símbolos de los seres humanos lejanos e inalcanzables” sino que, por el contrario, “son personas que han vivido con los pies en la tierra; han experimentado el cansancio cotidiano de la existencia con sus éxitos y sus fracasos, encontrando en el Señor la fuerza de levantarse siempre y continuar el camino”.
Por ello, el Papa señaló que “la santidad es una meta que no se puede alcanzar únicamente contando con nuestras propias fuerzas, sino que es el fruto de la gracia de Dios y de nuestra libre respuesta a ella. Por lo tanto, la santidad es regalo y es llamada”.
En esta línea, el Santo Padre explicó que la gracia de Dios “es algo que no podemos comprar o intercambiar, sino acoger, participando así en la misma vida divina por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros desde el día de nuestro Bautismo”.
Asimismo, el Papa afirmó que la santidad “además de un regalo, es también una llamada, una vocación común a todos nosotros, a los discípulos en Cristo; es el camino de plenitud que todo cristiano está llamado a recorrer en la fe, dirigiéndose hacia la meta final: la comunión definitiva con Dios en la vida eterna”.
“La santidad se vuelve así respuesta al don de Dios, porque se manifiesta como asunción de responsabilidad. En esta perspectiva, es importante asumir un cotidiano compromiso de santificación en las condiciones, en los deberes y en las circunstancias de nuestra vida, tratando de vivir cada cosa con amor, con caridad”, concluyó entonces el Papa.
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