marzo 2019

El Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, dio esperanza a los católicos tras afirmar que Dios nunca abandona a su Iglesia a pesar de los escándalos en su interior y de la crisis moral que atraviesa el mundo occidental.

“Hoy todo es oscuro, difícil, pero independientemente de las dificultades por las que pasemos, solo hay una persona que puede venir a rescatarnos. Es la resurrección del Hijo de Dios que da esperanza en la oscuridad”, dijo el Cardenal Sarah en una extensa entrevista concedida al semanario francés Valeurs actuelles el 27 de marzo, en la que también defendió la primacía papal, el celibato sacerdotal y la importancia de la unidad cristiana.

Sarah enfatizó que la “gran misión divina” de la Iglesia es “llevar a los hombres a Cristo, que es nuestra esperanza”.

El Cardenal Sarah escribió un nuevo libro con Nicolas Diat sobre la “profunda crisis espiritual, moral y política en el mundo contemporáneo”, el cual ha sido publicado en francés y lleva por título: “Se acerca la noche y ya está cayendo el día”.

El título del libro fue tomado de una línea del Evangelio de Lucas, en el que Cristo resucitado se encuentra con sus discípulos en el camino a Emaús: “Quédate con nosotros, Señor, se acerca la noche y ya está cayendo el día”.

Al articular la confusión moral que afecta a las sociedades occidentales, el Cardenal también señaló la providencia de Dios al proporcionar pontífices que dirigen a la Iglesia en tiempos difíciles.

“Dios vio que el mundo se estaba hundiendo en una confusión fatal. Para prepararnos para esta situación, Dios nos ha dado papas sólidos”, explicó el Cardenal Sarah. Luego, enumeró los dones particulares que los últimos cuatro pontífices dieron a la Iglesia.

Dios “nos dio a Pablo VI, quien defendió la vida y el amor verdadero, a pesar de una oposición muy fuerte con la encíclica Humanae Vitae”, dijo el Purpurado.

Dios nos dio a Juan Pablo II, cuya vida misma “era un Evangelio viviente”, y enseñó que la unión de la fe y la razón son una “luz que guía al mundo hacia una verdadera visión del hombre”.

Mientras que Benedicto XVI dio un regalo al mundo enseñando con “claridad, profundidad y precisión sin paralelo”.

“Hoy, Él nos da a Francisco, que literalmente quiere salvar el humanismo cristiano. Dios nunca abandona a su Iglesia”, aseguró el Cardenal Sarah.

Cuando se le preguntó acerca de la sinodalidad, dijo: “Cristo fundó una Iglesia cuyo modo de gobierno es jerárquico. La primera persona a cargo de la Iglesia es el Papa. La primera persona a cargo de la Iglesia local es el obispo en su diócesis y no la conferencia episcopal, que es útil para intercambiar (puntos de vista), no para imponer una dirección”.

El Cardenal también advirtió que las contradicciones entre las diferentes conferencias de obispos sobre enseñanzas morales no sirven a la unidad y la fe católicas.

“Una conferencia episcopal no tiene autoridad legal o competencia en el campo de la doctrina”, señaló.

Luego, recordó a grandes obispos de la historia como San Ambrosio y San Agustín, que “no pasaron su tiempo en reuniones, comisiones y viajes constantes”, porque un “obispo debe estar con su gente, enseñar a su gente, amar a su gente”.

“La verdadera reforma tiene que ver con nuestra propia conversión. Si no nos cambiamos a nosotros mismos, todas las reformas estructurales serán inútiles. Laicos, sacerdotes, cardenales, todos debemos regresar a Dios”, agregó el Cardenal Sarah.

Más adelante, destacó las vidas de San Francisco de Asís y Santa Teresa de Calcuta, como ejemplos de reforma, que “transformaron la Iglesia al vivir el Evangelio de manera radical”.

El Purpurado dijo que la responsabilidad principal por el colapso de la fe en Occidente “debe ser asumida por los sacerdotes”. En ese contexto, recordó las décadas en que, según él, los confesionarios estaban vacíos, la liturgia se desacralizó y la doctrina no se enseñaba en las universidades y seminarios católicos.

“Claramente, hay una gran mayoría de sacerdotes que permanecen fieles a su misión de enseñar, la santificación y el gobierno. Pero también hay un pequeño número que cede a la tentación mórbida y villana de alinear a la Iglesia con los valores de las sociedades occidentales de hoy”, dijo el Cardenal Sarah.

El Cardenal Sarah defendió el celibato en el sacerdocio, calificándolo como una de las “mayores riquezas de la Iglesia”.

“El abandono del celibato agravaría aún más la crisis de la Iglesia y disminuiría la posición del sacerdote, quien está llamado a ser no solo otro Cristo, sino un Cristo pobre, humilde y soltero”, acotó.

Finalmente, el Cardenal también enfatizó la importancia de una comunidad unida para enfrentar los desafíos del mundo secularizado, que a menudo se opone al “camino de Cristo”.

“De ahora en adelante, para defender nuestra creencia, para ser sólidos, debemos apoyarnos unos a otros en la fe, caminar como una comunidad unida alrededor de Cristo”, concluyó.

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En la entrevista difundida este 31 de marzo por el canal español La Sexta, el Papa Francisco aseguró que siente “mucho dolor” y no llega a entender a quienes cierran la puerta a los migrantes.

Consultado sobre qué le pasa por la cabeza al saber de quienes se niegan a acoger a los migrantes, el Santo Padre dijo que “por la cabeza nada, no entiendo. Por el corazón, mucho dolor”.

“No entiendo la insensibilidad, o no entiendo la injusticia”, dijo. “Injusticia de guerra, injusticia de hambre, injusticia de explotación, que hace que una persona migre buscando cosas mejores. Y la injusticia de quien le cierra la puerta”.

Para el Papa, “la actitud fundamental” que se debe tener frente a los migrantes “es el corazón abierto, porque incluso es la actitud cristiana, la de la Biblia. Ya en el Antiguo Testamento, en Deuteronomio (dice) recibirás y tratarás bien al migrante, porque no te olvides que vos fuiste migrante en Egipto”.

“El humano tiene que tener el corazón abierto”, insistió.

El Santo Padre señaló además que “el primer paso es recibir, el segundo es acompañar, el tercero es promoverlo al migrante y para integrarlo, el cuarto paso”.

“Si no se dan estos cuatro pasos, el recibir es incompleto: lo recibís y lo dejás en la calle y sigue siendo migrante explotado”.

El Papa precisó sin embargo que “también un país tiene que preguntarse sobre la capacidad de estos cuatro pasos. El solo recibir y dejarlos en la calle es horrible, es una falta de respeto grande a la persona. Entonces si yo no puedo recibirlos con todo esto, y ahí está la unión de los países, que va más allá de la Unión Europea. Países que no están en la Unión Europea están recibiendo”.

Incluso, señaló, países pobres “se las arreglan para recibir e integrar a su manera”.

El Santo Padre lamentó que “la Madre Europa se volvió demasiado abuela, ¿viste?, se envejeció de golpe”, y subrayó que el problema de más grande de ese continente “es que se olvidó cuando después de las guerras sus hijos iban a golpear las puertas de América, América del Norte, América del Sur, se olvidó”.

“Junto a eso, el problema es que no crece. Estamos viviendo un invierno demográfico grave. No sé en España qué índice de crecimiento tienen, acá estamos bajo cero, en Italia. Entonces qué hacemos. Es grave el problema de Europa, como que se ha ensimismado, no tienen hijos, no recibe migrantes”.

El Papa criticó además la retención en el puerto de Barcelona de un barco de la fundación Open Arms, que rescata migrantes náufragos en el Mediterráneo, desde enero de este año por parte de gobierno español.

“Me parece mal”, dijo, y “una injusticia muy grande, porque ¿para qué se hace? Para que (los migrantes que habitualmente rescatan) se ahoguen”.

Luego se refirió al muro que construirá el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su frontera con México. “El que levanta un muro termina prisionero del muro que levantó, eso es ley universal”, aseguró.

“Y eso se da en el orden social y en el orden personal. Si vos levantás un muro en tu persona, terminás prisionero de ese muro que levantaste. Sí, defiendo mi autonomía, sí, pero te quedás solo como un hongo”.

“La alternativa son los puentes, levantar puentes”, señaló.

Al ser consultado por el cerco con filos cortantes que separa el sur de España de Marruecos, para evitar que los migrantes africanos crucen a Europa, el Papa dijo que “pienso que si mi mamá o mi hijo o mi hermano necesitado y todo se arriesga a pasar y le pasa eso, lo viviría con mucho dolor. Y cada uno de los que hace eso es mi madre, mi hijo, mi hermano”.

“Es tal la inconciencia que parece lo más natural, nos hemos acostumbrado a esto. El mundo se olvidó de llorar. Esto es lo más inhumano que hay. Esto demuestra hasta dónde es capar de descender la humanidad de una persona”, dijo.

A los católicos que se oponen a la inmigración, les alentó a “que lean el Evangelio y que sean coherentes”.

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En el vuelo de regreso de Marruecos a Roma, el Papa Francisco criticó la “superficial condena mediática” contra los sacerdote acusados de abusos sexuales sin respetar la presunción de inocencia, y por tanto sin que el delito haya sido probado, arruinando la vida de los presbíteros que son declarados inocentes.

Al ser consultado sobre el caso del Cardenal francés Philippe Barbarin, cuya renuncia no aceptó hace unos días, el Papa explicó que su decisión “es importante porque va contra la superficial condena mediática. ‘Ah, has hecho esto’, pero mira ¿qué cosa dice el juez? ¿Qué dice la jurisprudencia mundial? Que si una causa está abierta está la presunción de inocencia. Tal vez no es inocente, pero está la presunción”.

“Muchas veces… una vez he hablado del caso de España, donde la condena mediática arruinó la vida de algunos sacerdotes que luego fueron juzgados inocentes. Antes de hacer una condena mediática, piénselo dos veces”, agregó este 31 de marzo.

En la rueda de prensa que concedió en el vuelo papal, el Santo Padre respondió así a una pregunta sobre “el Cardenal Barbarin, hombre de Iglesia, que ha presentado su dimisión” al cargo de Arzobispo de Lyon.

El 7 de marzo el Cardenal Barbarin anunció a la prensa su decisión de dimitir al cargo, luego que un tribunal francés lo condenó a seis meses de prisión, exentos de cumplimiento, por no denunciar los abusos sexuales contra menores cometidos por un sacerdote en las décadas de 1970 y 1980.

El Purpurado, que se ha declarado inocente, comunicó su decisión personalmente al Papa el 18 de marzo durante una reunión privada en el Vaticano. Sin embargo, el Santo Padre no le aceptó la renuncia.

En el vuelo de regreso de Marruecos, Francisco dijo que “yo no puedo aceptarla moralmente porque, jurídicamente, también en la jurisprudencia mundial, clásica, está la presunción de inocencia durante el tiempo en que la causa esté abierta”.

“Él ha apelado y la causa está abierta. Luego, cuando el segundo tribunal dé la sentencia, veremos qué cosa sucede, pero siempre tener la presunción de inocencia”, indicó el Papa.

El Pontífice explicó que el Cardenal francés “ha dicho ‘me retiro, me despido voluntariamente y dejo al vicario general gestionar la arquidiócesis hasta que el tribunal dé la sentencia final”.

Aunque el Santo Padre no aceptó la renuncia del Cardenal, este decidió retirarse voluntariamente del gobierno de la Arquidiócesis de Lyon que dejó a cargo del vicario general, P. Yves Baumgarten.

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En diálogo con el periodista español Jordi Évole del canal La Sexta, el Papa Francisco explicó que su interés en la lucha contra los abusos sexuales por parte del clero no es “ocupar espacios” en la prensa, sino “iniciar procesos sanadores”.

El Santo Padre se manifestó además a favor de denunciar ante las autoridades los casos de abusos, y recordó que “eso es lo que salió en la cumbre”.

Ante los críticos y desencantados por las conclusiones de la cumbre que convocó en febrero de este año para abordar el drama de los abusos sexuales por parte del clero, el Papa dijo que “los entiendo”, pues “uno busca a veces resultados que sean hechos concretos en el momento”.

“Por ejemplo, si yo hubiera ahorcado 100 curas en la Plaza San Pedro, abusadores: qué bien, ya hay un hecho concreto. Hubiera ocupado espacio. Y mi interés no es ocupar espacio, sino iniciar procesos sanadores”, señaló.

“Las cosas concretas de la cumbre fueron iniciar procesos y eso lleva su tiempo”, reiteró.

Sin embargo, insistió que “de todas maneras comprendo a la gente que se ha quedado insatisfecha, porque cuando hay un error de por medio vos tenés que callar, rezar, llorar, acompañar y punto”.

“Pero iniciar procesos es la manera para que sea irreversible la cura. Si vos hoy ocupás un espacio, pasa el tiempo se va la noticia y mañana se repite la cosa”, señaló.

El Papa también destacó que desde que explotaron los escándalos en Boston, Estados Unidos, en 2002, la mentalidad de encubrimiento que existía en la Iglesia frente a los abusos sexuales ha cambiado.

La forma de pensar en el pasado, dijo, era “cubrir, tapar, evitar males futuros”, pero “la misma estadística, por ejemplo, esas que han tomado en algunos lugares de 70 años hasta acá, vos te das cuenta que desde la época de Boston en adelante disminuyen notablemente, pero notablemente las cosas en la misma Iglesia”.

“Eso quiere decir que se ha tomado una conciencia distinta, un modo de proceder distinto”.

Con los casos de abusos, dijo, “al cubrir, se propaga”. Pero “una vez que entra la cultura del destape, las cosas no se propagan”.

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El hermano Jean Pierre Schumacher es el último superviviente del asesinato de los monjes cistercienses del Monasterio de Tibhirine (Argelia), actualmente tiene 95 años y todavía recuerda la unidad que se vivía en el monasterio.

En el año 1996, durante las revueltas de Argelia, un grupo de terroristas entraron en el monasterio de Tibhirine y secuestraron y asesinaron a 7 de sus compañeros.

El hermano Jean Pierre se salvó porque era el portero del monasterio y los asaltantes no entraron en la portería, sino que fueron directamente al interior del convento para secuestrar a la comunidad. También se salvó otro monje, el P. Amédée, que falleció recientemente.

El hermano Jean Pierre ahora vive en el monasterio de Notre-Dame del Atlas Kasbah Myirem, en Midelt (Marruecos), por eso participó en el encuentro con religiosos, sacerdotes y personas consagradas en la catedral de Rabat (Marruecos) presidido por el Papa Francisco.

En unas declaraciones tras el encuentro con el Papa, el hermano Jean Pierre aseguró que lo que más recuerda de sus hermanos en Tibhirine es “la vida en comunidad, la unidad y la vida juntos. La comunidad era la principal preocupación del P. Christian de Chergè y Luc”.

El P. Christian de Chergè era el superior del monasterio de Tibhirine.

Los 7 religiosos asesinados en 1996 fueron beatificados el pasado 8 de diciembre en Orán (Argelia). Fue la primera y única beatificación que se ha celebrado en este país en su historia.

En ese sentido, el hermano Jean Pierre explicó que “ese día fue tremendamente importante sobre todo porque con su beatificación, los hermanos se unían a tantos mártires de Argelia”.

Además, afirmó que “el mensaje de estos mártires para el mundo es, como ha dicho el Papa, vivir la fraternidad universal, sobrepasar las diferencias y trabajar juntos por el bien”.

La cruz erigida en la Misa de clausura que el Papa Francisco celebró en el estadio Moulay Abdullah de Rabat, es una réplica de la que se encontraba en el monasterio de los mártires de Tibhirine.

“Esta cruz es fruto de la inspiración de todos los hermanos, pero fue realizado por el P. Christian, que quería un Jesús vivo en el crucifijo y que hace referencia a los misterios de la Cruz”, afirmó. 

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En la entrevista con el periodista español Jordi Évole, difundida este 31 de marzo por La Sexta, el Papa Francisco recordó que el Vaticano medió “varias veces” para lograr la paz en Venezuela.

El Santo Padre señaló que “la Santa Sede medió”, pero él no hizo “juicio de valor, eso claro,  personalmente”.

“Sí hablé con (el expresidente de España, José Luis) Rodríguez Zapatero cuando ya la cosa estaba por terminar”.

“De acá de la Santa Sede fueron dos. Primero fue Mons. (Emil Paul) Tscherrig y luego Mons. (Claudio Maria) Celli. Estuvo en el grupo de mediación y bueno la cosa fracasó, no anduvo”, lamentó.

Sin embargo, el trabajo de mediación en Venezuela no quedó ahí. “Después hubo conatos de la Santa Sede. Incluso hubo comunicaciones de la Secretaría de Estado, no es ‘nunca’, ni fue tampoco una sola vez, fueron varias veces de mediaciones”.

“Y después mediaciones discretas, extraoficiales, puentes que han ayudado un poquitito, pero no se ha terminado de resolver eso”, dijo.

El Papa también se pronunció sobre dos sus audiencias con Nicolás Maduro, gobernante venezolano.

“Es difícil hacerte una opinión de una persona en 40 minutos la primera vez y la segunda media hora”, dijo, pero recordó que él estaba “muy convencido de los suyo, ¿no? Lo recibí antes de que se agudizara la cosa”.

Consultado sobre si preferiría tomar un café con Maduro o con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el Santo Padre aseguró que “con los dos”.

Sobre la visita que recibió de Trump en el Vaticano, el Papa dijo que se trató de un encuentro muy corto y protocolar.

“Tiene su proyecto y su plan”, dijo, pero reiteró que “fue muy protocolar y muy corta” la visita.

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El Papa Francisco habló sobre la homosexualidad en su entrevista con el periodista español Jordi Évole, transmitida hoy por el canal La Sexta, y reflexionó sobre si es o no pecado.

Consultado por la frase “¿quién soy yo para juzgar?”, el Santo Padre precisó que “las tendencias no son pecado. Si vos tenés tendencia a la ira no es pecado. Ahora, si sos iracundo y hacés daño a la gente, el pecado está ahí”.

El pecado es actuar, de pensamiento, palabra y obra, con libertad, una tendencia”, dijo.

En efecto, tal como señala el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 2358, “un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba”.

“Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición”, añade el Catecismo, que indica a línea siguiente que “las personas homosexuales están llamadas a la castidad”.

El Santo Padre también se refirió a unas declaraciones suyas en el vuelo papal de retorno de Irlanda a Roma en agosto de 2018, en que aconsejó a los padres de niños que muestren aparente tendencia homosexual recurrir a un psiquiatra.

Toda persona tiene derecho a tener un padre y una madre, a tener un hogar. Y un padre y una madre tienen derecho a tener un hijo, venga como venga el crío o la cría. Si hay un caso de homosexualidad, yo comprendo que la familia eso provoca dolor, por la cultura actual todas esas cosas. Pero dialogo, dialogo, vos sos papá y mamá, vos sos hija o hijo, pero nunca se echa del hogar a una persona porque tenga tendencia homosexual”.

En esa ocasión, dijo el Papa, “hice una distinción: otra cosa es cuando la persona es muy joven, muy pequeña y empieza a mostrar síntomas raros y ahí conviene ir… y yo dije ‘psiquiatra’. En ese momento te sale la palabra que te sale hablando un idioma que no es el tuyo”.

A lo que se refería, explicó, es que se debe “ir a un profesional, a un psicólogo, que más o menos vea a qué se debe eso antes del diagnóstico”.

“Los medios publicaron el Papa manda a los homosexuales al psiquiatra, y no vieron lo otro. Y eso es mala entraña”, indicó.

“Estoy hablando de un chico que se está desarrollando, los papás empiezan a ver cosas raras. Consulten por favor y vayan a un profesional y ahí se verá a qué se debe, puede ser que no sea homosexual, que se deba a otra cosa”, dijo.

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Este domingo 31, durante el vuelo que lo llevó a Roma luego de su visita a Marruecos, el Papa Francisco concedió una conferencia de prensa en la que reiteró su preocupación por la situación de los migrantes y la construcción de muros, así como sobre la relación con el islam, entre otros temas.

A continuación el texto completo de la rueda de prensa:

Papa Francisco:

Les agradezco por la compañía, el viaje, su trabajo, que ha sido muy esforzado porque han habido muchas cosas en un día y medio. Gracias por su trabajo y ahora estoy a vuestro servicio.

Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede Alessandro Gisotti:

Como siempre y es tradición comenzamos con los medios locales, Siara Taufichi. Usted puede hacer la pregunta en inglés o en francés, como prefiera.

Siham Toufiki - MAP:

Hay momentos que han sido muy fuertes y mensajes importantes. Hubo un acontecimiento excepcional y un hecho histórico que el pueblo marroquí recibió calurosamente. La pregunta es ¿cuáles son los frutos para el futuro, de esta visita para la paz en el mundo y el asunto de la coexistencia del diálogo y las culturas?

Papa Francisco:

Yo diré que ahora están las flores, los frutos se verán después. Pero las flores son prometedoras. Estoy contento, porque en estos dos viajes he podido hablar de cosas que me tocan muchos en el corazón, que son la paz, la unidad, la fraternidad. Incluso con los hermanos musulmanes y musulmanas, hemos resaltado esta fraternidad en el documento de Abu Dhabi y aquí en Marruecos con esto que todos hemos visto: una libertad, una acogida, todos hermanos, con un respeto muy grande.

Y esto es una bella flor, una bella flor de coexistencia, una bella flor que es prometedora, que puede dar frutos. No nos debemos preocupar, es cierto, habrá aún dificultades, muchas dificultades, porque por desgracia hay grupos intransigentes. Y esto quiero decirlo claramente: en toda religión siempre hay grupos integralistas, que no quieren ir adelante, que viven de recuerdos amargos, de luchas pasadas, y siguen buscando la guerra, y siembran el temor. Hemos visto que es más lindo sembrar la esperanza, ir con el hermano siempre adelante.

Hemos visto en el diálogo con ustedes aquí en Marruecos que se quieren puentes, sentimos dolor cuando vemos a las personas que prefieren construir muros. ¿Por qué tenemos dolor? Porque los que construyen muros terminarán siendo prisioneros de los muros que construyen. En cambio, los que construyen puentes, van adelante.

Para mí construir puentes es algo que va casi más allá de lo humano, porque requiere un esfuerzo muy grande. A mí me tocó mucho una frase del escritor Ivo Andrich, de una de sus novelas, “El puente sobre el Drina”, en la que dice que el puente es hecho por Dios con las alas de los ángeles, para que los hombres comuniquen las montañas, las playas de un río, para que los hombres puedan comunicarse.

El puente es para la comunicación humana y esto es bellísimo y esto lo he visto aquí en Marruecos. Es bellísimo. En cambio, los muros están contra de la comunicación, están para el aislamiento, se convertirán en prisioneros de esos muros.

Entonces, los frutos no se ven todavía, se ven las flores que darán fruto. Vayamos adelante así. Gracias

Gissoti:

Santo Padre, otra pregunta de un medio de Marruecos. Nadia Hammouchi, Radio 2M.

Nadia Hammouchi - Radio 2M:

Su Santidad, usted ha estado durante dos días entre el islam, usted es el líder de la Iglesia Católica, se ha encontrado con el rey de Marruecos que es creyente. Ha conversado sobre la necesidad del acercamiento entre las religiones y las culturas, también ha firmado documentos para hacer cosas concretas en este sentido. ¿En qué sentido esta visita, con todos estos acontecimientos importantes que ha tenido, refuerza este diálogo y la cercanía personal entre el jefe de la Iglesia Católica y la comunidad de los creyentes en Marruecos?   

Papa Francisco:

Siempre que hay diálogo fraterno hay una relación en varios niveles. Permítame una imagen: el diálogo no puede ser de laboratorio, tiene que ser humano. Y que sea humano quiere decir que se hace con la mente, con el corazón, con las manos. Así se hacen y se firman los pactos, por ejemplo el común acuerdo sobre Jerusalén. No fue hecho por la autoridad de Marruecos y otra del Vaticano, sino por hermanos creyentes que sufren viendo esta ciudad de la esperanza todavía que no es universal como todos queremos. Todos queremos esto: judíos, musulmanes y cristianos.

Todos queremos esto, por eso hemos firmado este deseo, más que un acuerdo es un deseo, un llamado a la fraternidad religiosa que está simbolizada en esta ciudad que es de todos nosotros, todos somos ciudadanos de Jerusalén, todos los creyentes. No sé si esta era la pregunta que me ha querido hacer.

Me ha gustado también el encuentro con algunos líderes religiosos respetuosos y con intención de dialogar. Vuestros líderes religiosos son fraternos, son abiertos. Esta es una gracia. Sigamos adelante en este camino.

Nicolás Seneza - La Croix:

Buenas noches Santo Padre. Ayer el rey de Marruecos dijo que protege a los judíos marroquíes y a los cristianos de otros países que viven en Marruecos. La pregunta es por los musulmanes que se convierten al cristianismo. Quiero saber si le preocupan estos hombres y mujeres que se arriesgan a ser encarcelados o, como en otros países musulmanes como los Emiratos que usted ha visitado, la muerte. También otra pregunta sobre el Cardenal Barbarin que ha nacido en Rabat. Esta semana el concilio de la diócesis de Lyon han votado casi unánimemente para que se encuentre una solución durable para su retiro, recordando su destino judicial. Quiero saber si es posible para él, en el marco de la sinodalidad de la Iglesia, de escuchar este llamado de una diócesis con esta situación difícil.

Papa Francisco:

Puedo decir que en Marruecos hay libertad de culto, hay libertad religiosa, hay libertad de pertenencia a un credo religioso. Luego, la libertad siempre se desarrolla, crece, piensa tú, si nosotros los cristianos, hace 300 años, si teníamos esta libertad que tenemos hoy. La fe crece en la conciencia, en la capacidad de entenderse a sí misma.

Un monje de ustedes, francés, Vincenzo Delerin, del siglo ocho o nuevo, acuñó una expresión bellísima para explicar cómo se puede crecer en la fe, explicar mejor las cosas, crecer también en la moral, pero siempre siendo fiel a las raíces.

Y él dijo tres palabras, pero que marcan el camino. Dijo que crecer en la explicitación de la conciencia, de la fe y de la moral, tiene que ser utanis consolidetur dilatetur tempore sublimetur aetate. Es decir, el crecimiento debe ser consolidado en los años, extendido en el tiempo, pero es la misma fe, y sublimada con los años.

Así se entiende, por ejemplo, que nosotros hoy hemos quitado del Catecismo de la Iglesia Católica la pena de muerte. Hace 300 años se quemaba vivos a los herejes, porque la Iglesia ha crecido en la conciencia moral, en el respeto de la persona.

La libertad de culto crece también. Nosotros también tenemos que seguir creciendo. Hay gente, católicos que no aceptan lo que el Concilio Vaticano II ha dicho sobre la libertad de conciencia y de culto. Católicos. Nosotros también tenemos este problema.

Los hermanos musulmanes también crecen en la conciencia y algunos países no comprenden bien o no crecen como otros. En Marruecos sí hay este crecimiento.

En este marco está el problema de la conversión. Algunos países aún no la ven, no sé si está prohibida, pero la práctica está prohibida. Otros países como Marruecos no hacen este problema. Son más respetuosos, abiertos, buscan cierto modo de actuar con discreción. Otros países con los que he hablado dicen que no tienen problema, pero prefieren que el bautismo lo hagan fuera del país y que vuelvan como cristianos. Son modos de progresar en la libertad de conciencia y la libertad de culto.

Pero a mí me preocupa otra cosa: el retroceso de nosotros los cristianos, cuando cortamos la libertad de conciencia. Piensa en los médicos en los hospitales, donde los médicos no tienen derecho a la objeción de conciencia por ejemplo para la eutanasia. ¿Cómo, la Iglesia ha ido adelante y ustedes países cristianos van hacia atrás? Piensen en esto porque es verdad. Hoy, nosotros los cristianos corremos el riesgo que algunos gobiernos cristianos nos quiten la libertad de conciencia, que es el primer paso para la libertad de culto.

No es fácil la respuesta pero no acusemos a los musulmanes, acusemos también a nosotros, a estos países donde sucede esto. Nos debe avergonzar..

Luego, sobre el Cardenal Barbarin, hombre de Iglesia, ha presentado su dimisión y yo no puedo aceptarla moralmente porque, jurídicamente, también en la jurisprudencia mundial, clásica, está la presunción de inocencia durante el tiempo en que la causa esté abierta. Y él ha apelado y la causa está abierta. Luego, cuando el segundo tribunal dé la sentencia, veremos qué cosa sucede, pero siempre tener la presunción de inocencia.

Esto es importante porque va contra la superficial condena mediática. “Ah, has hecho esto”, pero mira ¿qué cosa dice el juez? ¿qué dice la jurisprudencia mundial? Que si una causa está abierta está la presunción de inocencia. Tal vez no es inocente, pero está la presunción.

Muchas veces… una vez he hablado del caso de España, donde la condena mediática arruinó la vida de algunos sacerdotes que luego fueron juzgados inocentes. Antes de hacer una condena mediática, piénselo dos veces. No sé si he respondido.

Él ha preferido honestamente, ha dicho ‘me retiro, me despido voluntariamente y dejo al vicario general gestionar la arquidiócesis hasta que el tribunal dé la sentencia final. ¿Entendido? Gracias.

Cristina Cabrejas - Efe:

En el discurso de ayer a las autoridades ha dicho que el fenómeno migratorio no se resuelve con las barreras físicas. Aquí en Marruecos, España ha construido dos barreras, con armas punzantes para los que quieran superarla. Usted ha conocido a alguno de ellos en estos encuentros. El presidente Trump dice que quiere cerrar la frontera e incluso quitar la ayuda a tres países centroamericanos. ¿Qué les dice a estos líderes, a estos gobernantes que defienden, todavía, estas decisiones?

Papa Francisco:

Antes que nada, recuerdo lo que he dicho hace un momento: los constructores de muros, sean de alambre con cuchillos, o con ladrillos, serán prisioneros de los muros que hacen. Primero. Cualquier cosa, la historia dirá.

Segundo: Jordi Évole, cuando cuando me hizo la entrevista, me hizo ver un pedazo de ese filo con los cuchillos. Te digo sinceramente, yo me he conmocionado, y después de que él se fue, lloré. He llorado porque no entra en mi cabeza, en mi corazón, tanta crueldad. No entra en mi cabeza, en mi corazón, ver ahogarse gente en el Mediterráneo en lugar de hacer un puente a los puertos. No entra.

Este no es el modo de resolver el grave problema de la migración. Yo entiendo, un gobierno con este problema tiene una papa caliente en las manos, pero lo debe resolver de otra manera, humanamente.

Cuando vi ese filo con cuchillos, me parecía que no podía creerlo.

Una vez tuve la posibilidad de ver un film en la cárcel de refugiados que regresan, que son enviados de vuelta. Cárceles no oficiales, cárceles de los tratantes de carne, los traficantes. SI quieres te los puedo enviar pero hacen sufrir.

A las mujeres y a los niños los venden, quedan los hombres. Y las torturas que se ven filmadas ahí son para no creer. Es un film hecho a escondidas por los servicios.

Yo no dejo entrar. Es verdad porque no tengo lugar, pero hay otro países, está la humanidad de la Unión Europea. Se debe hablar en toda la Unión Europea.

“No los dejo entrar, los dejo ahogarse ahí o los mando de regreso sabiendo que muchos caerán en las manos de estos traficantes que venderán a las mujeres y niños, y matarán o torturarán para hacer esclavos a los hombres”. Esto está filmado y a su disposición.

Una vez hablé con un gobernante, un hombre a quien yo respeto, y diré el nombre: con Alexis Xsipras, y hablando de esto y de los acuerdos de no dejarlos entrar, él me ha explicado las dificultades, pero al final me habló con el corazón y me dijo esta frase “Los derechos humanos son primero que los acuerdos”. Esta frase se merece el Premio Nobel.

Michael Schramm - ARD Roma:

Usted combate desde hace años por ayudar a los inmigrantes como en los últimos días en Marruecos. La política europea va en la dirección opuesta. Europa se convierte en un bastión contra los migrantes. Esta política respecto a la mayoría de electores, la mayoría de electores son cristianos católicos. ¿Usted cómo se siente con esta situación?, con esta triste situación.

Papa Francisco:

Es cierto que tanta gente de buena voluntad, no solo católicos, está un poco presa del temor, que es la prédica usual del populismo. El miedo, se siembra miedo y después se toman las decisiones. El miedo es el inicio de las dictaduras. Vayamos un siglo atrás, a la caída del imperio de Weimar (Alemania). Esto lo repito mucho, Alemania necesitaba una salida, y con promesas y miedos, Hitler fue para adelante. Conocemos el resultado. Aprendamos de la historia. Esto no es nuevo. Sembrar miedo es recoger maldad, y también esterilidad. Pensemos en el invierno demográfico de Europa. También nosotros que habitamos Italia, bajo cero. Piensen en la falta de memoria histórica, Europa fue hecha de migraciones, esta es su riqueza. Pensemos en la generosidad de los países que hoy tocan a la puerta de Europa. Con los migrantes europeos del 84 del sur.

Piensen en después de las dos guerras, con los migrantes en masa (hacia) América del Norte, América del Sur. Mi padre fue para allá en la postguerra. La acogida. Que Europa un poco de gratitud, puede tener.

Es cierto que, para ser comprensivos diré dos cosas: es verdad que el primer trabajo que tenemos que hacer es buscar que las personas que migran por guerra o hambre, no tengan esta necesidad. Pero si Europa, así de generosa, vende las armas a Yemen para matar a los niños, ¿cómo hace Europa para ser coherente? Lo digo como ejemplo, pero Europa venden las armas.

Después está el problema del hambre, la sed. Si Europa quiere ser “la madre Europa” y no “la abuela Europa”, debe invertir, debe buscar inteligentemente ayudar a levantar con la educación, con inversiones, y esto no es mío, lo dijo la canciller Merkel, una cosa que ella lleva bastante adelante.

Impedir la migración pero no por la fuerza, sino por la generosidad, la inversión educativa, económica, etc. Esto es muy importante.

Lo segundo, es verdad que un país no puede recibir a todos, pero esta toda la Europa para distribuir a los migrantes. Porque la acogida tiene que ser con el corazón abierto, después acompañar, promover e integrar. Si un país no puede integrar, tiene que pensar rápido en hablar con los otros países: ¿Tú cuántos puedes integrar? Para dar una vida digna a la gente.

Otro ejemplo que yo lo viví en carne propia en el tiempo de la dictadura del Operativo Cóndor en Argentina, Chile y Uruguay. Fue Suecia la que recibió con una generosidad impresionante. Aprendían pronto el idioma, encontraban trabajo, casa. Ahora se siente en Suecia un poco la dificultad para integrar y lo dice, pide ayuda.

Cuando yo fui a Lund el año pasado me acogió el Primer Ministro, pero en la ceremonia de bienvenida había una joven ministra, creo que de Educación, era un poco mestiza ¿Por qué? Porque era hija de una sueca y un migrante africano. Así integra un país que yo pongo como ejemplo.

Pero para esto se necesita generosidad, hace falta ir adelante. Con el miedo no iremos adelante, con los muros permaneceremos cerrados en estos muros. Estoy haciendo una prédica, discúlpame.

Cristiana Caricato - TV2000:

Santo Padre, usted apenas ha hablado del miedo, del riesgo de dictaduras que este temor pueden generar. Hoy un ministro italiano en referencia al Convenio de Verona ha dicho que más miedo que de la familia debe haber miedo al islam. Según él estamos en riesgo de dictadura en nuestro país, según usted es fruto del prejuicio, del desconocimiento. ¿Qué cosa piensa sobre esto? Usted denuncia con frecuencia las acciones del diablo, lo ha hecho recientemente, me parece que en el último periodo ha estado muy activo, también en la Iglesia. Según usted, qué se necesita para contrarrestarlo, sobre todo por el escándalo de la pedofilia, ¿bastan las leyes? Por qué así está activo el diablo en estos momentos.

Papa Francisco:

Buenísimo, gracias por la pregunta. Un periódico, después de mi discurso al final del encuentro con los presidentes (de los episcopados del mundo) ha dicho: “El Papa ha estado avispado. Primero ha dicho que la pedofilia es un problema mundial, una plaga mundial, después ha dicho algo sobre la Iglesia, y al final se ha lavado las manos y ha echado la culpa al diablo”. Un poco simplista, ¿no? Aquel discurso es claro.

Un filósofo francés en los años 70s había hecho una distinción que a mí me ha dado mucha luz, se llamaba (Ininteligible). Me ha dado una luz hermenéutica. Él decía “para comprender una situación se necesita dar todas las explicaciones y después buscar las significaciones, qué cosa significa socialmente, personalmente o religiosamente”. Y yo busco de dar todas las explicaciones, y también las medidas de las explicaciones, pero hay un punto en el que no se entiende sin el misterio del mal. Piensa en esto: La pedopornografía virtual. Hubo dos importantes encuentros, uno en Roma y uno en Abu Dhabi. Yo me pregunto: ¿Cómo esto se ha convertido en algo cotidiano? ¿Cómo puede ser -estoy hablando de estadísticas serias-, que si quieres ver un abuso sexual de un menor en vivo, lo puedes ver con la pedopornografía virtual, te lo hacen. No digo mentiras, está en las estadísticas. Yo me pregunto, los responsables del orden público, ¿no pueden hacer nada?

Nosotros en la Iglesia haremos de todo para terminar con esta plaga. Y en ese discurso di medidas concretas, que ya estaban antes del encuentro cuando los presidentes de las conferencias me dieron ese elenco (de medidas) que les di a todos ustedes.

Los responsables de esta porquería, ¿son inocentes? Aquellos que ganan dinero con esto. En Buenos Aires, una vez con dos parlamentarios de la ciudad, no del gobierno nacional, habíamos hecho una ordenanza, no es una ley, sino una disposición no vinculante para los hoteles de lujo, donde se decía que pusieran en la recepción que en este hotel no se permiten las relaciones con menores. Ninguno quiso colocarlo. “No, no se puede, porque parece que somos sucios. Se sabe que nosotros no lo hacemos…”, pero sin el cartel.

Un gobierno, por ejemplo, ¿no puede individualizar dónde se hacen estos videos con los niños? Todos filmados en vivo. Esto para decir que la plaga mundial es grande, pero para decir también que esto no se comprende sin el espíritu del mal. Es un problema concreto, debemos resolverlo concreto, pero decir que es el espíritu del mal.

Para resolver esto hay dos publicaciones que recomiendo: un artículo de Gianni Valente, creo que en Vatican Insider, que habla de los donatistas. Es el peligro de la iglesia hoy de convertirse en donatista haciendo solo prescripciones humanas, que se deben hacer, pero solo esto olvidando las otras dimensiones espirituales, la oración, la penitencia, la acusación de uno mismo, que no somos habituados a hacerlas. Porque para vencer al espíritu del mal, no sirve lavarse las manos y decir el diablo lo hace. También nosotros debemos luchar contra el diablo, como debemos luchar con las cosas humanas.

La otra publicación es una que ha hecho la Civiltá Cattolica. Yo había escrito un libro en 1987, “Las cartas de la tribulación”, un libro con las cartas del padre superior jesuita de entonces cuando estaba por ser disuelta la compañía. Yo hice un prólogo, e hicieron un estudio sobre las cartas que yo hice al Episcopado chileno y la gente de Chile, cómo actuar con esto. Las dos partes, la parte digamos humana, científica, de seguir adelante; contra la parte legal y después la parte espiritual.

Lo mismo hice con los obispos de Estados Unidos, porque las propuestas eran de una organización, metodología, un poco sin voluntad, pero era descuidada esta segunda dimensión espiritual. Con los laicos, con todos, pero yo quisiera decirles que la Iglesia no es una Iglesia congregacionalista, es católica, donde el obispo debe tomar esto en mano esto como el pastor, también el Papa. Pero cómo tomar en las manos, con las medidas disciplinarias, la oración, la penitencia, el acusarse a uno mismo.

En esa carta que escribí antes que comenzaran los ejercicios espirituales, esa dimensión también está bien explicada. Para mí sería grato si ustedes estudian ambas cosas: la parte humana y también la parte de la lucha espiritual. Gracias.

¿Italia está en riesgo de dictadura por el miedo al islam?

Papa Francisco: De verdad, de política italiana no entiendo. Ayer en la franja hice un pasaje ahí porque había leído en el Espresso esto del hambre de ideas. ¿No la has escrito tú? He dicho. ¿Qué pienso sobre el hambre de ideas?, no sé de verdad. Tantas ideas que se hacen. Sé también, se lo he dicho a usted, que he leído la carta que el Cardenal Parolin ha enviado y estoy de acuerdo. Una carta pastoral, educada, de un corazón de pastor. Pero de política italiana no me pregunten porque no entiendo.

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Al ser entrevistado por el periodista español Jordi Évole para La Sexta, en un programa transmitido este 31 de marzo, el Papa Francisco respondió a la inquietud de si decirle al jugador de fútbol Lionel Messi, argentino, que es “dios” es un sacrilegio.

El Santo Padre señaló que “en teoría es un sacrilegio, no se puede decir, yo no lo creo”.

Sin embargo, precisó que “la gente dice ‘es dios’, así como dice ‘yo te adoro’. Adorar solamente a Dios”.

Messi, actualmente jugador del Barcelona F.C. en España, es uno de los jugadores más talentosos del mundo, y ha ganado la Bota de Oro en cinco ocasiones. El 17 de marzo de este año obtuvo su “hat trick” –tres goles en un solo encuentro– número 51, en un partido con el Real Betis.

Para el Papa, este tipo de frases “son expresiones de la gente: este es un ‘dios’ con la pelota en la cancha, ¿viste? Son modos populares de expresarse”.

Si bien aseguró que “da gusto” ver jugar a Messi, subrayó que “no es Dios”.

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MADRID, 31 Mar. 19 (ACI Prensa).- En una entrevista de más de una hora con el periodista español Jordi Évole, difundida hoy por el canal La Sexta, el Papa Francisco se pronunció sobre su posición frente al aborto en casos de violación.

Ante la inquietud de Évole sobre si entendería a una mujer que piensa en abortar tras sufrir una violación, el Santo Padre señaló que “yo la entendería a ella en su desesperación, pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”.

“¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito alquilar a alguien que la elimine?”, cuestionó.

A continuación, le indicó al periodista que “la respuesta es tuya, no es mía”. Évole evitó responder: “no, yo no he venido a responder, voy intentar sacar todas las respuestas que pueda de usted”.

El Papa precisó luego que tampoco se debe dejar a la mujer embarazada “en la calle”, y señaló que “gracias a Dios se ha tomado en los últimos años, en los últimos 10 años, 15 años, se ha tomado mucha conciencia de estos casos. De chicas solas que van a ser madres y se ha desplegado todo un trabajo de acompañamiento, de dignificación”.

Y a pesar de que explicó que no discute “la ley civil de cada país”, para el Papa “la pregunta es, antes de la ley civil, antes de la ley religiosa, a lo humano: ¿es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?

“Después de ahí viene todo lo demás., pero esa es la pregunta básica”, señaló.

En una entrevista de más de una hora con el periodista español Jordi Évole, difundida hoy por el canal La Sexta, el Papa Francisco se pronunció sobre su posición frente al aborto en casos de violación.

Ante la inquietud de Évole sobre si entendería a una mujer que piensa en abortar tras sufrir una violación, el Santo Padre señaló que “yo la entendería a ella en su desesperación, pero también sé que no es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema”.

“¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito alquilar a alguien que la elimine?”, cuestionó.

A continuación, le indicó al periodista que “la respuesta es tuya, no es mía”. Évole evitó responder: “no, yo no he venido a responder, voy intentar sacar todas las respuestas que pueda de usted”.

El Papa precisó luego que tampoco se debe dejar a la mujer embarazada “en la calle”, y señaló que “gracias a Dios se ha tomado en los últimos años, en los últimos 10 años, 15 años, se ha tomado mucha conciencia de estos casos. De chicas solas que van a ser madres y se ha desplegado todo un trabajo de acompañamiento, de dignificación”.

Y a pesar de que explicó que no discute “la ley civil de cada país”, para el Papa “la pregunta es, antes de la ley civil, antes de la ley religiosa, a lo humano: ¿es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo alquilar un sicario para resolver un problema?

“Después de ahí viene todo lo demás., pero esa es la pregunta básica”, señaló.

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Por primera vez, el Gran Rosario de Bendiciones para la Familia que nació en Montevideo (Uruguay) cruzará las fronteras para reunir en la fe y la oración a los fieles de Buenos Aires (Argentina) el próximo 6 de abril.

El Rosario de Bendiciones para las Familias comenzó en 2012 con la intención de pedir a Dios y la Virgen María por la protección, la armonía y la paz en las familias, amenazadas por las ideologías en un país altamente secularizado.

Ese año la actividad fue organizada por unos veinte laicos de las parroquias San Pedro Apóstol, Medalla Milagrosa, San Alejandro y San Pedro Claver. Llegaron unas 1.500 personas a orar por las familias.

Pero en la octava edición del encuentro sobrepasaron las 20 mil personas, provenientes también de Argentina, Paraguay, Brasil y Chile. 

En uno de esos encuentros un grupo de laicos argentinos, con el apoyo del equipo uruguayo, comenzaron a materializar el Gran Rosario de Bendiciones para la Familia en Argentina.

Paula Trossero, del equipo organizador, dijo a ACI Prensa que al igual que Uruguay, ellos quieren reunir a los fieles “para algo que nunca experimentaron. El amor de Dios por los hombres. Y sienten esa gracia que viene del corazón de Jesús y de su Madre que nos invita a experimentar algo nuevo, algo que muchos nunca vivieron, el poder transformador de sentirse amado”. 

“Seguramente este rosario se expandirá al mundo entero, esta bendición para la familia tan atacada en todos lados”, “sentimos que sale una nueva evangelización y nuevas generaciones en el seno de una familia”, aseguró Trossero.

En tanto, desde el equipo organizador en Uruguay, explicaron a ACI Prensa que “todos rezamos para que esta obra dé muchos, muchos frutos. En conjunto estamos haciendo lo posible para que el Espíritu Santo lo lleve donde quiera. Esto es ir tras Jesús de la mano de María”, dijo María Esther Meikle.

Un Gran Rosario de Bendiciones para la Familia en Argentina se realizará el 6 de abril a las 6 p.m. (hora local) en el Monumento Güemes (Av. Figueroa Alcorta y La Pampa).

Más información AQUÍ 

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El Arzobispo Emérito de La Plata en Argentina, Mons. Héctor Aguer, destacó la importancia actual de la Adoración Eucarística, pues “ustedes no se imaginan como se va difundiendo la apostasía, la incredulidad, el ateísmo, el desprecio de Cristo, de los símbolos católicos”.

En el programa “Claves para un Mundo Mejor”, emitido por Canal 9 este 30 de marzo, Mons. Aguer señaló que “es importante la Adoración de Cristo en la Misa y en cualquier momento del día por eso en sus parroquias, en sus capillas, organicen esos grupos de adoración perpetua”.

“Si supieran lo que eso significa, estar delante de Dios para dar gloria a Dios en todo momento del día y darla en la persona de Jesús que es nuestro Redentor”.

“Por eso no nos olvidemos que además de la Misa existe esto de la presencia permanente de Cristo en el Sagrario y la obligación y la necesidad nuestra de caer a sus pies”, señaló.

El Prelado argentino destacó que “tenemos tantas cosas que pedir, tantas cosas que hacernos perdonar, tantas cosas que necesitamos pero aunque no necesitáramos nada darle gloria porque es Dios, es hombre que se ha hecho hombre por nosotros, porque nos ha salvado, porque por su resurrección ha prometido nuestra resurrección”.

“Todo, todo es Jesús, Dios es todo y lo demás es nada comparado con esto. Por eso les animo a que además de la Misa se acerquen al Sagrario a adorar a Cristo”, dijo.

Mons. Aguer recordó además la reciente profanación de una imagen de la Virgen María en Argentina, y pidió que “no nos olvidemos de eso. La presentaron como una mujer abortera por lo que cualquier cosa podemos esperar hoy. Dios necesita reparación y adoración y quien lo hará si no nosotros”.

Pero el arzobispo argentino agradeció a Dios porque “en muchos lugares se ha inaugurado ya y se está organizando de un modo permanente lo que se llama la Adoración Perpetua que quiere decir que se turnan los fieles de la parroquia para que a lo largo de las 24 horas del día haya alguien adorando a Jesús”.

“Miren lo que es eso. Qué maravilla si pensamos en eso y pensemos en los Apóstoles que estaban todo el tiempo con Jesús, hablaban con Él, compartían con Él la vida. Algo de eso tiene que haber porque falta adoración en este mundo, Dios es olvidado, Cristo es olvidado y es olvidado por nosotros mismos cuando pecamos pero es olvidado también por la gente que ya no piensa más en Él o no cree más en Él”, señaló.

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Obispos de Nicaragua lamentaron los episodios de violencia protagonizados por la policía contra manifestantes pacíficos reunidos en el centro comercial Metrocentro de Managua este 30 de marzo.

La Arquidiócesis de Managua señaló que el Cardenal Leopoldo José Brenes “lamenta los hechos violentos realizados esta tarde en donde fueron detenidos varios ciudadanos”.

“Pedimos a todos nuestros fieles y comunidades parroquiales intensifiquen los momentos de oración pidiendo a Dios por la Paz en Nicaragua”, expresó la arquidiócesis.

El 30 de marzo la policía irrumpió violentamente en Metrocentro contra manifestantes opositores al gobierno. Un simpatizante civil del régimen ingresó también y disparó, hiriendo al menos a tres personas.

Apenas un día antes, el gobierno de Nicaragua, presidido por Daniel Ortega, y la opositora Alianza Cívica, habían firmado acuerdos para, entre otras cosas, permitir la protesta pacífica.

La policía justificó su actuar en un comunicado, responsabilizando a "grupos violentos"  que habían invadido “propiedad privada” y “han alterado el orden público”.

Por su parte, la Alianza Cívica denunció la “nueva represión”, y aseguró que el gobierno violó los acuerdos.

El Obispo de la Diócesis de Granada, Mons. Jorge Solórzano Pérez, también lamentó la situación, y señaló, a través de su cuenta en Twitter, que “seguimos viviendo momentos de violencia y falta de respeto a la vida humana en nuestra Nicaragua”.

“Que en este tiempo de Cuaresma el Señor nos conceda fuerzas para luchar contra el mal y retomar el camino del bien”, expresó.

Por su parte, el Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando José Álvarez, expresó “mis oraciones y mi solidaridad cristiana con el pueblo, en sus sufrimientos y dolores”.

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AREQUIPA, 31 Mar. 19 (ACI Prensa).- Más de 180 mil personas se sumaron este 30 de marzo al 13º Corso por la Vida y la Familia, que se realiza cada año en Arequipa, al sur del Perú.

[#Corso2019] En Arequipa el Corzo por la Vida y La Familia sigue marchando.🤰🏻🙌 #ElPeruEsProVida 🇵🇪 pic.twitter.com/im8nAuYfe2

— Marcha por la Vida (@MarchaVidaLima) 30 de marzo de 2019

La multitudinaria manifestación, organizada por la Coordinadora Regional por la Vida (CORVIDA) se realizó en el marco de la celebración del Día Internacional del Niño por Nacer, el 25 de marzo, y con el lema “El Corso que salva vidas”.

La marcha comenzó en el parque Mayta Cápac en Mirafores y culminó en la Plaza de Armas de Arequipa.

Hoy se vivió ya gran fiesta en las calles celebrando la Vida en todas sus facetas, niños mujeres embarazadas, ancianos todos coreando a viva voz #SoyProVida #Corso2019 #Corso2019 #PorLaVidaYLaFamilia#ArequipaCelebraLaVida #Provida @CorVidaFam @MarchaVidaLima @MxlaVidaoficial pic.twitter.com/Yco3lL1ACe

— Reina de Corazones ن (@GabyPac54589881) 31 de marzo de 2019

Encabezando la marcha estaban niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, y entre los participantes se encontraban tanto asociaciones civiles, culturales y artísticas, municipalidades, empresas, parroquias, comunidades religiosas e instituciones que trabajan en favor de la niñez, la mujer y la familia.

La Coordinadora Regional por la Vida está formada por la Asociación “Vida y Familia”, “Médicos por la Vida”, “Ética y Derecho”, “Promujer y Derechos Humanos”, “Proyecto Esperanza”, “Vida Joven”, “Comunicación y Diálogo” y la plataforma ciudadana “Salvemos a las Dos”, entre otros.

El colegio médico de enfermeras también se hace presente en este #Corso2019 #PorlaVidayLaFamilia #ArequipaCelebraLaVida pic.twitter.com/8qV75ucTMi

— Corso Vida y Familia (@CorVidaFam) 30 de marzo de 2019

El Papa Francisco despegó del aeropuerto de Rabat en la tarde de este domingo 31 de marzo, después de un viaje apostólico de dos días a Marruecos, para dirigirse de regreso a Roma.

En un mensaje pronunciado al finalizar la Misa en el complejo deportivo Príncipe Moulay Abdellah, se presentó ante el pueblo marroquí como “servidor de la Esperanza”.

El Papa Francisco agradeció al Rey de Marruecos, Mohammed VI, y a las demás autoridades, su invitación y acogida.

También agradeció a los Arzobispos de Rabat y Tánger, y a los sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos de la Iglesia en Marruecos, por su servicio a la vida y misión de la Iglesia en el país. “Gracias a ustedes, queridos hermanos y hermanas, por todo lo que han hecho para preparar este viaje y por todo lo que hemos podido compartir desde la fe, la esperanza y la caridad”, afirmó.

“Con estos sentimientos de gratitud, deseo nuevamente animarlos a perseverar en el camino del diálogo con nuestros hermanos y hermanas musulmanas y a colaborar también a que se haga visible esa fraternidad universal que tiene su fuente en Dios. Que sean aquí los servidores de la esperanza, que el mundo tanto necesita”, concluyó.

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Más de 180 mil personas se sumaron este 30 de marzo al 13º Corso por la Vida y la Familia, que se realiza cada año en Arequipa, al sur del Perú.

La multitudinaria manifestación, organizada por la Coordinadora Regional por la Vida (CORVIDA) se realizó en el marco de la celebración del Día Internacional del Niño por Nacer, el 25 de marzo, y con el lema “El Corso que salva vidas”.

La marcha comenzó en el parque Mayta Cápac en Mirafores y culminó en la Plaza de Armas de Arequipa.

Encabezando la marcha estaban niños, mujeres embarazadas y adultos mayores, y entre los participantes se encontraban tanto asociaciones civiles, culturales y artísticas, municipalidades, empresas, parroquias, comunidades religiosas e instituciones que trabajan en favor de la niñez, la mujer y la familia.

La Coordinadora Regional por la Vida está formada por la Asociación “Vida y Familia”, “Médicos por la Vida”, “Ética y Derecho”, “Promujer y Derechos Humanos”, “Proyecto Esperanza”, “Vida Joven”, “Comunicación y Diálogo” y la plataforma ciudadana “Salvemos a las Dos”, entre otros.

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El Papa Francisco realizó en Marruecos un llamado a superar las desconfianzas y divisiones entre pueblos y animó a hacer un ejercicio de misericordia como hijos de Dios.

En la homilía pronunciada en la Misa celebrada en Rabat, el Santo Padre recurrió a la parábola del hijo pródigo, en la que el padre acude al encuentro de sus dos hijos: primero, al encuentro de aquel que había abandonado el hogar y regresa arrepentido. En segundo lugar, acude al encuentro de su otro hijo y lo invita a participar en la fiesta por el regreso del primero.

Sin embargo, “al hijo mayor parece que no le gustaban las fiestas de bienvenida, le costaba soportar la alegría del padre, no reconoce el regreso de su hermano: ‘ese hijo tuyo’, afirmó. Para él su hermano sigue perdido, porque lo había perdido ya en su corazón”.

“En su incapacidad de participar de la fiesta”, explicó el Santo Padre, “no sólo no reconoce a su hermano, sino que tampoco reconoce a su padre. Prefiere la orfandad a la fraternidad, el aislamiento al encuentro, la amargura a la fiesta”.

“No sólo le cuesta entender y perdonar a su hermano, tampoco puede aceptar tener un padre capaz de perdonar, dispuesto a esperar y velar para que ninguno quede afuera, en definitiva, un padre capaz de sentir compasión”.

Esa tensión entre hermanos tiene su reflejo en la tensión entre pueblos y comunidades, “una tensión que desde Caín y Abel nos habita y que estamos invitados a mirar de frente”.

“Es cierto, son tantas las circunstancias que pueden alimentar la división y la confrontación; son innegables las situaciones que pueden llevarnos a enfrentarnos y dividirnos. No podemos negarlo. Siempre nos amenaza la tentación de creer en el odio y la venganza como formas legítimas de brindar justicia de manera rápida y eficaz”.

Sin embargo, “la experiencia nos dice que el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma de nuestros pueblos, envenenar la esperanza de nuestros hijos, destruir y llevarse consigo todo lo que amamos”.

Por ese motivo, “Jesús nos invita a mirar y contemplar el corazón del Padre. Sólo desde ahí podremos redescubrirnos cada día como hermanos. Sólo desde ese horizonte amplio, capaz de ayudarnos a trascender nuestras miopes lógicas divisorias, seremos capaces de alcanzar una mirada que no pretenda clausurar ni claudicar nuestras diferencias buscando quizás una unidad forzada o la marginación silenciosa”.

“Sólo si cada día somos capaces de levantar los ojos al cielo y decir Padre nuestro podremos entrar en una dinámica que nos posibilite mirar y arriesgarnos a vivir no como enemigos sino como hermanos”.

Frente a esa desconfianza entre pueblos y comunidades, entre hermanos, el Papa sugirió que “en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa”, se reconozca “que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre”.

Tampoco “caigamos en la tentación de reducir nuestra pertenencia de hijos a una cuestión de leyes y prohibiciones, de deberes y cumplimientos. Nuestra pertenencia y nuestra misión no nacerá de voluntarismos, legalismos, relativismos o integrismos sino de personas creyentes que implorarán cada día con humildad y constancia: venga a nosotros tu Reino”.

El Papa finalizó su homilía dando las gracias a los cristianos marroquíes “por el modo en que dan testimonio del evangelio de la misericordia en estas tierras. Gracias por los esfuerzos realizados para que sus comunidades sean oasis de misericordia. Los animo y aliento a seguir haciendo crecer la cultura de la misericordia, una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea su sufrimiento”.

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El Papa Francisco pidió en Marruecos que se superen las desconfianzas y la división entre los pueblos, para lo cual animó a realizar un ejercicio de misericordia.

En su homilía de la Misa celebrada en el complejo deportivo Principe Moulay Abdellah este domingo 3 de marzo, el Pontífice reflexionó sobre la parábola del hijo pródigo y señaló que la relación entre los dos hermanos descrita en ese pasaje evangélico es un fiel reflejo de las relaciones entre comunidades.

A continuación, el texto completo de la homilía del Papa Francisco:

«Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó» (Lc 15,20).

Así el evangelio nos pone en el corazón de la parábola que transparenta la actitud del padre al ver volver a su hijo: tocado en las entrañas no lo deja llegar a casa cuando lo sorprende corriendo a su encuentro. Un hijo esperado y añorado. Un padre conmovido al verlo regresar.

Pero no fue el único momento en que el padre corrió. Su alegría sería incompleta sin la presencia de su otro hijo. Por eso también sale a su encuentro para invitarlo a participar de la fiesta (cf. v. 28). Pero, al hijo mayor parece que no le gustaban las fiestas de bienvenida, le costaba soportar la alegría del padre, no reconoce el regreso de su hermano: «ese hijo tuyo» afirmó (v. 30). Para él su hermano sigue perdido, porque lo había perdido ya en su corazón.

En su incapacidad de participar de la fiesta, no sólo no reconoce a su hermano, sino que tampoco reconoce a su padre. Prefiere la orfandad a la fraternidad, el aislamiento al encuentro, la amargura a la fiesta. No sólo le cuesta entender y perdonar a su hermano, tampoco puede aceptar tener un padre capaz de perdonar, dispuesto a esperar y velar para que ninguno quede afuera, en definitiva, un padre capaz de sentir compasión.

En el umbral de esa casa parece manifestarse el misterio de nuestra humanidad: por un lado, estaba la fiesta por el hijo encontrado y, por otro, un cierto sentimiento de traición e indignación por festejar su regreso. Por un lado, la hospitalidad para aquel que había experimentado la miseria y el dolor, que incluso había llegado a oler y a querer alimentarse con lo que comían los cerdos; por otro lado, la irritación y la cólera por darle lugar a quien no era digno ni merecedor de tal abrazo.

Así, una vez más sale a la luz la tensión que se vive al interno de nuestros pueblos y comunidades, e incluso de nosotros mismos. Una tensión que desde Caín y Abel nos habita y que estamos invitados a mirar de frente: ¿Quién tiene derecho a permanecer entre nosotros, a tener un puesto en nuestras mesas y asambleas, en nuestras preocupaciones y ocupaciones, en nuestras plazas y ciudades? Parece continuar resonando esa pregunta fratricida: acaso ¿soy guardián de mi hermano? (cf. Gn 4,9).

En el umbral de esa casa aparecen las divisiones y enfrentamientos, la agresividad y los conflictos que golpearán siempre las puertas de nuestros grandes deseos, de nuestras luchas por la fraternidad y para que cada persona pueda experimentar desde ya su condición y dignidad de hijo.

Pero a su vez, en el umbral de esa casa brillará con toda claridad, sin elucubraciones ni excusas que le quiten fuerza, el deseo del Padre: que todos sus hijos tomen parte de su alegría; que nadie viva en condiciones no humanas como su hijo menor, ni en la orfandad, el aislamiento o en la amargura como el hijo mayor. Su corazón quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Tm 2,4).

Es cierto, son tantas las circunstancias que pueden alimentar la división y la confrontación; son innegables las situaciones que pueden llevarnos a enfrentarnos y dividirnos. No podemos negarlo. Siempre nos amenaza la tentación de creer en el odio y la venganza como formas legítimas de brindar justicia de manera rápida y eficaz. Pero la experiencia nos dice que el odio, la división y la venganza, lo único que logran es matar el alma de nuestros pueblos, envenenar la esperanza de nuestros hijos, destruir y llevarse consigo todo lo que amamos.

Por eso Jesús nos invita a mirar y contemplar el corazón del Padre. Sólo desde ahí podremos redescubrirnos cada día como hermanos. Sólo desde ese horizonte amplio, capaz de ayudarnos a trascender nuestras miopes lógicas divisorias, seremos capaces de alcanzar una mirada que no pretenda clausurar ni claudicar nuestras diferencias buscando quizás una unidad forzada o la marginación silenciosa. Sólo si cada día somos capaces de levantar los ojos al cielo y decir Padre nuestro podremos entrar en una dinámica que nos posibilite mirar y arriesgarnos a vivir no como enemigos sino como hermanos.

«Todo lo mío es tuyo» (Lc 15,31), le dice el padre a su hijo mayor. Y no se refiere tan sólo a los bienes materiales sino a ser partícipes también de su mismo amor y compasión. Esa es la mayor herencia y riqueza del cristiano. Porque en vez de medirnos o clasificarnos por una condición moral, social, étnica o religiosa podamos reconocer que existe otra condición que nadie podrá borrar ni aniquilar ya que es puro regalo: la condición de hijos amados, esperados y celebrados por el Padre.

«Todo lo mío es tuyo», también mi capacidad de compasión, nos dice el Padre. No caigamos en la tentación de reducir nuestra pertenencia de hijos a una cuestión de leyes y prohibiciones, de deberes y cumplimientos. Nuestra pertenencia y nuestra misión no nacerá de voluntarismos, legalismos, relativismos o integrismos sino de personas creyentes que implorarán cada día con humildad y constancia: venga a nosotros tu Reino.

La parábola evangélica presenta un final abierto. Vemos al padre rogar a su hijo mayor que entre a participar de la fiesta de la misericordia. El evangelista no dice nada sobre cuál fue la decisión que este tomó. ¿Se habrá sumado a la fiesta? Podemos pensar que este final abierto está dirigido para que cada comunidad, cada uno de nosotros pueda escribirlo con su vida, con su mirada y actitud hacia los demás. El cristiano sabe que en la casa del Padre hay muchas moradas, sólo quedan afuera aquellos que no quieran tomar parte de su alegría.

Queridos hermanos, quiero darles las gracias por el modo en que dan testimonio del evangelio de la misericordia en estas tierras. Gracias por los esfuerzos realizados para que sus comunidades sean oasis de misericordia. Los animo y aliento a seguir haciendo crecer la cultura de la misericordia, una cultura en la que ninguno mire al otro con indiferencia ni aparte la mirada cuando vea su sufrimiento (cf. Carta ap. Misericordia et misera, 20). Sigan cerca de los pequeños y de los pobres, de los que son rechazados, abandonados e ignorados, sigan siendo signo del abrazo y del corazón del Padre.

Que el Misericordioso y el Clemente —como lo invocan tan a menudo nuestros hermanos y hermanas musulmanas— los fortalezca y haga fecundas las obras de su amor.

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REDACCIÓN CENTRAL, 31 Mar. 19 (ACI Prensa).- Este 31 de marzo la Iglesia celebra el cuarto domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Lucas 15:1-3, 11-32, pasaje en el que Jesús narra la historia del hijo pródigo.

A continuación puede leer el Evangelio y la homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Mons. Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día Lucas 15:1-3, 11-32

1 Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle,
2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.»
3 Entonces les dijo esta parábola.
11 Dijo: «Un hombre tenía dos hijos;
12 y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y él les repartió la hacienda.
13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino.
14 «Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad.
15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos.
16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.
17 Y entrando en sí mismo, dijo: "¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre!
18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.
19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros."
20 Y, levantándose, partió hacia su padre. «Estando él todavía lejos, le vió su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente.
21 El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo."
22 Pero el padre dijo a sus siervos: "Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies.
23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,
24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado." Y comenzaron la fiesta.
25 «Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;
26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello.
27 El le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano."
28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba.
29 Pero él replicó a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos;
30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo cebado!"
31 «Pero él le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo;
32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado."»

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

Las tres “parábolas de la misericordia” –la oveja perdida, la dracma perdida y el hijo pródigo- se agrupan en este capítulo XV de Lucas, porque tienen en común revelarnos la alegría que se produce en el cielo –se entiende en Dios- por la conversión de un pecador. Las dos primeras tienen una conclusión que resulta incomprensible a la lógica humana: “Hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de conversión” (Lc 15,7.10). Es la lógica divina que consiste en la misericordia y la gratuidad. En la parábola del hijo pródigo, que leemos en este IV Domingo de Cuaresma, la conclusión, repetida a modo de estribillo, insiste en lo mismo: “Celebremos una fiesta, porque este hijo mio (este hermano tuyo) estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado” (Lc 15,24.32).

Para leer la homilía completa puede ingresar AQUÍ

El Papa Francisco aseguró que una comunidad cristiana de pequeño tamaño, como la de Marruecos, no tiene por qué ser insignificante, siempre que sea fiel al Evangelio.

En el encuentro con los sacerdotes, religiosos, consagrados y el Consejo Ecuménico de las Iglesias este domingo 31 de marzo en la catedral de Rabat, en el viaje que está realizando a Marruecos, el Santo Padre señaló que “los caminos de la misión no pasan por el proselitismo, que lleva siempre a un callejón sin salida, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás”.

Por tanto, “el problema no es ser pocos, sino ser insignificantes, convertirse en una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina”.

En este sentido, rechazó la idea de que sólo se puede ser significativo “si somos la masa y si ocupamos todos los espacios”.

Insistió en que “somos cristianos porque hemos sido amados y encontrados, y no gracias al proselitismo”.

Francisco reconoció que “los cristianos son un grupo pequeños en este país”, y explicó que “para mí esta realidad no es un problema, aun cuando reconozco que a veces la vida pueda resultar difícil para algunos”.

El Papa se remitió a la parábola evangélica del grano de levadura para afirmar que la comunidad cristiana de Marruecos “es semejante a un poco de levadura que la madre Iglesia quiere mezclar con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa fermente”.

La razón de esa explicación, es que “Jesús no nos ha elegido y enviado para que seamos los más numerosos. Nos ha llamado para una misión. Nos ha puesto en la sociedad como esa pequeña cantidad de levadura: la levadura de las bienaventuranzas y el amor fraterno donde todos como cristianos nos podemos encontrar para que su Reino se haga presente”.

“Nuestra misión de bautizados, sacerdotes, consagrados, no está determinada principalmente por el número o la cantidad de espacios que se ocupan, sino por la capacidad que se tiene de generar y suscitar transformación, estupor y compasión; por el modo en el que vivamos como discípulos de Jesús, junto a aquellos con quienes compartimos lo cotidiano, las alegrías, los dolores, los sufrimientos y las esperanzas”.

Por ello, dadas las características de la comunidad cristiana en Marruecos, el Papa recomendó diálogo a los miembros de la Iglesia. “Afirmar que la Iglesia debe entablar un diálogo no depende de una moda, menos aún de una estrategia para que aumente el número de sus miembros”.

“Si la Iglesia debe entablar un diálogo es por fidelidad a su Señor y Maestro que, desde el comienzo, movido por el amor, ha querido dialogar como amigo e invitarnos a participar de su amistad”.

Explicó el Pontífice que “en estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Por tanto, es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón, con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas”.

En concreto, “como consagrados, estamos llamados a vivir dicho diálogo de salvación como intercesión por el pueblo que nos ha sido confiado”.

“Es un diálogo que se convierte en oración y que podemos realizar concretamente todos los días en nombre de la fraternidad humana”, señaló el Papa.

El Papa cerró su discurso con un llamado a la caridad, “especialmente hacia los más débiles, es la mejor oportunidad que tenemos para seguir trabajando en favor de una cultura del encuentro”.

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El Papa Francisco se reunió en la Catedral de Rabat, este domingo 31 de marzo en el contexto de su viaje apostólico a Marruecos, con sacerdotes, religiosos, consagrados y el Consejo Ecuménico de las Iglesias.

Ante ellos, el Santo Padre rechazó el proselitismo y recordó que una comunidad cristiana pequeña, como la de Marruecos, no significa que sea insignificante. Además, el Pontífice hizo un llamado al diálogo y a la caridad.

A continuación, el texto completo del discurso del Papa Francisco:

Queridos hermanos y hermanas:

Estoy muy contento de encontrarme con vosotros. Agradezco especialmente al padre Germain y a sor Mary sus testimonios. También deseo saludar al Consejo Ecuménico de las Iglesias, que manifiesta visiblemente la comunión que se vive aquí en Marruecos entre cristianos de diversas confesiones, en el camino de la unidad. Los cristianos son un grupo pequeño en este país.

Pero para mí esta realidad no es un problema, aun cuando reconozco que a veces la vida pueda resultar difícil para algunos. Vuestra situación me trae a la memoria la pregunta de Jesús: «¿A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé? […] Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de harina, hasta que todo fermentó» (Lc 13,18.21). Parafraseando las palabras del Señor podríamos preguntarnos: ¿A qué es semejante un cristiano en estas tierras? ¿A qué se puede comparar? Es semejante a un poco de levadura que la madre Iglesia quiere mezclar con una gran cantidad de harina, hasta que toda la masa fermente. En efecto, Jesús no nos ha elegido y enviado para que seamos los más numerosos. Nos ha llamado para una misión. Nos ha puesto en la sociedad como esa pequeña cantidad de levadura: la levadura de las bienaventuranzas y el amor fraterno donde todos como cristianos nos podemos encontrar para que su Reino se haga presente.

Queridos amigos: esto significa que nuestra misión de bautizados, sacerdotes, consagrados, no está determinada principalmente por el número o la cantidad de espacios que se ocupan, sino por la capacidad que se tiene de generar y suscitar transformación, estupor y compasión; por el modo en el que vivamos como discípulos de Jesús, junto a aquellos con quienes compartimos lo cotidiano, las alegrías, los dolores, los sufrimientos y las esperanzas.

En otras palabras, los caminos de la misión no pasan por el proselitismo, que lleva siempre a un callejón sin salida, sino por nuestro modo de ser con Jesús y con los demás. Por tanto, el problema no es ser pocos, sino ser insignificantes, convertirse en una sal que ya no tiene sabor de Evangelio, o en una luz que ya no ilumina (cf. Mt 5,13-15).

Creo que la preocupación surge cuando a nosotros, cristianos, nos abruma pensar que solo podemos ser significativos si somos la masa y si ocupamos todos los espacios. Vosotros sabéis bien que la vida se juega en la capacidad que tengamos de “ser fermento” allí donde nos encontremos y con quien nos encontremos, «aunque eso aparentemente no nos aporte beneficios tangibles e inmediatos» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 210). Porque cristiano no es el que se adhiere a una doctrina, a un templo o a un grupo étnico.

Ser cristiano es un encuentro. Somos cristianos porque hemos sido amados y encontrados, y no gracias al proselitismo. Ser cristianos es reconocerse perdonados y enviados a actuar del mismo modo que Dios ha obrado con nosotros, porque «en esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,35).

Queridos hermanos y hermanas: consciente del contexto en el que estáis llamados a vivir vuestra vocación bautismal, vuestro ministerio, vuestra consagración, me vienen a la mente las palabras del Papa san Pablo VI en la encíclica Ecclesiam suam: «La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace coloquio» (n. 34).

Afirmar que la Iglesia debe entablar un diálogo no depende de una moda, menos aún de una estrategia para que aumente el número de sus miembros. Si la Iglesia debe entablar un diálogo es por fidelidad a su Señor y Maestro que, desde el comienzo, movido por el amor, ha querido dialogar como amigo e invitarnos a participar de su amistad (cf. CONC. ECUM. VAT. II, Const. dogm. Dei Verbum, 2). Así, como discípulos de Jesucristo estamos llamados, desde el día de nuestro Bautismo, a formar parte de este diálogo de salvación y de amistad, del que somos los primeros beneficiarios.

En estas tierras, el cristiano aprende a ser sacramento vivo del diálogo que Dios quiere entablar con cada hombre y mujer, en cualquier situación que viva. Por tanto, es un diálogo que estamos llamados a realizar a la manera de Jesús, manso y humilde de corazón (cf. Mt 11,29), con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas.

En este espíritu, encontramos hermanos mayores que nos muestran el camino, porque con su vida han testimoniado que esto es posible, un “listón alto” que nos desafía y estimula. Cómo no recordar la figura de san Francisco de Asís que, en plena cruzada, fue a encontrarse con el sultán al-Malik al-Kamil. Y cómo no mencionar al beato Carlos de Foucauld que, profundamente impresionado por la vida humilde y escondida de Jesús en Nazaret, a quien adoraba en silencio, quiso ser un “hermano universal”. E incluso a los hermanos y hermanas cristianos que han elegido ser solidarios con un pueblo hasta dar la propia vida. Así, cuando la Iglesia, fiel a la misión recibida del Señor, entabla un diálogo con el mundo y se hace coloquio, contribuye a la llegada de la fraternidad, que tiene su fuente profunda no en nosotros, sino en la paternidad de Dios.

Como consagrados, estamos llamados a vivir dicho diálogo de salvación como intercesión por el pueblo que nos ha sido confiado. Recuerdo una vez —hablando con un sacerdote que se encontraba como vosotros en un lugar donde los cristianos son minoría—, me contaba que la oración del “Padre nuestro” había adquirido una resonancia especial en él porque, rezando en medio de personas de otras religiones, sentía con fuerza las palabras «danos hoy nuestro pan de cada día».

La oración de intercesión del misionero también por ese pueblo, que en cierta medida le había sido confiado, no para administrar sino para amar, lo llevaba a rezar esta oración con un tono y un gusto especiales. El consagrado, el sacerdote, lleva a su altar con su oración la vida de sus compatriotas y mantiene viva, como a través de una pequeña grieta en esa tierra, la fuerza vivificante del Espíritu. Qué hermoso es saber que, en los distintos rincones de esta tierra, en vuestras voces, la creación implora y sigue diciendo: “Padre nuestro”.

Por tanto, es un diálogo que se convierte en oración y que podemos realizar concretamente todos los días en nombre «de la “fraternidad humana” que abraza a todos los hombres, los une y los hace iguales. En el nombre de esta fraternidad golpeada por las políticas de integrismo y división y por los sistemas de ganancia insaciable y las tendencias ideológicas odiosas, que manipulan las acciones y los destinos de los hombres» (Documento sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019).

Una oración que no distingue, no separa, no margina, sino que se hace eco de la vida del prójimo; oración de intercesión que es capaz de decir al Padre: «Venga tu reino». No con la violencia, el odio o la supremacía étnica, religiosa, económica, sino con la fuerza de la compasión derramada en la Cruz por todos los hombres. Esta es la experiencia vivida por la mayor parte de vosotros.

Doy gracias a Dios por lo que habéis hecho aquí en Marruecos, como discípulos de Jesucristo, encontrando cada día en el diálogo, en la colaboración y en la amistad los instrumentos para sembrar futuro y esperanza. Así desenmascaráis y lográis poner en evidencia todos los intentos de utilizar las diferencias y la ignorancia para sembrar miedo, odio y conflicto. Porque sabemos que el miedo y el odio, alimentados y manipulados, desestabilizan y dejan nuestras comunidades espiritualmente indefensas.

Sin otro deseo que el de hacer visible la presencia y el amor de Cristo, que se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza (cf. 2 Co 8,9), os animo a que sigáis estando cerca de quienes a menudo son dejados atrás, de los pequeños y los pobres, de los presos y los migrantes. Que vuestra caridad sea siempre activa y un camino de comunión entre los cristianos de todas las confesiones presentes en Marruecos: el ecumenismo de la caridad. Que pueda ser también un camino de diálogo y de cooperación con nuestros hermanos y hermanas musulmanes, y con todas las personas de buena voluntad.

La caridad, especialmente hacia los más débiles, es la mejor oportunidad que tenemos para seguir trabajando en favor de una cultura del encuentro. Que ese sea el camino que permita a las personas heridas, probadas, excluidas, reconocerse por fin miembros de la única familia humana, en el signo de la fraternidad.

Como discípulos de Jesucristo, en este mismo espíritu de diálogo y de cooperación, tened siempre el deseo de contribuir al servicio de la justicia y la paz, de la educación de los niños y los jóvenes, de la protección y el acompañamiento de los ancianos, los débiles, las personas con discapacidades y los oprimidos.

Hermanos y hermanas: agradezco nuevamente a todos vosotros vuestra presencia y vuestra misión aquí en Marruecos. Gracias por vuestro servicio humilde y discreto, siguiendo el ejemplo de nuestros mayores en la vida consagrada, entre los cuales quiero mencionar a la decana, sor Ersilia. Querida hermana: a través de ti dirijo un cordial saludo a las hermanas y a los hermanos ancianos que, a causa de su estado de salud, no están físicamente presentes con nosotros, pero permanecen unidos a través de la oración.

Todos vosotros sois testigos de una historia que es gloriosa porque es historia de sacrificios, esperanzas, lucha cotidiana, vida gastada en el servicio, constancia en el trabajo fatigoso, porque toda labor es sudor de la frente. Pero permitidme también deciros: «¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa» (Exhort. ap. Postsin. Vita consecrata, 110), para seguir siendo signo vivo de esa fraternidad a la que el Padre nos ha llamado, sin voluntarismos y sin resignación, sino como creyentes que saben que el Señor siempre nos precede y abre espacios de esperanza donde parecía que algo o alguien se había perdido.

El Señor os bendiga a cada uno de vosotros y, por medio de vosotros, a los miembros de vuestras comunidades. Que su Espíritu os ayude a dar frutos en abundancia: frutos de diálogo, de justicia, de paz, de verdad y de amor para que en esta tierra amada por Dios crezca la fraternidad humana.

Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí. Gracias. Y ahora nos ponemos bajo la protección de la Virgen María recitando el Ángelus.

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Unos 300 sacerdotes, religiosos y religiosas esperan al Papa Francisco en la catedral de Rabat (Marruecos) para el encuentro previsto para la mañana del domingo 31 de marzo a las 10.45 a.m (hora local).

Todos los religiosos son extranjeros, es decir, ninguno procede de Marruecos.

Entre ellos se encuentra la hermana Dulce María, clarisa, que procede de México y lleva 20 años en Marruecos. Según explicó esta visita del Papa es “un gran momento de alegría que comparto con mis hermanos musulmanes porque el Papa nos trae un mensaje de amor”.

Aunque su orden es de clausura asegura que en el día de hoy, por la visita del Papa, “era necesario hacer una excepción y por eso hemos venido las 5 hermanas que vivimos en el convento de Casablanca”.

La hermana Dulce María cuenta que “el jardinero de nuestro convento quería escribirle una carta al Papa, pero no pudo terminarla y me pidió que le transmitiera todo el amor y el respeto que él le tiene”.

El padre Miguel Ángel Riquelme, misionero de la Cruz Blanca, procede de Santiago de Chile (Chile) también declaró a ACI Prensa que “nunca ha tenido ningún” problema al llevar a cabo la misión doméstica con enfermos que realiza su comunidad en Marruecos.

“Este es un gran acontecimiento para nosotros porque de otra manera no podríamos ver al Papa tan de cerca y es increíble que venga a vernos. Su visita nos da ánimo”, precisó el religioso chileno que lleva 4 años en Marruecos.

También vinieron desde la ciudad española de Melilla, que se encuentra al norte de África, en la frontera con Marruecos, la hermana María del Mar Romera y la hermana Reyes Domínguez, Religiosas de María Inmaculada.

Ambas son españolas y explica que trabajan en la promoción de la mujer a través de la alfabetización y la formación.

“Nos da mucha alegría esta visita porque visibiliza que los cristianos en campo musulmán también estamos presentes y esa unión de culturas”, aseguró la hermana Reyes Domínguez quien también expresó su deseo de que esta visita sea para ella y su comunidad “un momento de renovación”.

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