Los Legionarios de Cristo confirmaron que el mexicano Vladimir Reséndiz Gutiérrez, exsacerdote de la congregación, fue sentenciado a siete años de cárcel y al pago de indemnizaciones por abuso de dos menores.
A través de su sitio web, los Legionarios de Cristo señalaron que la sentencia se dio el 27 de marzo de este año en un tribunal de Novara, (Italia).
Reséndiz Gutiérrez ingresó en el noviciado de la congregación en 1993 y fue ordenado sacerdote en 2006.
Según el registro de los Legionarios de Cristo, recibieron la primera denuncia de abuso sexual contra el exsacerdote el 6 de marzo de 2011, sobre “hechos ocurridos entre 2006 y 2008 en el seminario menor de la Congregación en Gozzano, Novara (Italia)”.
El 10 de marzo, los Legionarios apartaron a Reséndiz Gutiérrez de su ministerio en el seminario menor en Venezuela, así como del trabajo pastoral con menores. Ocho días después, tras ser interrogado por su superior fue retirado de todo ministerio sacerdotal activo.
En junio de ese año, se presentó el caso a la Congregación para la Doctrina de la Fe. En abril de 2013, el dicasterio vaticano decretó la expulsión del estado clerical de Reséndiz Gutiérrez.
“Con esto dejó de ser miembro de la Legión de Cristo”, explicaron los Legionarios.
Además del caso por el que fue sentenciado, añadieron, Reséndiz Gutiérrez es procesado junto a otros miembros de la congregación “por intento de extorsión contra la familia de uno de los menores, del cual los acusados se han declarado inocentes”.
Los Legionarios de Cristo reiteraron su pedido de “perdón a quienes han sufrido algún abuso y por todo el dolor causado, sabiendo que esta petición de perdón nunca será suficiente para sanar las profundas heridas causadas”.
“Reconocemos que cualquier abuso por parte de un clérigo causa un grandísimo dolor a quien lo ha sufrido, a su familia y también a la Iglesia”.
“Conscientes de nuestra responsabilidad como parte de la Iglesia y por nuestra historia institucional, estamos firmemente comprometidos en seguir implementando nuestra política exigente de ambientes seguros contra abusos sexuales para los menores y adultos vulnerables que tienen contacto con las personas que participan en nuestras actividades apostólicas, educativas y pastorales”, aseguraron.
Por esto, añadieron, “también asumimos la responsabilidad de acompañar a nuestros seminaristas en un discernimiento maduro durante su proceso de formación que asegure, en la medida de lo posible, una vida fiel a la vocación como sacerdotes católicos”.
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