El Arzobispo Emérito de La Plata en Argentina, Mons. Héctor Aguer, destacó la importancia actual de la Adoración Eucarística, pues “ustedes no se imaginan como se va difundiendo la apostasía, la incredulidad, el ateísmo, el desprecio de Cristo, de los símbolos católicos”.
En el programa “Claves para un Mundo Mejor”, emitido por Canal 9 este 30 de marzo, Mons. Aguer señaló que “es importante la Adoración de Cristo en la Misa y en cualquier momento del día por eso en sus parroquias, en sus capillas, organicen esos grupos de adoración perpetua”.
“Si supieran lo que eso significa, estar delante de Dios para dar gloria a Dios en todo momento del día y darla en la persona de Jesús que es nuestro Redentor”.
“Por eso no nos olvidemos que además de la Misa existe esto de la presencia permanente de Cristo en el Sagrario y la obligación y la necesidad nuestra de caer a sus pies”, señaló.
El Prelado argentino destacó que “tenemos tantas cosas que pedir, tantas cosas que hacernos perdonar, tantas cosas que necesitamos pero aunque no necesitáramos nada darle gloria porque es Dios, es hombre que se ha hecho hombre por nosotros, porque nos ha salvado, porque por su resurrección ha prometido nuestra resurrección”.
“Todo, todo es Jesús, Dios es todo y lo demás es nada comparado con esto. Por eso les animo a que además de la Misa se acerquen al Sagrario a adorar a Cristo”, dijo.
Mons. Aguer recordó además la reciente profanación de una imagen de la Virgen María en Argentina, y pidió que “no nos olvidemos de eso. La presentaron como una mujer abortera por lo que cualquier cosa podemos esperar hoy. Dios necesita reparación y adoración y quien lo hará si no nosotros”.
Pero el arzobispo argentino agradeció a Dios porque “en muchos lugares se ha inaugurado ya y se está organizando de un modo permanente lo que se llama la Adoración Perpetua que quiere decir que se turnan los fieles de la parroquia para que a lo largo de las 24 horas del día haya alguien adorando a Jesús”.
“Miren lo que es eso. Qué maravilla si pensamos en eso y pensemos en los Apóstoles que estaban todo el tiempo con Jesús, hablaban con Él, compartían con Él la vida. Algo de eso tiene que haber porque falta adoración en este mundo, Dios es olvidado, Cristo es olvidado y es olvidado por nosotros mismos cuando pecamos pero es olvidado también por la gente que ya no piensa más en Él o no cree más en Él”, señaló.
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