Una líder provida hispana que fue directora de clínicas de Planned Parenthood, la mayor multinacional del aborto en el mundo, señaló que “puedes ver la desesperación” en quienes promueven esta práctica, por temor a un fallo contrario a Roe v Wade en la Corte Suprema de Estados Unidos.
En diálogo con ACI Prensa, Mayra Rodríguez, mexicana que llegó a ser “Empleada del Año” de Planned Parenthood en Estados Unidos, antes de abandonar la corporación de abortos y convertirse en una líder en la defensa de la vida, dijo que “puedes ver la desesperación del Partido Demócrata” al presentar un proyecto de ley que busca garantizar que el aborto sea aplicado en todo el país, incluso hasta el momento del parto.
Para Rodríguez, los miembros del Partido Demócrata “saben lo que viene en el caso de Misisipi”, que abordará la Corte Suprema de Estados Unidos desde el 1 de diciembre de este año.
Para la líder provida, la Women’s Health Protection Act del Partido Demócrata “es una forma de asegurarse que si Roe v Wade llega a ser revertido, exista algo ya constitucional que le está dando un derecho al aborto a la mujer”.
Judy Chu, congresista del Partido Demócrata, presentó la Women’s Health Protection Act (Ley de protección de la salud de la mujer, H.R. 3755), que fue aprobada por la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos el 24 de septiembre.
Los 218 votos que lograron la aprobación del proyecto llegaron del Partido Demócrata. Solo un miembro de este grupo político en la Cámara de Representantes, Henry Cuellar, votó en contra y uno no votó.
Los 210 miembros del Partido Republicano votaron en contra.
Nancy Pelosi, integrante del Partido Demócrata, católica, y presidenta de la Cámara de Representantes, ha defendido reiteradamente el proyecto que podría permitir el aborto hasta el momento del parto.
Mons. Joseph F. Naumann, Arzobispo de Kansas City y presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, lo ha considerado “el proyecto de ley pro aborto más extremo que haya visto nuestra nación”.
El proyecto aprobado en la Cámara de Representantes ha sido remitido al Senado de Estados Unidos, de mayoría republicana, donde deberá ser debatido y sometido a votación.
En el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que desafía a la legislación del estado de Misisipi, que prohíbe la mayoría de abortos después de las 15 semanas de gestación, la Corte Suprema tendrá que decidir si todas las prohibiciones estatales del aborto antes de la viabilidad son inconstitucionales.
La “viabilidad” es el punto en el desarrollo del bebé no nacido desde el que puede sobrevivir fuera del vientre materno.
Esta podría ser una de las mejores oportunidades de los defensores de la vida en Estados Unidos para revertir el fallo de la Corte Suprema en el caso Roe v Wade, que abrió las puertas al aborto en 1973.
En Roe v Wade, la Corte Suprema estableció que los estados no podrían prohibir los abortos antes de la viabilidad.
17 años en el corazón de la industria del aborto
Mayra Rodríguez trabajó durante 17 años para Planned Parenthood y llegó a estar a cargo de tres clínicas. En 2016, la multinacional del aborto la reconoció como “empleada del año”.
Apenas ocho años antes, Abby Johnnson, otra importante líder provida que abandonó el mundo del aborto, recibía el mismo reconocimiento de Planned Parenthood.
Precisamente en 2016, a manera de “premio”, le asignan una clínica en la que se realizaban abortos.
Hasta entonces, recordó Mayra, “mi justificación (era que) yo no hago abortos, donde yo trabajo no hacemos eso”.
Así se “defendía” ante los críticos de Planned Parenthood durante los años previos.
Un factor importante para presionarla era su situación migratoria. Mayra Rodríguez era mexicana y había llegado al país con visa de turista, con la que no podía trabajar.
A pesar de eso, Planned Parenthood la había contratado. Y ante la posibilidad de negarse a trabajar en un lugar que realice directamente abortos “ellos me dicen: ‘si no aceptas la clínica de abortos muy pronto cerraremos la clínica que tienes en el norte de Phoenix y no te garantizo que haya trabajo para ti’”.
“Acepto el trabajo y ahí es donde empiezo a ver todas las cosas que están sucediendo detrás del aborto”, dijo.
“Empiezo a ver las complicaciones que se resuelven por debajo de la mesa, que no reportan las perforaciones al útero, que suceden más de lo que ellos dicen”, señaló.
“Empiezo a ver al abortista falsificando los expedientes de lo que pasaba en el cuarto”, añadió.
Entonces, confesó, “empiezo a ver que que era un negocio” y que “el aborto era lo que le importaba y el aborto era su prioridad”.
La “gota que derramó el vaso”, señaló, fue cuando el médico de la clínica que ella dirigía realizó un aborto a una joven de 19 años con 14 semanas de embarazo y, tras el procedimiento y luego de colocar un dispositivo anticonceptivo intrauterino, se descubrió que había dejado la cabeza del bebé dentro del útero.
Mayra recordó que el médico “se refería a la cabeza de un bebé de 14 semanas y para él era una basura, como si fuera una gasa, como si fuera cualquier instrumento de los que estaba utilizando”.
Al finalizar, el trabajador de Planned Parenthood “no lo quiso documentar, falsificó otra vez el expediente”.
La hoy líder provida fue entonces con su supervisor y le dijo “no más, yo no sigo más con esto” y advirtió que acusaría al médico. “Lo que siguió después fue que me despidieron”, recordó.
Mayra señaló que en un esfuerzo por silenciarla la acusaron de tener narcóticos en su oficina y existía la presión para deportarla de Estados Unidos.
Finalmente la justicia estadounidense le dio la razón a Mayra Rodríguez en un proceso contra Planned Parenthood, y obligó a la multinacional del aborto a pagarle 3 millones de dólares.
El aborto “las deja destruidas de por vida”
Con su experiencia trabajando a la sombra de la multinacional del aborto más grande del mundo, Mayra Rodríguez advierte que mientras los que lucran con estas prácticas dicen que “es fácil, es la mejor solución, cuando en realidad trae muchísimas consecuencias y al propio cuerpo de ellas”.
“Realmente el aborto no les da la garantía de absolutamente nada, no, las deja destruidas de por vida, y con cicatrices en el útero. Y quizás no pierden la vida, pero sí pierden muchas más cosas, como la paz, como la salud emocional y mental, psicológicamente quedan deshechas”.
Además, aseguró que “una vez que le das una opción verdadera a las mujeres, ellas van a optar por no abortar”.
Por otro lado, señaló, “vemos todas estas mujeres que dijeron ‘es que mi vida iba a estar mejor’, ‘yo sí lo quería, pero mi vida iba a estar mejor’. Y al final del día se dan cuenta que su vida no está mejor, y se arrepienten de haberlo hecho”.
“Eso no es algo que nos inventamos el movimiento provida o que se inventan algunos psicólogos, es la realidad de las mujeres que han abortado y que hoy están arrepentidas”, expresó.
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