El joven sacerdote italiano don Giovanni Fornasini tenía 29 años cuando un oficial nazi lo asesinó el 13 de octubre de 1944, durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy, en Bolonia, Italia, don Giovanni ha sido proclamado Beato en una ceremonia presidida este domingo 26 de septiembre por el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Marcello Semeraro.
El Papa Francisco, al finalizar el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano destacó su compromiso con los miembros de su parroquia, a los que se negó a abandonar a pesar del evidente peligro que corría durante la ocupación alemana de Italia.
“Hoy, en Bolonia, se beatifica a don Giovanni Fornasini, sacerdote y mártir. Párroco celoso en la caridad, no abandonó el rebaño en el trágico período de la Segunda Guerra Mundial, sino que lo defendió hasta el derramamiento de su sangre. Que su testimonio heroico nos ayude a afrontar con fortaleza las pruebas de la vida”, fueron las palabras del Santo Padre.
El Beato Giovanni Fornasini nació el 23 de febrero de 1915 en Pianaccio di Lizzano en Belvedere, Italia. Entró en el seminario en 1931 y fue ordenado sacerdote el 28 de junio de 1942 y nombrado vicario parroquial de la parroquia de Sperticano y, poco después, párroco.
Según se lee en la biografía publicada por la Congregación para las Causas de los Santos, durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial el Beato Fornasini convirtió su parroquia en una “cantera de la caridad”.
Don Giovanni Fornasini fue asesinado por el odio a la fe. El joven sacerdote llevaba los sacramentos a los moribundos en el cementerio de San Martino de Caprara. El joven sacerdote había acusado al oficial alemán que lo ejecutó de ser uno de los autores materiales de la masacre nazi-fascista de Monte Sole en Marzabotto, donde murieron asesinados cerca de 1000 personas.
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