La religiosa vive en la Casa Madre de las Hermanas Pasionistas de Signa, en Florencia (Italia), el convento en donde se registraron uno de los primeros focos de COVID en la Toscana durante la primera ola de contagios.
Durante los primeros días de abril dieron positivo al test de coronavirus 50 de las 70 religiosas de este instituto que viven en la Casa Madre, que está habilitada como lugar de reposo para las más ancianas.
Entre las contagiadas se encontraba la Hermana Costanza Midena, que permaneció en la Casa Madre siguiendo el tratamiento necesario para su recuperación.
El pasado 18 de agosto, la Congregación de las Hermanas Pasionistas anunció “con gran alegría” a través de su perfil de Facebook “la celebración de los 102 de años de Sor Costanza Midena, todos dedicados a Dios, en la oración y en el servicio asiduo e incondicional a los hermanos y hermanas confiados a ella en la misión”.
“La congregación entera se alegra y agradece al Señor por la fidelidad y el precio testimonio de Sor Costanza”, apuntan.
En la celebración de su cumpleaños se celebró una Misa de acción de gracias y fue visitada por el alcalde de la ciudad de Signa, Giampiero Fossi.
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