Obispo visita hospitales en frontera norte de México y bendice a enfermos y médicos

Mons. Eugenio Lira Rugarcía, Obispo de Matamoros en el estado de Tamaulipas, en la frontera de México con Estados Unidos, realiza una serie de visitas a varios hospitales que atienden a enfermos de coronavirus COVID-19 para llevarles el amor de Dios.

En los últimos días, Mons. Lira Rugarcía visitó el Hospital Dr. Norberto Treviño Zapata del Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) en Ciudad Victoria, así como el Hospital General y el Hospital Santander de Reynosa. En los próximos días visitará más centros de salud en esa zona.

En diálogo con ACI Prensa, el Obispo de Matamoros destacó que tanto en los hospitales públicos como privados “la recepción de parte de los directivos y de todo el personal ha sido extraordinaria”.

Había sed de este apoyo”, dijo, y señaló que el personal de salud y administrativo de los hospitales “ha participado en los momentos de oración y reflexión que hemos tenido”.

“Recibieron con mucho gusto el Rosario que se les obsequio, y también se compuso una oración que se les ha compartido, para que en los momentos más difíciles se unan a Dios, dejen que Dios los ayude, los consuele, los ilumine los fortalezca y también puedan llevar este consuelo a los demás”, dijo.

El Obispo de Matamoros destacó también la labor de los “Capellanes COVID-19”, un equipo de sacerdotes jóvenes que apoyan pastoralmente en los centros de salud donde se atienden a las personas contagiadas del coronavirus SARS-CoV-2.

Usando Equipo de Protección Personal (EPP) y respetando los protocolos de los centros de salud, los capellanes COVID-19 dan la absolución general a los enfermos, y manteniendo la distancia social animan, rezan y bendicen al personal sanitario.

Mons. Lira Rugarcía dijo a ACI Prensa que la misión de los capellanes COVID-19 “es llevar el consuelo de la fe, la luz de la esperanza y el amor de Dios a los enfermos, al personal sanitario, a las familias”.

El Prelado mexicano subrayó que “lo que está viviendo el personal sanitario es muy complejo” a causa de la pandemia, por lo que “vimos que era bien importante atenderlos”.

“Están cansados, agobiados, tensos por las decisiones tan difíciles que tienen que tomar, el exceso de trabajo, la limitación de recursos, la preocupación por sus familias, saber que sus familias están preocupados por ellos, incomprensiones, ver a sus pacientes que sufren, mirar que después de tanto esfuerzo muchos de ellos fallecen, ver que también algunos compañeros de trabajo se han contagiado y han muerto”, dijo.

Además del trabajo en los centros de salud, Mons. Lira Rugarcía destacó que a pesar de las dificultades causadas por la pandemia de COVID-19 “laicos y sacerdotes de la Diócesis de Matamoros han seguido trabajando respetando las disposiciones sanitarias y han contribuido también al cuidado de la salud”.

“Se ha seguido anunciando el Evangelio, celebrando la Eucaristía, y ofreciendo momentos de oración, cursos, reuniones a través de las nuevas tecnologías”, dijo.

Y se ha continuado con las obras sociales y caritativas: tenemos los centros de acopios de despensas, ropa y medicinas en las parroquias, comedores en parroquias para los pobres, tenemos los asilos, la casa hogar, la casa del indigente, las dos casas del migrante, una en Reynosa y una en Matamoros. También se tiene el apoyo a los damnificados que perdieron todo o casi todo por el huracán Hanna”, añadió.

El Prelado alentó a que “sigamos enfrentando esta pandemia que no ha pasado, que no ha terminado, que todavía está presente, con mucho realismo, responsabilidad y solidaridad”.

Es importante mantener el realismo, subrayó, porque “la luz de la fe nos ilumina para ver con claridad la totalidad de lo real, como dice el Papa Francisco”.

También se debe “entender que necesitamos, frente a una pandemia que es muy contagiosa y que puede ser mortal, actuar con muchísima responsabilidad. Que cada uno observe las medidas sanitarias que se han indicado, el uso de cubrebocas, la desinfección frecuente de las manos con agua y jabón o gel con alcohol al 70%, guardar sana distancia, desinfectar los espacios comunes, las cosas que son utilizadas por varias personas, conservar la sana distancia y, si es que es posible, quedarnos en casa”.

Sobre su tercer punto clave, “ser solidarios”, el Obispo mexicano subrayó que es necesario “entender que hay muchas personas que están viviendo momentos muy difíciles y requieren nuestro acompañamiento espiritual y nuestra ayuda material”.

Gracias a Dios, en esto ha habido muy buena respuesta de parte de la gente. Ha sido algo que a mí me ha edificado mucho”, expresó.

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