Religiosa viaja en moto para ayudar en zonas de misión de la India

Sor Shobka Rani Talari no es una religiosa convencional, pues siempre viaja en su motocicleta de un lado a otro para ayudar a los aldeanos de la zona de misión donde trabaja en India.

La congregación de las Hijas de la Divina Providencia, a la que pertenece sor Shobka, trabaja en la misión de Chhaygaon, en la Arquidiócesis de Guwahati, una zona pobre del noreste de la India, donde es sumamente necesario desplazarse con frecuencia para ayudar a los pueblos de las zonas remotas y realizar la labor pastoral.

Si bien antes sor Shobka tenía más problemas para viajar a las aldeas, ahora “sonríe cuando se sube a su nueva motocicleta”, pues le ayuda a movilizarse por el camino agreste para cumplir su labor en favor de los más necesitados.

Estas zonas de misión se ubican sobretodo en la selva, donde hay mucha pobreza, “no hay atención médica ni electricidad y casi nadie sabe leer y escribir”, y las familias afrontan muchos problemas a nivel social y económico.

Por ejemplo, los matrimonios son celebrados a muy temprana edad y los padres suelen descuidar el cuidado de sus hijos por ocuparse, “más mal que bien”, de alimentar a la familia.  Además, la cosecha de la que viven es afectada por elefantes u otros animales salvajes que atacan sus pequeños terrenos, señaló Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).

Allí, las religiosas tienen un pequeño internado donde educan a los niños de las aldeas. Sor Shobka dirige una escuela de pueblo de 100 alumnos y trabaja con 80 mujeres a las que educa para que ayuden a otras mujeres en el cuidado antes y después del embarazo, en la educación de los hijos y para que alerten sobre los peligros del abuso del alcohol y del consumo de tabaco.

Otra labor de sor Shobka es visitar estas aldeas con frecuencia para comprobar si sus miembros enfermos necesitan de atención médica, como es el caso de Bnedict Rabha, “un niño de 10 años que se cayó de un árbol y tuvo que ser trasladado al hospital”. Además, conversa con ellos y les da consejos para mantener y mejorar su salud.

La “religiosa itinerante” también se preocupa por la educación de los niños, pues sabe que es “la única manera de darles una oportunidad de desarrollo y esperanza de mejorar sus condiciones de vida”. Por ello, en sus visitas se esfuerza por “convencer a los padres para que envíen a sus hijos a la escuela”, pues sus padres no comprenden la necesidad de educación.

Debido a esta ardua labor, “sin un vehículo, el trabajo de una ‘religiosa itinerante’ es muy arduo”, señaló ACN. Por ello, dispusieron de 930 euros de las donaciones de los fieles para que la orden pueda conseguir una motocicleta. “Desde que sor Shobka Rani consiguió la moto, ha podido duplicar el número de visitas a los pueblos”, dijo sor Lilly Urakadan, superiora de la congregación.

Durante la pandemia del coronavirus, que coloca a India en el tercer lugar del mundo con más de tres millones de infectados de COVID-19 y más de 59 mil fallecidos, sor Lilly señaló que lograron “ayudar a 320 familias que sufrían una gran necesidad” en esa zona de misión.

El trabajo de las religiosas está siendo indispensable en este tiempo, pues crearon un centro de cuarentena en su escuela para alojar a quienes necesitan aislarse, pues las familias son muy numerosas y las casas donde viven son muy pequeñas como para mantener el distanciamiento social necesario, señaló ACN.

Además, gracias a Sor Shobka, que a veces se comunica con las autoridades locales, logró obtener “grandes avances en un área subdesarrollada y olvidada” como Chhaygaon.

Gracias a su intervención, se logró obtener “iluminación con energía solar” en una aldea, lo que permitió que los elefantes que solían entrar en la noche para atacar sus territorios, se mantengan alejados. Además, logró que una de las carreteras se amplíe en 2021, lo que facilitará la comunicación y el transporte, y con ello, el desarrollo local.

La Iglesia en la zona de misión es joven, pues la población pertenece a diferentes grupos étnicos indígenas y ha pasado de las religiones tribales tradicionales al cristianismo. Debido a ello, la gente tiene una fe muy grande y una participación entusiasta en la vida de la Iglesia, pero “necesitan orientación y profundización en su camino”.

Por ello, las religiosas son un gran apoyo para el párroco en la atención pastoral de las aldeas remotas, donde si bien “no se puede celebrar la Eucaristía todos los domingos”, congregan a los fieles para rezar el rosario u otras oraciones y devociones. Además, apoyan en la formación continua de los catequistas. Con la nueva motocicleta, su labor podrá tener un mayor impacto.

En el último año, ACN también logró que otros religiosos, sacerdotes y catequistas puedan adquirir, gracias a las donaciones de los fieles, un total de 266 automóviles, 119 motocicletas, 266 bicicletas y 12 barcos para la atención pastoral.

“Estamos muy agradecidas por su generosa ayuda. Les aseguramos nuestras oraciones por ustedes y todos los benefactores. Por favor, recen por nosotras para que podamos proclamar siempre el Reino de Dios con gran celo, a través de nuestras palabras y de nuestras acciones”, concluyó sor Lilly.

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