José Gálvez Krüger, director de la Enciclopedia Católica y miembro de la Sociedad Peruana de Historia, publicó recientemente un importante análisis desentrañando los simbolismos que “esconde” la imagen del Señor de los Milagros, conocido también como el Cristo Moreno, del Perú.
En su artículo “El altar mayor del Señor de los Milagros de Lima y sus simbolismos”, Gálvez Krüger aseguró que “el altar de las Nazarenas”, iglesia donde se encuentra la pared de la milagrosa imagen de Cristo, “es el punto final de un camino, o la meta de una carrera, al final de la que se recibe la corona de la vida, para usar las expresiones del Apóstol”.
“La devoción a este Cristo de las Maravillas es una ruta de conversión, es el Camino Angosto que conduce a la Puerta Estrecha. Es además, principio y fin. Alfa y Omega. Es la Puerta de Dios”, aseguró.
Gálvez Krüger explicó que “el aspecto de la pintura mural de la iglesia de las Nazarenas, es resultado de intervenciones hechas sobre la imagen original, de las que existen pruebas documentales”.
“Un pintor artesanal, presuntamente un hijo del África, imprimió sobre un muro de adobes a Cristo clavado en una cruz, teniendo por fondo un cielo tenebroso, en el que están visibles, simultáneamente, el sol y la luna”, recordó.
El Director de la Enciclopedia Católica indicó que “la finalidad de esta composición sideral es explicar mediante imágenes, el instante en que la tierra fue envuelta por la obscuridad, que sofocó al sol del mediodía”.
“El sol creado, dicen los autores barrocos en muchos lugares, se oculta porque no quiere ser testigo del eclipse del Sol de Justicia: La protesta del cielo hace eco en la tierra, y se desata un aterrador terremoto”.
“Las tinieblas que envuelven a Cristo, prefiguran el ‘Sol escondido’ de la Eucaristía”, añadió.
Gálvez Krüger dijo además que el Cristo Moreno peruano “parece tener como modelo al ‘Cristo de Malta’, cuyas similitudes saltan a la vista”.
“Luego de ocurridos los sucesos prodigiosos que evitaron su destrucción por mandato de la autoridad, se adicionaron las representaciones del Padre Eterno, el Espíritu Santo, la Virgen Dolorosa y la Magdalena”, continuó.
“Esta adición delata una intención pedagógica”, precisó, indicando que “el mensaje no puede ser más sencillo. Aquél día, muchos de los presentes en el Calvario, al ver la reacción de los cielos y de la tierra proclamaron: ¡Realmente este era el Hijo de Dios! Y muchos huyeron despavoridos, temiendo el castigo”.
“El mensaje del muro nazareno”, indicó Gálvez Krüger, “resume el drama de la Humanidad -figurada en la Venturosa Magdalena- que comparece, temerosa ante Dios (por la conciencia de sus culpas), pero con la certeza que el Señor no será su Juez, sino su Salvador, por su gran misericordia y por los ruegos de María, que está al pie de la Cruz, crucificada en su corazón”.
El Director de la Enciclopedia Católica destacó luego que “el limeño busca amparo ante este muro, que le recuerda que aunque la tierra se sacuda y los edificios se desplomen, la Misericordia de Dios - expresada en esta pared- se mantiene incólume”.
Multitudinaria procesión del Señor de los Milagros en Lima, Perú. Crédito: David Ramos / ACI Prensa.
“Los discípulos de Emaús, sin darse cuenta que estaban en presencia del Señor Glorificado, sentían un fuego inefable en el corazón. Recién le reconocieron al partir el Pan. He aquí el significado de los corazones inflamados del coronamiento, incendiados por el fuego eucarístico, y abrasados por el Amor Trinitario”, dijo.
“El corazón humano amante, siente que es amado por Quien es Amor y nada más que Amor. El corazón humano se espiritualiza y se eleva, volando hacia lo alto con la fuerza que le ha dado el Pan de la Palabra y el Pan de la Eucaristía”.
“La presencia de Santa Teresa de Jesús, en uno de los costados del Sagrario, la propone como modelo de amor a la Eucaristía, ya que ella promovía y recomendaba la Comuniçon cotidiana”, continuó.
Gálvez Krüger destacó que “en los momentos de prueba, Lima vuelve a su Salvador, revestida de paciencia y humildad, porque entiende que las penurias materiales y las consecuencias de los sucesos naturales que pueden oprimirla, no escapan a la Providencia de Dios”.
“El hábito nazareno, tal como lo conocemos, sintetiza la devoción multiforme a la Santa Paciencia.El hábito morado simboliza el cuerpo tundido y herido por los látigos y flagelos. Y el cordón al cuello indica el reato de culpa”.
El Director de la Enciclopedia Católica dijo también que “el coronamiento, sea en cualquiera de las dos versiones registradas mediante el grabado, como el Triunfo de la Cruz y las Armas de Cristo, o en su versión actual, que ostenta al Arcángel San Miguel derrotando al demonio, proclama el Triunfo de la Fe, que es la convicción de lo que no vemos, y la certeza de lo que esperamos”.
“A nuestro parecer, el simbolismo de este ‘Evangelio visual’ es el que ha mantenido viva esta devoción, y ha sido el motor que la ha propagado por el mundo”, aseguró.
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