El Presidente del Área Educación de la Conferencia Episcopal de Chile, Mons. Héctor Vargas Bastidas, reflexionó sobre los desafíos a corto y mediano plazo de la educación en Chile a propósito de la situación sanitaria.
“Nuestros estudiantes y sus familias están atravesando una situación extremadamente compleja debido al hacinamiento, ambientes de vulnerabilidad, carencias económicas, de conectividad y falta de oportunidades para su desarrollo normal”.
“En este sentido, debemos preguntamos por aquellas habilidades que necesitan desarrollar para enfrentar una crisis como esta”.
Orientaciones para el cuidado y apoyo emocional
Mons. Vargas expresó que “se hacen necesarias orientaciones para su cuidado y apoyo emocional en este período de confinamiento, trabajando en su autoaprendizaje”.
En ese sentido, invitó a “potenciar la automotivación, autogestión y autocontrol; tarea de enorme envergadura y dificultad, pero esencial para su resiliencia y perseverancia”.
Ante la partida de familiares y cercanos, el Obispo recomendó “delinear cómo apoyarlos, entregándoles habilidades para la vida, sus desafíos, dolores y esperanzas: resistencia a la frustración, descubrir el valor de la solidaridad respecto de quienes sufren aún más, y la oportunidad de compartir aprendizajes en red”.
“La formación del carácter, desde estos valores, es clave para el desarrollo de la personalidad, responsabilidad, esfuerzo y sacrificio para conseguir metas”.
Metodología de la enseñanza
Otra de las tareas, es seguir “adaptando los modelos formativos a un escenario de educación no presencial, al igual que atender a cómo están afrontando los docentes el trabajo desde sus hogares”, describió el Obispo.
“Avanzar hacia una incorporación real de lo virtual pasa por atender las inequidades de nuestra sociedad, porque no todos los habitantes de nuestro país tienen acceso a las mismas oportunidades”.
Si bien, el sistema educacional en su conjunto “ha hecho un gran esfuerzo en buscar respuestas ante la emergencia” corresponde ahora “discutir sobre visiones educativas, cultura escolar y metodología de la enseñanza, con una nueva visión paradigmática”.
“Nuestros docentes deben contar con el apoyo de sus comunidades para utilizar fórmulas híbridas en competencias tecnológicas, desarrollo de material instruccional y perfeccionamiento en didáctica y evaluación”.
Nueva relacionalidad
El Presidente del Área educación pidió “recomponer y fortalecer los lazos entre todos los miembros de las comunidades educativas, creando una nueva relacionalidad, a partir de la misión común que comparten en la formación integral de los estudiantes, cuidando sus escuelas, fortaleciendo la fraternidad y la colaboración”.
“Los jardines infantiles, escuelas, liceos, centros de formación técnica y universidades deben continuar como lugares para crecer y desarrollarse integralmente, teniendo modelos de personas con quienes identificarse e instancias para desarrollar la esperanza y construir futuro”.
“La gran lección de este período es reavivar la importancia de colaborarnos entre todos, para así obtener los mejores aprendizajes de nuestros estudiantes”, aseguró.
Flexibilidad post pandemia
Mons. Vargas dijo que posterior a la emergencia sanitaria, será “transcendental transitar hacia sistemas educativos más flexibles y menos centralizados en la evaluación, duración del calendario escolar y currículum aplicable”.
“Preservando el espíritu solidario característico de la educación en Chile, animamos a que las instituciones que tienen posibilidades, apadrinen a aquellas más afectadas”.
Más allá, “el desafío es que toda comunidad educativa sea capaz de organizarse para ir en ayuda y apoyo de sus integrantes más afectados, o a las del lugar en el que se encuentra, fortaleciendo el vínculo con las familias”, aseguró.
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