El Arzobispo de Cali (Colombia), Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía, expresó su dolor y envío muestras de solidaridad a las familias de cinco adolescentes que fueron masacrados el martes en el barrio Llano Verde.
“El ‘genocidio generacional’ que desprecia y desecha la vida de nuestros adolescentes y jóvenes pobres, condenándolos al exterminio, en lugar de abrirle oportunidades a sus vidas, hiere a Cali con la masacre de cinco adolescentes en el sector de Llano Verde”, dijo el arzobispo en un comunicado publicado el 12 de agosto.
“Al menos dos de ellos eran alumnos del colegio que está bajo nuestra responsabilidad institucional de Iglesia Católica. Muy hondo dolor nos causan y muy firme solidaridad les expresamos a las familias golpeadas”, agregó.
También dijo que, junto al rector del Colegio, el licenciado Moisés Paz, están “coordinando un acto de unidad, de oración y de esperanza el sábado [15 de agosto] al atardecer”.
La Revista Semana informó que los cuerpos encontrados el 11 de agosto, pertenecientes Juan Manuel Montaño, Jean Paul Perlaza, Álvaro José Caicedo, Jair Andrés Cortéz y Leyder Cárdenas, “tenían golpes, rayones en los brazos, heridas con arma blanca en el cuello y tiros de gracia en la cabeza”.
El jueves 13 de agosto, cuando los cuerpos eran velados en la cancha de Llano Verde, desconocidos lanzaron una granada cerca de la comisaría y explotó en una casa aledaña. El atentado dejó un muerto y 14 heridos.
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, anunció la militarización de la zona aledaña al barrio donde ocurrieron los hechos. Asimismo, las autoridades ofrecerán hasta 200 millones de pesos colombianos (aproximadamente 53 mil dólares) por información que revele el paradero de los asesinos.
“Todo asesinato es una tortura contra el alma humana de la víctima y de su familia. También una tortura y un estigma más contra la población pobre que integra el territorio. ¿Y los asesinos? ¿Y los que los organizan como ‘empresa’ para matar? ¿Y los que dan la orden? ¿Y el Estado? ¿Y la sociedad? Son preguntas que invitamos a cada quien a que las respondamos y definamos la responsabilidad”, escribió Mons. Monsalve.
El prelado subrayó que “Cali y Colombia no pueden dejar que avance este genocidio generacional urbano, bajo ninguna justificación”.
“Creemos en nuestros adolescentes y jóvenes, golpeados por la pobreza y reventados en su alegría y sociabilidad por el confinamiento”, acotó.
Mons. Monsalve también aprovechó para hacer un llamado “a la vigilancia colectiva y a permanecer cercanos a su familia, evitando la ocasión para que los verdugos y asesinos los arrastren a sus guaridas”.
“Las autoridades y la fuerza pública garanticen el acordonamiento de zonas residenciales, impidan la movilidad de personas armadas y de ‘escuadrones de la muerte’ y prohíban, con retenes sorpresivos y permanentes, el porte y tráfico de armas y el reclutamiento delincuencial de menores”, fue el pedido del Arzobispo de Cali.
Finalmente, prometió que la Iglesia local seguirá “uniendo los esfuerzos de toda la sociedad para sacar de la cotidianidad las armas, las violencias, junto con los odios y las codicias de riqueza y de poderes perversos, que se vuelven cizaña sofocante de la buena y sana convivencia que todos debemos construir”.
“Dios, que pone el don de la vida y de la dignidad humana inviolables, esté en las conciencias y conductas de todos”, concluyó.
El viernes 14 de agosto se llevó el último adiós a los 5 jóvenes asesinados. El Vicario General de la Arquidiócesis de Cali, P. Winston Mosquera, presidió una Misa en el sector de Llano Verde.
El medio local El Tiempo señala que hay diversas hipótesis sobre la masacre. “Una indica que fue acción de grupos de exterminio, otra habla de un posible reclutamiento de bandas en la zona y otra de familiares que señalaron que los menores desaparecidos en la tarde del martes habrían ido a elevar cometas y luego se fueron a comer caña. La hipótesis señala que habrían ingresado a un predio cerca de un cañaduzal, donde se hallaron sus cuerpos porque los habrían confundido con algún delincuente”.
Según el programa Cali Cómo Vamos, entre enero y junio de 2020 hubo 28 homicidios de menores (26 hombres y 2 mujeres) en Cali.
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