El número de canadienses que se suicidaron con asistencia médica casi se duplicó entre 2017 y 2019, según un reciente informe publicado por el Gobierno de Canadá.
Más de un tercio de los que optaron por “asistencia médica para morir” o suicidio asistido mencionaron preocupaciones de ser una carga para la familia o los cuidadores.
El “First Annual Report on Medical Assistance in Dying in Canada 2019” (Primer informe anual sobre asistencia médica para morir en Canadá 2019) se publicó en julio. Fue lanzando tras una serie de informes provisionales que se publicaron durante el último año.
En 2019, un total de 5.631 canadienses terminaron sus vidas a través de los protocolos de “asistencia médica para morir” o “MAID” del país. Esto representa el 2% del total de muertes en Canadá, un aumento del porcentaje de 2018. En 2018, el número de muertes de MAID representó el 1.12% del número total de muertes en Canadá.
El informe encontró que el cáncer era la afección más común entre quienes terminaban sus vidas con MAID, seguido de afecciones respiratorias y enfermedades neurológicas. Algo más de dos tercios de los que usaron MAID tenían cáncer como condición subyacente.
Además de tener una muerte natural “razonablemente previsible”, una persona que deseaba recibir MAID también tenía que demostrar que su condición les estaba causando un “sufrimiento físico o psicológico duradero que es intolerable para ellos y que no se puede aliviar de una manera que les parezca aceptable”.
En poco más de un tercio de las muertes por MAID de 2019, una de las razones citadas fue una “carga percibida en la familia, amigos o cuidadores”, y en el 13.7% de los casos, el “aislamiento o la soledad” fue un factor.
“Cuando se les pidió que describieran la naturaleza del sufrimiento que provocó su solicitud, los pacientes informaron con mayor frecuencia ‘una pérdida de capacidad para participar en actividades de la vida significativas’ seguido de ‘pérdida de capacidad para realizar actividades de la vida diaria’ informada en 82.1% y 78.1% de casos, respectivamente”, dice el informe.
Se citó “control inadecuado del dolor” en el 53.9% de los casos, seguido de “pérdida de dignidad” en el 53.3% de los casos.
En los estados de Estados Unidos con suicidio asistido legal, menos de la mitad del 1% de las muertes se deben a la eutanasia, la tasa más baja del mundo. Si los números de Canadá se extrapolaran a los Estados Unidos, aproximadamente 50.000 personas cada año terminarían sus vidas con MAID. Esto colocaría a la eutanasia entre las 10 principales causas de muerte en los Estados Unidos, justo por encima de la “autolesión intencional (suicidio)” y justo debajo de la enfermedad renal.
Los países que permiten a los médicos administrar la eutanasia y no obligan a la autoadministración tienen porcentajes más altos de muertes por eutanasia. Al igual que en países como Bélgica y los Países Bajos, la ley canadiense permite a los médicos administrar la dosis letal de medicamentos a los pacientes. En los Estados Unidos, las drogas deben ser autoadministradas.
Si bien los canadienses tienen la opción de autoadministrarse los medicamentos, el número de personas que eligieron hacerlo el año pasado fue “menos de siete”.
En 2019, la edad promedio de una persona que recibió MAID en Canadá fue de 75.2 años, pero 103 personas entre las edades de 18 y 45 recibieron MAID.
El año pasado, el 92.2% de las solicitudes de MAID fueron aprobadas, de un total de 7.336 solicitudes.
Solo el 3.6% de las personas que se consideraron elegibles para MAID retiraron su solicitud.
De los que se consideraron no elegibles para MAID en 2019, aproximadamente una cuarta parte fue denegada porque la muerte era “razonablemente previsible”, y una cuarta parte adicional fue denegada por no estar “en un estado avanzado de disminución irreversible de la capacidad”. Es probable que esos requisitos cambien para los años futuros.
En septiembre de 2019, el Tribunal Superior de Quebec determinó que el requisito de que una persona que recibe MAID tenga una “muerte natural razonablemente previsible” era inconstitucional. Más tarde, el gobierno canadiense anunció que no tiene la intención de apelar esta decisión, y en febrero de 2020 se introdujo una legislación titulada Bill C-7 para ampliar aún más los criterios de MAID.
El Cardenal Thomas Collins, Arzobispo de Toronto, emitió una declaración en febrero criticando al proyecto de ley C-7 por ampliar los criterios para MAID sin ampliar la disponibilidad de cuidados paliativos.
“¿Dónde está la voluntad política para impulsar los cuidados paliativos para todos los canadienses? Solo el 30% de los canadienses tiene acceso a cuidados paliativos de calidad, aunque sabemos que el dolor y la soledad se encuentran entre los mayores temores de quienes sufren. Los cuidados paliativos pueden abordar estos problemas”, dijo el Cardenal Collins.
“Si todos los canadienses tuvieran acceso a cuidados paliativos de calidad, menos buscarían una inyección letal. Pero en lugar de desarrollar una cultura general de atención, nos precipitamos hacia la muerte a pedido”, dijo, y agregó que los médicos se verán obligados a cumplir con las solicitudes de eutanasia ya que Canadá no tiene protecciones de derechos de conciencia para los profesionales médicos.
El Purpurado acotó que “deberíamos tomarnos el tiempo para estar realmente presentes para aquellos que puedan sentir que están al margen de nuestra comunidad”.
“Todos los que sentimos que su vida ya no tiene valor debemos estar seguros de que este no es el caso en absoluto: hay dignidad en cada vida humana, no solo cuando somos jóvenes, sanos y capaces, sino aún más, cuando somos frágiles y vulnerables”, agregó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en Catholic News Agency.
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