El Papa Francisco animó antes del rezo del Ángelus de este Domingo 2 de agosto a sentir compasión por los demás y recorrer el camino de la fraternidad “que es esencial para afrontar las pobrezas y los sufrimientos de este mundo, especialmente en este momento grave”.
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Mateo (Mt 14, 13-21) que describe el milagro de la multiplicación de los panes, el Santo Padre destacó que Jesús sintió compasión y ternura ante la multitud y manifestó concretamente su amor.
“La compasión, la ternura que Jesús ha mostrado respecto a la multitud no es sentimentalismo, sino la manifestación concreta del amor que se hace cargo de las necesidades de las personas”, señaló el Papa.
En esta línea, el Pontífice dijo que “estamos llamados a acercarnos a la celebración eucarística con estas mismas actitudes de Jesús: compasión de las necesidades de los otros”.
Por ello, el Papa Francisco rezó para que “María Santísima nos ayude a recorrer el camino que el Señor nos indica en el Evangelio de hoy. Es el recorrido de la fraternidad, que es esencial para afrontar las pobrezas y los sufrimientos de este mundo, especialmente en este momento grave, y que nos proyecta más allá del mundo mismo, porque es un camino que inicia en Dios y a Dios vuelve”.
Al referirse a la escena de la multiplicación de los panes que se desarrolla en un lugar desierto, el Papa destacó que la gente buscaba a Jesús “para escucharlo y hacerse curar: sus palabras y sus gestos sanan y dan esperanza”.
Ante la propuesta de Jesús a los discípulos de dar de comer a la multitud, el Santo Padre advirtió el peligro de la actitud del “que se las arreglen” e invitó a preguntarse “¿qué nos ofrece la Providencia para compartir?”.
Lógica de Dios
“Jesús, a través de esta situación, quiere educar a sus amigos de ayer y de hoy en la lógica de Dios: la lógica del hacerse cargo del otro”, afirmó.
En este sentido, el Papa explicó que con la multiplicación de los panes “Jesús manifiesta su poder, pero no de forma espectacular, sino como señal de la caridad, de la generosidad de Dios Padre hacia sus hijos cansados y necesitados. Él está inmerso en la vida de su pueblo, comprende los cansancios y los límites, pero no deja que ninguno se pierda o falte: nutre con su Palabra y dona alimento abundante para el sustento”.
Además, el Santo Padre describió que en este pasaje evangélico “es evidente la referencia a la Eucaristía, sobre todo donde describe la bendición, la fracción del pan, la entrega a los discípulos, la distribución a la gente” por lo que destacó “el vínculo estrecho entre el pan eucarístico, alimento para la vida eterna, y el pan cotidiano, necesario para la vida terrena”.
“Antes de ofrecerse a sí mismo como Pan de salvación, Jesús se preocupa por el alimento para aquellos que lo siguen y que, por estar con Él, se han olvidado de hacer provisiones. A veces se contrapone espíritu y materia, pero en realidad el espiritualismo, como el materialismo, es ajeno a la Biblia”, advirtió.
Por último, el Papa Francisco indicó que “la compasión no es un sentimiento solamente material, la verdadera compasión es ‘padecer con’” por lo que añadió que “quizá nos hará bien preguntarnos: ‘¿Yo tengo compasión?’ Cuando veo las noticias de la guerra, del hambre, de la pandemia ‘¿Tengo compasión? ¿O miro hacia otra parte?’ No olviden esta palabra: compasión, que es confianza en el amor providencial del Padre y significa un valiente compartir”, concluyó.
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