La muerte del querido sacerdote benedictino, arquitecto y premio nacional de Historia en Chile, P. Gabriel Guarda, motivó distintos mensajes de agradecimiento e incluso el decreto de duelo comunal en Valdivia, ciudad que lo vio nacer.
A los 92 años de edad, el sacerdote que vivía en el monasterio benedictino de la Santísima Trinidad, en la comuna de Las Condes en Santiago de Chile, fue encontrado en su cama sin vida el viernes 23 de octubre.
Al conocer la noticia, el Administrador Apostólico de Valdivia, P. Gonzalo Espina, expresó en un comunicado que el P. Guarda “fue un hombre entregado a la Iglesia como historiador, arquitecto y religioso”.
“Nos deja un legado que continuaremos desarrollando para provecho de las generaciones futuras. Ya se puede ver este trabajo en el Archivo Histórico del Obispado de Valdivia y en la renovación museográfica del Museo de Catedral, y pronto se irán sumando nuevos esfuerzos por perdurar su labor”, agregó.
El P. Guarda se dedicó a la “investigación, conservación y restauración de diversos inmuebles, así como su participación en la creación de diversos museos, centros culturales y la publicación de varias obras que tratan de la historia regional”.
“Para la Iglesia valdiviana, su sello más tangible y evidente se traduce en la Catedral de Valdivia y su Museo Catedral, obras en las que participó directamente”.
El alcalde de Valdivia, Omar Sabat, agradeció al sacerdote en su cuenta de Twitter por “su invaluable legado histórico cultural” que seguirá “sembrando semillas que nos permitan poner en resguardo nuestro valioso pasado y en perspectiva el auspicioso futuro”.
DECRETAMOS 3 DIAS DE DUELO COMUNAL POR FALLECIMIENTO DEL PADRE GUARDA
Seguros que gracias a su invaluable legado histórico cultural, podremos seguir sembrando semillas que nos permitan poner en resguardo nuestro valioso pasado y en perspectiva el auspicioso futuro. #valdiviacl pic.twitter.com/XOZDG6XNKQ
— Omar Sabat (@Omar_Sabat) October 23, 2020
En tanto, el presidente de la CECh, Mons. Santiago Silva, expresó en una carta dirigida a la comunidad benedictina su “inmensa gratitud por tanto bien que la Iglesia y la sociedad chilena recibieron del padre Gabriel en su fecundo ministerio y en su admirable vocación de creador y recreador, como arquitecto, historiador e investigador”.
“Diversos lugares de nuestro Chile inscriben el paso del padre Gabriel aportando belleza, ayudando en la valoración de la memoria y la tradición, así como en el rescate del patrimonio cultural y cuidado de los bienes culturales de la nación y de la Iglesia”.
“Varias de estas contribuciones las hizo desde diversos organismos de la Conferencia Episcopal de Chile, que siempre contó con él a la hora de emprender un nuevo desafío”, sostuvo Mons. Silva.
Monje benedictino Gabriel Guarda
Fernando Guarda Geywitz nació en la ciudad de Valdivia, sur de Chile, en 1928.
Estudió en el Instituto Salesiano de Valdivia y en el Internado Nacional Barros Arana en Santiago. En 1947 ingresó a escuela de arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC).
Antes de titularse, en 1953, publicó la obra Historia de Valdivia: 1552-1952. Ese mismo año viajó a Europa para continuar sus estudios de arquitectura y para profundizar en su interés por la historia.
Se tituló de arquitecto en 1958 en Chile y quince días después ingresó a la Orden de San Benito, ordenándose sacerdote en 1968 bajo el nombre de Gabriel Guarda.
Fue profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología y profesor de Historia Urbana en la Facultad de Arquitectura de la UC.
Publicó más de 300 artículos, investigaciones y libros relacionados con la historia religiosa, urbana y regional y la arquitectura.
En 1984 fue galardonado con el Premio Nacional de Historia, con el Premio Bicentenario en 2003 y el Premio de Conservación de Monumentos Nacionales en 2004.
El P. Guarda realizó una intensa labor en el rescate del patrimonio cultural arquitectónico de territorios de Chiloé, Osorno, Valdivia, Colchagua y Valle de Elqui, además de su liderazgo en la construcción de la Catedral de Valdivia y la capilla del Monasterio Benedictino, lugar donde vivió los últimos años de su vida antes de partir a la Casa del Padre.
El sacerdote fue despedido por la comunidad benedictina en forma privada el sábado 24 de octubre.
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