El Arzobispo de Varsovia (Polonia) lamentó la profanación de una estatua histórica de Cristo con la bandera gay e instó a los manifestantes a respetar la sensibilidad religiosa.
O wiele bardziej przerażające jest to, że oni nie wiedzą, co znaczy Chrystus w cierniowej koronie upadający pod krzyżem w drodze na Golgotę. I dlaczego stanął tam w 1898 r. Podziękowania dla polskiej szkoły. Gratulacje dla rodziców tych "bohaterów". pic.twitter.com/PDrJRfV8xJ
— Stanisław Janecki (@St_Janecki) July 29, 2020
El 29 de julio, el Arzobispo de Varsovia, Cardenal Kazimierz Nycz, lamentó la decisión de los manifestantes de profanar la estatua ubicada frente a la iglesia de la Santa Cruz en Krakowskie Przedmieście, una de las calles más conocidas de la ciudad, señaló en una declaración publicada en el sitio web de la Conferencia Episcopal de Polonia.
La estatua, que representa a Cristo cargando la cruz y apuntando hacia el cielo con uno de sus brazos, se asienta sobre un pedestal que lleva grabado las palabras “Sursum corda”, que significa “Eleven sus corazones”, un mensaje que ha alentado a los polacos durante algunos de los momentos más adversos y oscuros de su historia.
La imagen fue colocada fuera de la iglesia en 1858 y permaneció en pie durante el Levantamiento de Varsovia en 1944. En respuesta al levantamiento, los nazis destruyeron hasta el 90% de los edificios de la ciudad y derrumbaron la estatua.
Una fotografía de la época muestra la estatua rota que yace entre los escombros con su dedo apuntando a la inscripción “Sursum Corda”, ubicada arriba de la imagen. Este hecho fue visto como un signo de la providencia de Dios en medio de la ocupación nazi.
“La profanación de la estatua histórica de Cristo ‘Sursum corda’ ubicada en Krakowskie Przedmieście en Varsovia, causó dolor a los creyentes, feligreses de la iglesia de la Santa Cruz y muchos residentes de la capital, para quienes la estatua del Salvador llevando la cruz se convirtió en un símbolo de esperanza en los días más difíciles del Levantamiento”, señaló el Cardenal Nycz.
“Pido respeto por los sentimientos religiosos de los creyentes, independientemente de sus puntos de vista. Dejemos de usar actos de vandalismo y cruzar fronteras en el debate público”, agregó.
El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, que fue fotografiado rezando al pie de la estatua el 29 de julio, dijo en su cuenta de Twitter que “no hay consentimiento para profanar símbolos nacionales y religiosos en nombre de ninguna ideología”.
“Los valores que simbolizan, importantes para millones de polacos, son un patrimonio sujeto a protección especial. No puedes convertirte en un agresor bajo el pretexto de la supuesta igualdad”, afirmó.
Nie ma zgody na profanowanie symboli narodowych i religijnych w imię żadnej ideologii. Wartości, które symbolizują, ważne dla milionów Polaków, są dziedzictwem, które podlega szczególnej ochronie. Nie można pod płaszczykiem rzekomej równości stawać się agresorem. pic.twitter.com/E4NPgn2mWr
— Mateusz Morawiecki (@MorawieckiM) July 29, 2020
En la noche del 28 al 29 de julio, activistas vestidos de negro pegaron una bandera del arcoíris en el brazo de la estatua y una bufanda con un símbolo anarquista en el rostro de Cristo, dejando una tarjeta con un manifiesto de “derechos LGBT”. Los manifestantes también atacaron otros monumentos prominentes en la ciudad.
El suceso tuvo lugar semanas después de una elección presidencial muy reñida, en la que ganó el actual presidente Andrzej Duda, del partido Ley y Justicia (PiS), quien firmó una “Carta de familia” que se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de menores por parte de estas parejas, además se compromete a “proteger a los niños de la ideología LGBT”.
El viceministro de justicia de Polonia, Sebastian Kaleta, remitió el incidente de la estatua a la oficina del fiscal, señalando que infringe las leyes relacionadas con ofender la sensibilidad religiosa y profanar los monumentos nacionales.
El 30 de julio, el periódico polaco Gazeta Wyborcza informó que la oficina del fiscal abrió una investigación sobre el agravio.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
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