REDACCIÓN CENTRAL, 26 Ene. 19 (ACI Prensa).- El postulador de la causa de beatificación de Carlo Acutis, joven de 15 años conocido como el ciberapóstol de la Eucaristía, se pronunció tras la publicación de una noticia que indicaba que el cuerpo del joven está incorrupto.
“El miércoles 23 de enero, los restos mortales del venerable Carlo Acutis, de acuerdo a las normas canónicas, fueron exhumados y transferidos a un lugar idóneo, en vistas a su traslación en el ‘Santuario del Despojo’ de Asís, prevista para el próximo 5 o 6 de abril próximo”, explica Nicola Gori, postulador de la causa de beatificación del joven italiano.
“En lo que respecta al estado de conservación del cuerpo es prematuro cualquier juicio, ya que están en curso oportunas verificaciones de parte del personal médico”, precisó Gori en un comunicado con fecha 24 de enero ante las informaciones difundidas en redes sociales.
El comunicado apareció luego que el P. Marcelo Tenorio, un sacerdote de Sao Paulo que se presentó como vicepostulador de la causa de Carlo Acutis, publicara en Facebook que el cuerpo del joven fue encontrado intacto.
La publicación original fue borrada y en su lugar apareció un posteo que buscaba clarificar la primera: “El cuerpo estaba en buen estado de conservación”, indicó el sacerdote.
“Al dar la noticia de la exhumación y la condición del cuerpo, lo hice a nombre propio sin ninguna autoridad canónica o científica”, escribió, y recordó que en Brasil existe una gran devoción por Acutis.
Además del comunicado del postulador Nicola Gori, el sitio web de la Asociación de Amigos de Carlo Acutis también señala que ellos y la postulación de la causa del joven italiano “solicitan amablemente a los seguidores y devotos de Carlo que sean discretos y se abstengan de difundir cualquier noticia infundada que vaya más allá de la devoción a Carlo, de acuerdo con las actuales normas canónicas que aún no consienten el culto público”.
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra), donde vivía su familia por motivos laborales. Años más tarde se trasladaron a Milán (Italia).
Hizo su Primera Comunión a los siete años y desde entonces su vida estuvo marcada por un profundo amor hacia la Eucaristía, a la que consideraba como una “autopista hacia el cielo”.
Asistía a Misa todos los días y también rezaba el Rosario, impulsado por su devoción a la Virgen María, a quien consideraba su confidente. Además, daba clases de catecismo a los niños y ayudaba a los más necesitados.
Su intensa vida espiritual lo llevó a crear lo que algunos llamaron el “kit para hacerse santo”, que estaba compuesto por la Misa, la Comunión, el Rosario, la lectura diaria de la Biblia, la confesión y el servicio a los demás.
Una biografía suya recoge las palabras que él pronunció sobre sus ideales: “Nuestra meta debe ser el infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera”.
Acutis también desarrolló un especial talento por la informática y fue considerado un genio por los adultos que lo conocían.
Uniendo sus conocimientos y su celo evangelizador, creó exposiciones virtuales sobre temas de fe. Una de las más destacadas tiene como tema los milagros eucarísticos en todo el mundo. La hizo cuando tenía 14 años.
Cuando descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de la Virgen del Pilar, con solo 15 años de edad.
Según indica el sitio web italiano Famiglia Cristiana, antes de saber que estaba enfermo, el joven grabó un video donde dijo que si moría le gustaría que lo enterraran en Asís.
El 5 de julio de 2018 el Papa Francisco firmó el decreto que reconoce las virtudes heroicas de Carlo Acutis, un paso importante en una causa de beatificación.
Esta aprobación significa que la Iglesia reconoce que el siervo de Dios vivió de manera heroica o sobresaliente las virtudes teologales de fe, esperanza y caridad.
El siguiente paso es esperar que la Santa Sede reconozca un milagro obrado por intercesión de Carlos Acutis, para proceder con su beatificación.
Para su canonización, se requiere que la Iglesia reconozca oficialmente otro milagro obrado por intercesión del joven italiano.
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