JMJ Panamá 2019: Peregrinos asiáticos regresarán a sus países para fortalecer la fe

Además de las numerosas delegaciones de América Latina en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019 que culminó este domingo, también estuvieron presentes peregrinos de toda Asia que llegaron para fortalecer su fe a pesar del aumento de la secularización en sus países o la hostilidad manifiesta de algunos gobiernos.

Cientos de peregrinos coreanos llenaron al Santuario Nacional del Corazón de María, en Ciudad de Panamá, el miércoles 23 de enero por la mañana. La Arquidiócesis de Seúl envió a 31 peregrinos, y otras diócesis en Corea también enviaron grupos numerosos. En el caso de Corea del Sur, los peregrinos indicaron que las dificultades para la evangelización es el ambiente secularizado de la sociedad.

En un evento para peregrinos de habla inglesa a principios de esta semana, también destacaron grupos de Malasia e India.  

Dos jóvenes peregrinos de Hong Kong, Constance Lau y Judy Fan, contaron a CNA -agencia en inglés del Grupo ACI- que las iglesias ofrecen muchas actividades para jóvenes en su ciudad, a pesar de que los católicos representan solo el 8% de la población. En la anterior JMJ Cracovia 2016 la delegación de Hong Kong estuvo conformada por 500 peregrinos.

“Hay muchas iglesias en Hong Kong, en diferentes distritos. Aunque cada iglesia tenga un número limitado de personas, todas tienen su propia conexión y cada distrito tiene sus propios eventos o actividades en algún momento u otro. Así que los adolescentes podemos unirnos a la Misa y otras reuniones. Entonces, lo que estamos tratando de hacer es conseguir que más adolescentes regresen a la Iglesia y simplemente disfruten su tiempo juntos”, dijo Judy.

Hong Kong es una región administrativa especial de China y practica un autogobierno con limitaciones. En China continental, el gobierno comunista está librando una brutal represión contra la religión y oprime a los católicos, incluso hasta el punto de demoler iglesias.

Las medidas severas ocurrieron tras un acuerdo en septiembre de 2018 entre la Santa Sede y el Gobierno chino para permitir que los miembros de la llamada Iglesia Católica clandestina, reconocidos por el Vaticano, practiquen abiertamente su fe. El Vaticano ha reconocido oficialmente a varios obispos nombrados por el gobierno que habían sido ordenados sin su permiso.

Aunque antes del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud se informó que siete peregrinos de China continental asistirían al encuentro con el Papa, parecen mantener un perfil bajo. Anecdóticamente, otros peregrinos sospechan que los peregrinos chinos no llevan una bandera por temor a represalias por parte de su gobierno, según informa CNA.

A pesar de su proximidad con China continental, Constance y Judy fueron positivas sobre        su experiencia como católicos en Hong Kong.

“Somos diferentes a China, por lo que en Hong Kong (ser católico está) bien”, dijo Constance. .

Judy habló sobre lo emocionante que es estar en un país diferente, donde a pesar no hablar español, pueden participar de los sacramentos.

“Realmente no sabemos español, pero sabemos lo que está sucediendo en Misa”, indicó.

Anthony Diep, un seminarista vietnamita que ahora vive en Australia, dijo que aunque su familia en Vietnam fue responsable de nutrir su fe, la cultura le puso obstáculos. En Vietnam, solo el 7% de la población es católica y la gran mayoría de las personas se adhieren a la religión popular o a ninguna religión en absoluto.

“Como saben, Vietnam es un país donde el cristianismo tiene muchos problemas con el Gobierno. En cuanto a mí, nací en una familia católica sólida, y asistía a Misa todos los días a las 4:30 a.m.”, contó Diep.

Por otro lado, lamentó que cuando empezó la universidad notó que todos habían “sido influenciados por ideales comunistas”.

“En mi clase en la universidad, solo yo era católico de casi 37 estudiantes. Cuando trataba de hablar de Dios en público, muchos de mis compañeros y maestros no me aceptaban”, dijo Diep.

Además, dijo que cuando trata de reunirse con sus amigos para orar en público, a menudo la policía vietnamita se opone.

“Creo que la persecución nos ayuda a crecer en la fe, así que le agradezco a Dios por el ejemplo de muchos santos en nuestra Iglesia de Vietnam, que nos ayudan a seguir adelante y a luchar por las dificultades que nos desaniman”, aseguró.

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.

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