Resaltó asimismo que en este camino hacia la plena unidad, “otra vía importante es la de la sinodalidad, a la que usted se ha referido en su discurso” y destacó que un delegado fraterno de esta Iglesia participará en la próxima sesión de la Asamblea del Sínodo de los Obispos que se desarrollará en el mes de octubre en Roma.
El Santo Padre también señaló que “el movimiento ecuménico está contribuyendo al actual proceso sinodal de la Iglesia católica” y esperó que “el proceso sinodal pueda, a su vez, contribuir al movimiento ecuménico”.
“Sinodalidad y ecumenismo son, de hecho, dos caminos que avanzan juntos, unidos por un objetivo común, el de la comunión, que significa un testimonio más eficaz de los cristianos ‘para que el mundo crea”’, sentenció.
Subrayó, además, que “el protagonista del Sínodo es el Espíritu Santo” y pidió que “nuestra contemplación compartida del Señor crucificado y resucitado nos lleve a la curación completa de nuestras heridas pasadas”.
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