Este relato está basado en el testimonio de don Juan Moreno -uno de los tres niños que encontraron la imagen de la Virgen-, quien lo concedió en 1687, setenta y cinco años después de lo acontecido frente a las costas del Cayo Francés. Dicha declaración se conserva en los Archivos de Indias, en Sevilla, España. Juan dio su testimonio cuando tenía 85 años, en calidad de único sobreviviente del célebre hallazgo en el mar.
Sobre el origen de la imagen de la Virgen, los datos históricos sugieren -no hay certeza absoluta- que fue el rey Felipe II quien encomendó llevarla a la Isla en manos de Francisco Sánchez de Moya, militar español. Por aquellos tiempos los piratas acechaban a las embarcaciones reales y puede que la imagen se haya perdido en un naufragio, y que posteriormente haya sido encontrada por los “tres juanes”. El deseo del rey habría sido erigir un santuario en las serranías de Cuba y poner la imagen allí, como al final sucedería.
Identidad cubana, identidad mariana
Durante las guerras de independencia de Cuba, la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre creció entre los soldados independentistas. Las tropas solían encomendar la lucha a esta advocación y la victoria final fue ofrecida en su honor. Los veteranos de la gesta de independencia, en 1915, pidieron al Papa que declarase a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba. En 1916, el Papa Benedicto XV acogió el pedido y fijó la festividad central cada 8 de septiembre.
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