Este anuncio del Evangelio, llevado a cabo con tan "gran ardor", es uno de los testimonios más hermosos de San Andrés Kim, explicó el Papa Francisco. Un anuncio constante realizado "con nobleza de espíritu, sin acobardarse ante los peligros y a pesar de muchos sufrimientos", como el de ver martirizados a su abuelo y a su padre y a su madre obligada a vivir en extrema pobreza
“Observándolo, ¿cómo no sentirnos exhortados a cultivar en nuestros corazones el celo apostólico, a ser signo de una Iglesia que sale de sí misma para sembrar con alegría la semilla del Evangelio, también a través de una vida gastada por los demás, en paz y con amor?", preguntó el Pontífice.
Más tarde, el Papa Francisco pidió que los sacerdotes fueran enviados en misión, dada la abundancia de vocaciones en Corea. “Tengo la experiencia de haberlos visto en Argentina y hacen tanto bien sus misioneros, mándenlos afuera, que los sacerdotes sean los que se necesitan, los demás que vayan como misioneros”, afirmó el Pontífice.
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