Sacerdote recién consagrado explica porque dio su primera bendición al Papa Francisco

El P. Mateus Henrique, uno de los nueve sacerdotes ordenados por el Papa Francisco este 25 de abril, explicó la razón por la que dio su primera bendición al Santo Padre, un gesto que ha llamado la atención de los fieles.

El sacerdote indicó a ACI Digital – agencia en portugués del Grupo ACI – que después de tomarse la foto oficial con los consagrados, el Pontífice comenzó a besar las manos de los nuevos sacerdotes, como es costumbre.

“Cuando llegó mi turno, me acerqué y le pregunté si podía darle mi primera bendición como sacerdote y él dijo que sí”, relató.

El P. Henrique relató que en las ordenaciones sacerdotales el obispo unge las manos del nuevo presbítero y “las amarra con el manutergio, que es un paño que envuelve las manos unidas del consagrado después de que el obispo las unge con el crisma”.

“El obispo hace una especie de nudo en el paño y el neo-sacerdote se dirige a sus padres, quienes desatan ese nudo y limpian el exceso de aceite de sus manos. Después de este momento, el sacerdote da a sus padres, quienes le dieron la vida, su primera bendición”, explicó.

Sin embargo, el recién consagrado señaló que sus padres no pudieron estar presentes el día de su ordenación porque fueron “impedidos de viajar a Roma precisamente por causa de la pandemia”.

“Entonces pensé: el Papa, que es obispo de Roma, es también quien me creó para el sacerdocio. Mis padres me dieron la vida, pero quien me originó para el sacerdocio fue el obispo de Roma, el obispo que me ordenó”, indicó.

El P. Henrique resaltó que en ese momento pensó que “no había nada más justo, dado que mis padres no estaban presentes, que dar mi primera bendición a quien me engendró en el sacerdocio”.

“Espontáneamente, hice la pregunta: ‘Santidad, ¿puedo darle mi primera bendición sacerdotal?’ Y él, con su humildad característica consintió, inclinó la cabeza y le di la bendición”, narró.

El recién consagrado señaló que en “términos de jerarquía, este gesto no dice nada”, pues él es “un sacerdote recién ordenado y él es el Romano Pontífice. Yo soy un grano de arena, él es la roca, la roca de la Iglesia, Pedro”.

“Pero el Papa Francisco siempre enfatiza la necesidad de que recemos por él, y nada más cargado de oración que las ‘primicias’, como vemos en el ejemplo de las primicias de Abel en la Biblia. Lo que quería hacer fue ofrecer mis primicias, mi primera bendición al Vicario de Cristo, para que su ministerio sea más bendecido. Como me generó para el sacerdocio, quería ofrecerle mis primeros frutos, mi primera bendición como sacerdote”, indicó.

El P. Henrique nació en Afogados da Ingazeira (Brasil) y se mudó a Roma hace siete años para asistir al Seminario de Nossa Senhora do Divino Amor. El sacerdote explicó que descubrió su vocación cuando ayudaba en temas de computación a una persona mayor.

El sacerdote indicó que tenía 15 años cuando lo recomendaron para ayudar como mecanógrafo a una persona de 70 años.

“Me dio tareas poco comunes: reza conmigo, trabajas y luego rezas conmigo el Rosario. Leíamos la Palabra de Dios, trabajábamos, luego rezábamos el Rosario y, finalmente, íbamos juntos a Misa”, señaló.

El P. Henrique indicó que esta experiencia provocó un cambio en él, donde poco a poco pasó de ser una obligación laboral a una necesidad “un hábito de vida, rezar antes de trabajar”.

“Allí sentí que Dios me estaba llamando a algo ... que aquel señor no estaba allí por casualidad. Fue cuando comencé a frecuentar los encuentros vocacionales de la diócesis, y con mi párroco comencé mi discernimiento vocacional”, señaló.

El sacerdote agregó que en 2010 comenzó la propedéutica y viajó a Recife para estudiar filosofía, fue ahí que conoció el carisma de Nossa Senhora do Divino Amor cuando realizaba trabajo pastoral con personas necesitadas.

“Conocí a las hermanas, cuyo instituto tiene su sede en Roma, y ​​ellas me presentaron el carisma al Divino Amor”, indicó.

En 2013, el P. Henrique empezó un discernimiento personal, luego del cual envió una solicitud al obispo local para poder ingresar a la Congregación del Divino Amor.

“Así, en 2014, fui a Roma para seguir aprendiendo sobre el carisma y realizar estudios de teología en la Universidad Lateranense, siendo ordenado diácono en octubre pasado y el último domingo, sacerdote”, agregó.

Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.

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