Pocas semanas después de las audiencias públicas sobre el Caso Manuela, y mientras se espera una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH), continúan las mentiras y desinformación para promover la despenalización del aborto en El Salvador.
En un reciente artículo sobre el caso Manuela, el diario estadoundiense Los Ángeles Times dijo que en El Salvador las mujeres que abortan con más de 20 semanas de gestación “a veces son acusadas de asesinato, homicidio u homicidio agravado, que conlleva a sentencias de prisión de al menos 30 años de cárcel”.
Sin embargo, el caso de Manuela nada tuvo que ver con un aborto sino con el asesinato de su hijo recién nacido.
“Manuela”, sobrenombre con el que las plataformas abortistas se refieren a María Edis Hernández de Castro, fue condenada en 2008 a 30 años de prisión por el Tribunal de Sentencia de San Francisco Gotera, en El Salvador.
De acuerdo a la corte salvadoreña, se comprobó que la mujer cometió el delito “de homicidio agravado, en perjuicio de su hijo recién nacido”.
Para los jueces de El Salvador, “Manuela”, que murió luego en la cárcel debido a un cáncer, “sabía de su embarazo y que el mismo era producto de una infidelidad”, y “optó por un comportamiento contrario a la naturaleza misma y a las exigencias del ordenamiento jurídico”.
El Centro de Derechos Reproductivos (Center for Reproductives Rights), organización abortista internacional con sede en Nueva York (Estados Unidos), es el principal promotor del caso Manuela ante la Corte IDH, en un esfuerzo para despenalizar el aborto en El Salvador.
Los Angeles Times cita además al ginecobstetra Guillermo Ortiz, que testificó a favor de Manuela en una audiencia de la Corte IDH realizada en marzo. Sin embargo, el diario estadounidense omite que el médico es miembro de Ipas, otra organización internacional que promueve la legalización del aborto.
Julia Regina de Cardenal, presidenta de la Fundación Sí a la Vida de El Salvador, dijo a ACI Prensa que “la verdad es que Manuela no tuvo un aborto sino un parto de término (entre 37 y 42 semanas de gestación), del cual nació Dolores Gabriel Hernández, quien fue arrojado vivo, envuelto en un trapo, dentro de una letrina”.
Ahí el bebé “murió asfixiado por inhalar heces fecales y desangrado por la forma violenta que fue arrancado su cordón umbilical desde la base”.
De Cardenal dijo además que “aunque se descubrió posteriormente que evidentemente el bebé fue producto de una infidelidad, la denuncia se hizo porque al examinarla quedó en evidencia que había tenido un parto y no estaba el bebé”.
“Además que ella negaba haber tenido un parto”, indicó.
La líder provida salvadoreña señaló que “en otras ocasiones parecidas a este caso, se ha logrado encontrar a los bebés todavía con vida”. Lamentablemente en este caso no fue así y por eso “fue condenada por homicidio agravado”.
“Se encontró al bebé de término, no un ‘feto’, tal como insisten llamarlo (en Los Angeles Times)”, dijo.
Julia Regina de Cardenal precisó luego que en El Salvador, contrario a lo que dice Los Angeles Times, “no hay ninguna mujer presa por haberse provocado un aborto, porque los jueces les dan medidas sustitutivas, nunca cárcel”.
“El caso Manuela, así como otros casos que están llamando abortos espontáneos o problemas obstétricos en una campaña que han denominado ‘Las 17’, nada tienen que ver con aborto”, subrayó.
“La evidencia médica y forense” en los casos utilizados por promotores del aborto en El Salvador, “muestra bebés de término estrangulados, acuchillados, apedreados, tirados en fosas sépticas, etc.”, añadió.
La Presidenta de la Fundación Sí a la Vida indicó que publicaciones como la de Los Angeles Times “se hacen con el fin de presionar a la Corte para inclinarse a presionar a El Salvador a legalizar el negocio del aborto aunque no tiene nada que ver con aborto”.
“Esperamos que la Corte haga lo correcto y no se preste a esta campaña de mentiras que se han aclarado fácilmente con la evidencia presentada”, expresó.
“Manuela es un caso lleno de mentiras”
Por su parte, Sara Larín, fundadora de VIDA SV en El Salvador, denunció que “Manuela es un caso lleno de mentiras que está siendo utilizado por el Centro de Derechos Reproductivos como estrategia de litigio para dejar en impunidad los delitos cometidos por mujeres en contra de sus hijos recién nacidos”.
“Por 10 años se han aprovechado del dolor de la familia, han expuesto sus rostros, sus condiciones domésticas, los han hecho firmar documentos para poder sacar ventaja política y económica”, dijo.
Larín señaló que “la verdad sobre el caso es que Manuela tuvo a un bebé recién nacido de término que vivió después de nacer. Primero lo envolvió en un trapo y lo lanzó vivo en una letrina donde se murió asfixiado en heces fecales y orines humanos”.
“El bebé agonizó 15 minutos y estaba herido de su vientre porque se le fue arrancado bruscamente el cordón umbilical”, indicó.
La Fundadora de VIDA SV precisó además que “el abuelo del bebé le saco acta de nacimiento y partida de defunción. Le llamó Dolores Gabriel Hernández”.
Larín reiteró que “es mentira que fue un aborto. Es mentira que los médicos, las enfemeras, los policías, los fiscales y los jueces se ensañaron con ella. Ni siquiera se conocian entre ellos”.
“Los grupos feministas se han inventado toda una teoría llena de suposiciones no comprobables para afirmar que en El Salvador se aplican esterotipos de género para condenar mujeres pobres”, añadió.
“Con ello, quieren lograr cambiar el concepto jurídico de secreto profesional para que los médicos no denuncien los casos cuando llega una mujer con evidencia de haber dado a luz y el bebé ha desaparecido”, dijo.
Larín advirtió que “si las feministas logran manipular a los jueces de la Corte Interamericana, lo que van a conseguir es que los médicos no den aviso a los autoridades y muchos bebés podrían morir porque nadie los buscó ni rescató a tiempo”.
“Podrían incluso estar muy heridos y tener una muerte cruel”, lamentó.
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