Representante del Papa visitó tierra dominada por violencia del narcotráfico en México

El Nuncio Apostólico en México, Mons. Franco Coppola, visitó el 23 de abril la Diócesis de Apatzingán, en una región marcada por la violencia y enfrentamientos de cárteles del narcotráfico en el estado de Michoacán.

Durante su visita, Mons. Coppola recorrió los municipios de Aguililla y El Aguaje, duramente golpeados por la violencia del narcotráfico, especialmente la lucha entre el “Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)” y los “Cárteles Unidos”.

Al presidir la celebración de la Santa Misa en Aguililla el 23 de abril, acompañado del Obispo de Apatzingán, Mons. Cristóbal Ascencio García, el Nuncio aseguró que su visita a Aguililla “era como subir al Gólgota, al lugar donde Jesús fue crucificado”.

Jesucristo, recordó, “fue matado injustamente por razones de poder, por gente envidiosa”.

Vine a Aguililla porque Aguililla está al pie de la Cruz. Pero al pie de la Cruz, Jesús no estaba solo. Había uno de sus discípulos, Juan, y había su Madre. Y ahí, con las últimas fuerzas que le quedan a Jesús, encomienda su discípulo a su Madre”.

Mons. Coppola aseguró además que “Jesús muerto en la Cruz no ha terminado ahí, para nada. Está vivo, ha resucitado, porque el mal no puede, la muerte no puede contra el Señor”.

Pueden quitarnos la vida material, sí, sí pueden. La quitaron también a Jesús. Pero no puede quitarnos la vida eterna”, expresó.

Mons. Coppola recordó también a los santos mártires mexicanos asesinados durante la persecución religiosa desplegada por el gobierno durante la primera mitad del siglo XX.

“Hace un siglo más o menos los mexicanos lucharon por defender su fe. Nadie se acuerda ni guarda los nombres de la gente que los mató. Pero ellos y su memoria llega con nosotros. Son nuestros santos mártires”, dijo.

“Los mexicanos tienen este dolor”, recordó y “saben luchar para defender su fe”.

El Nuncio Apostólico dijo que “sabemos que los que parecen tener el mando sobre esta tierra pasan, se van, y se van en el olvido”.

Tras ofrecer contarle al Papa Francisco sobre su visita a esta región, recordó que ya le había comentado sobre este viaje.

“Le dije: ‘yo no conocía al pueblo de Aguililla. Vi algunas imágenes hace un mes’”, sobre la violencia en esta región mexicana, indicó.

“Sé que no era la única vez, ya hubo muchas otras cosas horribles”, dijo.

Mons. Coppola recordó que trató de subir las fotos del horror de la violencia del narcotráfico, pero “para mi sorpresa, Facebook bloqueó estas fotos, no se pueden ver. Lo horrible de lo que hace el hombre no se puede ver. Es horrible”.

“Las bloquearon. Entonces, nadie puede saber lo que es Aguililla, fue así que me vino al corazón: bien, no quieren que se vea esta foto, vamos a inundar México y todo el mundo”, dijo.

El 1 de abril se registró un enfrentamiento entre CJNG y Cárteles Unidos en Aguililla. El saldo, de acuerdo a los medios locales, fue de 26 muertos, al menos 7 de ellos decapitados.

En la publicación de Facebook realizada por Mons. Coppola ese mismo día, de las seis fotos compartidas solo se pueden ver dos. Una de estas imágenes, donde se pueden ver los cuerpos sin vida de algunos, se encuentra cubierto con el mensaje “contenido delicado”.

El Nuncio dijo luego que gracias “a nuestros hermanos de los medios, pienso que en todo el mundo hoy se conoce Aguililla. Por sus dolores pero al mismo tiempo por su fe, por su valor, por la gente que está reunida para decir su deseo, su anhelo de paz”.

En su visita a la región, Mons. Coppola también tuvo ocasión de reunirse con víctimas de la violencia, que le informaron sobre los ataques y enfrentamientos de los carteles del narcotráfico.

Consultado en rueda de prensa sobre por qué no solicitó “seguridad excepcional” para su viaje a la región, Mons. Coppola dijo que “no la necesito y no me importa”.

Desde que yo me consagré como sacerdote puse mi vida en las manos del Señor. Si el Señor decide que acaba hoy, acaba hoy. Y ninguna seguridad podrá salvarme de la decisión del Señor”, dijo.

“Pero si el Señor decide que hoy todavía no es mi hora no habrá ningún crimen que pueda matarme si el Señor no quiere”, añadió.

La región a la que atiende pastoralmente la Diócesis de Apatzingán sufre violencia a manos de los narcotraficantes desde hace años.

En 2019, la parroquia de San José Obrero, en el poblado de San José de Chila a 40 kilómetros al suroeste de Apatzingán, recibió muchos impactos de bala tras ser tomada como fortín por uno de los grupos criminales.

De acuerdo al más reciente informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C., 18 de las 50 ciudades más violentas del mundo son mexicanas.

Cinco ciudades mexicanas encabezan el listado: Celaya, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada.

Morelia, la capital del estado de Michoacán, ocupa el puesto 27.

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