La Conferencia Episcopal de Haití (CEH) y la Conferencia de Religiosos del país decidieron cerrar del 21 al 23 de abril las escuelas y las universidades de la Iglesia Católica para pedir la liberación de los secuestrados el domingo 11; sin embargo la medida no afecta a las instituciones de salud ni la celebración de las Misas.
"Los secuestradores no escuchan la voz de la razón. Diez días en manos de los secuestradores son demasiado. Vemos con pesar la falta de un cambio en la situación de nuestros hermanos y hermanas que están en manos de los bandidos”, se lee el comunicado de los obispos enviado a la agencia vaticana Fides.
Los obispos dijeron que así ocurrió el 15 de abril, este viernes habrá repique de campanas en todo el país para pedir la liberación de los rehenes.
El P. Frantzy Petit-Homme, vocero de la Arquidiócesis de Puerto Príncipe, expresó su preocupación por la salud de los secuestrados, algunos de los cuales son ancianos enfermos, y pidió al gobierno tomar las medidas necesarias para liberar a los cautivos.
“Pese a que sufrimos por el secuestro de los sacerdotes, eso no nos impide actuar progresivamente. Comenzamos por el cierre de actividades por un día, ahora son tres. Si esto sigue así, la Iglesia se verá obligada a tomar acciones más severas”, dijo el sacerdote a AP.
“Exhortamos a toda la población a que se solidarice totalmente con algunas actividades que se harán si los sacerdotes no son liberados”, agregó.
El P. Petit-Homme dijo que “si el secuestro sigue, si los sacerdotes y las demás personas secuestradas no son liberadas, entonces se puede hablar de una cierta complicidad a ese nivel. Por ello esperamos las acciones y reacciones del Estado concerniente a esta liberación”.
El 11 de abril, Domingo de la Divina Misericordia, fueron secuestrados cinco sacerdotes, dos religiosas y tres laicos en la localidad de Croix-des-Bouquets, cerca de Puerto Príncipe.
Los sacerdotes secuestrados son el P. Michel Michel Briand, de nacionalidad francesa; el P. Jean Nicaisse Milien, el P. Joël Thomas, el P. Evens Joseph y el sacerdote de la Arquidiócesis de Cap-Haitien y estudiante de medicina, P. Jean-Hugues Baptiste.
Las dos religiosas secuestradas son la hermana francesa de la Congregación de la Providencia de Pommeraye, Agnès Bordeau; y la hermana de la Congregación de las Hermanitas del Niño Jesús, Anne Marie Dorcelus.
La policía local informó que el rapto sería obra de la banda armada “400 Mawozo”, y señaló que los secuestradores exigen un millón de dólares por el rescate.
Fides informó que la secretaría de la Sociedad Sacerdotal de Saint Jacques, a la que pertenecen los sacerdotes secuestrados, desmintió su liberación en un comunicado el 18 de abril e indicó que “el rescate no sería el único motivo del secuestro de nuestros hermanos y hermanas".
El texto firmado por el P. Paul Dossous, superior general, señala que “es inmoral pagar el rescate a los secuestradores. Pero eso no impedirá que hagamos todo lo necesario para obtener la liberación que clamamos”.
Según AP, que cita a un hombre que sería uno de los captores, una secuestrada habría sido liberada porque estaba enferma.
El hombre, que se identificó como Lanmò San Jou, de la banda “400 Mawozo”, dijo a Radio Mega que los franceses están entre los rehenes más importantes. “Si Haití es como es, se debe a los franceses”, afirmó.
Fides señala que desde finales de 2019 Haití enfrenta una ola de secuestros sin precedentes en su historia, que ocurren casi a diario.
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