El Obispo de San Sebastián (España), Mons. José Ignacio Munilla Aguirre, dio algunas pautas para vivir las bienaventuranzas en un momento en que las redes sociales se han convertido en parte del día a día de los fieles.
Mons. Munilla señaló a ACI Prensa que el “espíritu de las Bienaventuranzas” es fundamental para modular cómo un cristiano se hace presente en redes sociales “por la sencilla razón de que las bienaventuranzas son el autorretrato del Corazón de Cristo”.
“Aquel que desee testimoniar a Cristo en el continente digital –por supuesto, al igual que en el resto de los continentes—, necesita estar transfigurado por la luz de las Bienaventuranzas”, remarcó.
El Prelado indicó que, de las ocho bienaventuranzas, la principal es sin duda “Bienaventurados los pobres de espíritu”, pues recuerda que para acudir a las redes sociales se debe estar impregnado de “espíritu de pobreza” para no buscar en el mundo digital “’poder’, ‘prestigio’, ni siquiera ‘autoestima’”.
“Lo verdaderamente importante no es nuestro perfil en Linkedin, sino lo que somos ante Dios. ¡Somos lo que somos para Dios! ¡Dios es nuestro público! El amor de Dios es quien funda nuestra autoestima, y la confianza en su providencia es la brújula que nos conduce en la vida”, señaló.
Mons. Munilla lamentó que actualmente las redes sociales se han convertido en un “refugio y fábrica de las heridas narcisistas” y señaló que muchos usuarios en redes sociales “se quieren gustar, pero que no se aman a sí mismos”.
“Para sanar este problema de fondo, se requiere ser ‘pobre de espíritu’; es decir, tener viva conciencia de que sólo Dios es nuestro tesoro, la roca en la que nos fundamentamos. Nuestra autoestima no depende de los ‘like’ que podamos reunir”, advirtió.
El Prelado indicó que la segunda bienaventuranza en orden de importancia es “Bienaventurados los limpios de corazón”, pues la “autenticidad interior es determinante para poder tener capacidad de empatía y de comunicación”.
Mons. Munilla señaló que muchos perfiles en redes no muestran a la persona real sino “una falsa imagen que nos hemos hecho de nosotros mismos” y remarcó que para lograr ser “limpio de corazón” se necesita “estar despojados de falsas seguridades y vivir en la presencia de Dios”.
“La sinceridad y la honestidad son muy difíciles cuando nos sentimos observados y condicionados por el juicio ajeno”, indicó.
Asimismo, resaltó la importancia de prestar atención a las bienaventuranzas que llaman a tener “sensibilidad hacia la justicia y la caridad con el prójimo” como “Bienaventurados los que lloran”, “bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia” y “bienaventurados los pacificadores”.
“Las redes sociales sirven para amar o, de lo contrario, no sirven para nada. ¡Qué gran altavoz para dar la palabra a quienes no tienen voz!”, señaló.
El Prelado indicó que estas herramientas nos dan una gran oportunidad para poner en práctica la regla de oro de “trata a los demás como quisieras que ellos te tratasen a ti” y permiten “ampliar nuestros horizontes, con creatividad y espíritu de comunión”.
Mons. Munilla también recomendó vivir las bienaventuranzas que “retratan nuestro interior: ‘Bienaventurados los mansos’ y ‘bienaventurados los misericordiosos’”, especialmente en las redes sociales que “están llenas de violencia, de trolls que, sin ser conscientes de ello, buscan desahogar sus frustraciones interiores”.
“La mansedumbre y la misericordia son nuestra divisa y escudo. No podemos devolver al mal con el mal. ¡El que esté libre de pecado que tire la primera piedra! Sin olvidar nunca la máxima agustiniana: ‘Odia el delito y ama al delincuente’”, remarcó.
El Prelado indicó que la octava bienaventuranza “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia” es profética y explicó que, a pesar de intentar tener una presencia en redes pacífica, mientras “no pactemos con lo políticamente correcto” y se siga la verdad, “habremos de abrazar la cruz de la incomprensión y la persecución”.
“El espíritu de las bienaventuranzas es tan pacífico como valiente y audaz. Si al maestro le han perseguido, ¿no han de hacerlo también con los discípulos? ¡Lo preocupante sería que todos hablasen bien de nosotros!”, aclaró.
Finalmente, recordó la “conocida ‘bienaventuranza’ de Santo Tomás Moro: ‘Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos, porque no les faltará diversión’” y señaló que para estar presente en redes sociales y “no morir en el intento” se necesita “sentido del humor; especialmente, sentido del humor hacia uno mismo”.
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