Los de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, indicó en esa ocasión, son “principios racionalmente evidentes y comúnmente aceptados”.
“Desgraciadamente —continuó el Papa Francisco en esa ocasión— los intentos que se han producido en las últimas décadas de introducir nuevos derechos, no del todo compatibles respecto a los definidos originalmente y no siempre aceptables, han dado lugar a colonizaciones ideológicas, entre las que ocupa un lugar central la teoría de género, que es extremadamente peligrosa porque borra las diferencias en su pretensión de igualar a todos”.
“Tales colonizaciones ideológicas provocan heridas y divisiones entre los Estados, en lugar de favorecer la construcción de la paz”, expresó el Santo Padre.
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