“Si lloran —por el momento callan, pero basta que uno dé la nota y comienza el concierto—, déjenlos llorar; si tienen hambre, denles de comer, tranquilamente, aquí. Si tienen calor, quítenles el abrigo - a veces el calor hace daño”, añadió.
Luego, en su breve homilía, el Pontífice alentó a los padres y padrinos a que “sus vidas sean de ayuda para estos niños; que les ayuden a crecer y les acompañen en su crecimiento, porque ésta es una manera de ayudar para que crezca en ellos la fe. Muchas gracias por vuestro testimonio, por traerlos aquí a recibir la fe”.
Luego del rito del bautismo, el Santo Padre exhortó a los padres y padrinos a atesorar el símbolo de la luz y mirar la vela “en los momentos difíciles”. “Esta vela nos lleva a nuestras raíces cristianas: no la apaguen nunca en sus corazones”, animó.
Publicar un comentario