“En muchos de esos lugares, los ancianos, aquellos con demencia, aquellos que experimentan depresión o ansiedad severa pueden ser candidatos para esta forma de 'tratamiento'. Aunque los defensores del suicidio médicamente asistido lo negarán hasta que las vacas regresen a casa, esta ley coloca a todo el estado directamente en la pendiente más resbaladiza”, advirtió el obispo estadounidense.
Minnesota es uno de al menos una docena de estados que actualmente están considerando liberalizar sus leyes de suicidio asistido. Hasta el año pasado, casi una cuarta parte (21,6%) de la población estadounidense vivía en un estado que ha legalizado el suicidio asistido por un médico.
En su artículo, el prelado instó a los católicos a hablar en contra del proyecto de ley, que está patrocinado por 24 legisladores demócratas de Minnesota y actualmente se encuentra en comisión.
“[Llame] a todos sus representantes o senadores, escriba al gobernador, hable con sus amigos y vecinos, haga circular una petición. Y a quienes se encuentran en otras partes del país, les insto a estar atentos. Si esta legislación aún no ha llegado a su estado, probablemente lo hará pronto. Si defiendes la cultura de la vida, ¡lucha por ella!”, concluyó Mons. Barrón.
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