El presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Joseph F. Naumann, rechazó la decisión de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de revertir las restricciones del gobierno anterior sobre la investigación médica de tejido fetal de bebés abortados, realizada con fondos públicos.
El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), del que forman parte los NIH señaló el viernes 16 de abril que eliminaría el requerimiento impulsado por el Gobierno de Donald Trump en el 2019, el cual procuraba que una junta asesora de ética federal revise todas las propuestas para investigación del tejido fetal.
En un comunicado publicado el 19 de abril, Mons. Naumann, que también es Arzobispo de Kansas City, señaló que “los cuerpos de los niños asesinados por un aborto merecen el mismo respeto que el de cualquier otra persona”.
“Nuestro gobierno no tiene derecho a tratar a las víctimas inocentes de un aborto como una mercancía que puede ser recolectada en busca de partes del cuerpo que se utilizarán en la investigación. No es ético promover y subsidiar la investigación que puede llevar a legitimar la violencia del aborto”, denunció el Prelado.
Asimismo, Mons. Naumann explicó que en innumerables ocasiones “los investigadores han demostrado que podemos realizar una investigación científica eficaz y desarrollar tratamientos clínicos eficaces sin extraer tejido de bebés abortados”.
También dijo que “es profundamente ofensivo para millones de estadounidenses que los dólares de nuestros impuestos se utilicen para investigaciones que colaboran con una industria basada en la eliminación de vidas inocentes”.
Al final de su discurso, el Arzobispo de Kansas City hizo un llamado a la administración del presidente Joe Biden “para que, en cambio, financie investigaciones que no se basen en partes del cuerpo tomadas de niños inocentes asesinados por aborto”.
Tom McClusky, presidente de la organización provida March for Life Action, también calificó el anuncio del gobierno de “muy decepcionante”.
Con la nueva política, la administración del presidente Joe Biden “obligaría a los estadounidenses a ser cómplices de experimentos bárbaros utilizando partes del cuerpo extraídas de niños inocentes asesinados en abortos, sin límites de ningún tipo”, añadió Marjorie Dannenfelser, presidenta de la organización provida Susan B. Anthony List.
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