La penalización de YouTube contra el canal de EWTN Español por difundir programas provida tuvo una relación con el Center for Countering Digital Hate (CCDH, Centro para la lucha contra el odio digital), una ONG vinculada con el progresismo en Reino Unido y Estados Unidos.
El 1 de abril de este año, Jueves Santo, YouTube bloqueó la posibilidad de que EWTN Español transmita en vivo las actividades del Papa Francisco en Semana Santa, precisamente en medio de la pandemia de COVID-19 y en la época del año en que las personas tienen más necesidades espirituales.
YouTube sancionó a EWTN tras dos ediciones del programa Informe Provida, conducido por Patricia Sandoval y Astrid Bennett Gutiérrez, que goza de gran aceptación entre los internautas defensores de la vida y la familia.
En ambas ediciones, Sandoval y Bennett reflexionaron sobre las aplicaciones de vacunas y las objeciones morales respecto a algunas de estas.
En un intercambio con el departamento legal de EWTN, YouTube justificó la sanción citando un manual escrito por el CCDH sobre las vacunas.
En su informe “The Anti-vaxx Playbook” (El Libro de Jugadas de los Anti-vacunas) el CCDH considera que las dos plataformas en las que más ha crecido el movimiento anti-vacunas son Instagram y YouTube. Las siguen en el listado Facebook y Twitter.
En ese documento, el CCDH propone a las plataformas de redes sociales que retiren “a prominentes anti-vacunas de sus plataformas”, contraten “más moderadores humanos”, detengan “la monetización de desinformación de anti-vacunas”, promuevan buena información” y no promuevan “tendencias dañinas”.
Sobre los católicos que desconfían de vacunas que estarían vinculadas con abortos, el CCDH alega que “el Vaticano ha declarado que los católicos pueden usarlas en buena conciencia”.
El centro, sin embargo, equipara a quienes rechazan completamente el uso de las vacunas en general y aquellos que han planteado legítimas objeciones morales a las vacunas contra el COVID. Entre quienes han planteado estas objeciones está la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
¿Qué es el Center for Countering Digital Hate?
El Centro para la lucha contra el odio digital se autodefine como “una ONG internacional sin fines de lucro que busca interrumpir la arquitectura del odio y la desinformación en línea”.
Además, señala que las soluciones desarrolladas por ellos “han probado ser efectivas contra un número de diferentes tipos de odio y desinformación, como el odio basado en la identidad, negación del cambio climático y desinformación sobre la salud”.
De acuerdo a su sitio web, el CCDH fue fundado por Imran Ahmed, su actual director ejecutivo, a quien se describe como “un experto en comportamiento maligno en línea”.
Como patrocinadora de la plataforma figura la presentadora de televisión Rachel Riley.
A diferencia de otras organizaciones de verificación de datos, el CCDH no menciona las organizaciones o personas que lo sostienen económicamente. El campo de “verificadores”, como informó ACI Prensa, es dominado económicamente por el polémico billonario George Soros.
En su sitio web mencionan solo que el CCDH “es financiado por fideicomisos filantrópicos y miembros del público”.
Sin embargo, su reporte financiero de octubre de 2020 indica que sus activos corrientes de ese año sumaban 120.181 libras esterlinas (más de 165 mil dólares).
El CCDH y su vínculo con el progresismo
El presidente de la Junta Directiva del CCDH es Simon Clark, quien también es un alto miembro de la organización estadounidense Center for American Progress.
En 2018, en un artículo hoy desaparecido del sitio web de la revista Time, pero que puede leerse aquí, se consideró al Center for American Progress como “la organización independiente más influyente en el naciente Washington de (Barack) Obama”.
El Center for American Progress, añadió Time, “fue una creación del exjefe de gabinete de la Casa Blanca de (Bill) Clinton, John Podesta”.
Podesta también fue jefe de campaña de Hillary Clinton, candidata del Partido Demócrata en las elecciones estadounidenses del 2016.
La actual presidenta del Center for American Progress es Neera Tanden, ex funcionaria de los gobiernos de Barack Obama y Bill Clinton, que también trabajó en la campaña de Hillary Clinton. La nominación de Tanden para un alto puesto en la Casa Blanca de Biden tuvo que ser retirada por la actual administración porque no logró la aprobación del Senado norteamericano, debido a las ideas radicales de Tanden.
Antes de convertirse en el director ejecutivo del CCDH, Imran Ahmed, trabajó con políticos del Partido Laborista, grupo político británico de izquierda.
Otra integrante de la Junta del CCDH, Kirsty McNeill, fue asesora del ex primer ministro británico y líder del Partido Laborista, Gordon Brown.
Por su parte, Jonny Oates, también miembro de la Junta del CCDH, es un político del partido Demócrata Liberal, grupo de centro-izquierda del Reino Unido.
Un ex miembro de la Junta Directiva fue Morgan McSweeney, quien dejó la organización y luego fue director gerente de Labour Together (Laboristas Juntos), que se define como “una red para activistas de todas las tradiciones del movimiento Laborista para explorar nuevas ideas y pensar en el futuro para la izquierda”.
De acuerdo a Business Insider, Labour Together “está siendo investigado por la Comisión Electoral por presuntas infracciones a la ley electoral”.
McSweeney es actualmente jefe de personal de Keir Starmer, actual líder del Partido Laborista.
Los otros miembros de la Junta Directiva del CCDH son Tom Brookes, director ejecutivo de la European Climate Foundation (Fundación Climática Europea); la doctora Siobhan McAndrew, profesora de sociología de la Universidad de Bristol; y Ayesha Saran, gerente del Programa de Migración del Fideicomiso Barrow Cadbury.
ACI Prensa remitió el 16 y el 19 de abril consultas al Center for Countering Digital Hate sobre sus vínculos con grupos políticos progresistas y su financiamiento, sin obtener respuesta hasta la fecha.
En el pasado, el Centro para la lucha contra el odio digital dirigió campañas a Facebook, Instagram y a Google para que detengan la difusión de mensajes de odio y desinformación en sus plataformas.
El impacto de la suspensión a EWTN Español
Enterados sobre la penalización de YouTube a EWTN Español, que impidió la transmisión de las celebraciones de Semana Santa y Pascua desde el Vaticano, muchos católicos expresaron su malestar y sus críticas a la plataforma de videos.
Una lectora de ACI Prensa alentó a los católicos a “hacernos notar por todas las redes sociales para que sepan que somos más los que apoyamos a EWTN y todo lo que defienda la vida”.
Otra lectora advirtió a YouTube que “si creen que con esto van a lograr callar la fe y la fuerza de nuestra Iglesia Católica están muy equivocados”.
También protestaron por bloquear las transmisiones en vivo de medios católicos de EWTN al tiempo que permiten “videos de música denigrante con letra basura”.
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