El P. Omar Sánchez Portillo, sacerdote que sirve como secretario general de Cáritas Lurín y que es conocido por su vasta labor solidaria en Perú, agradeció las oraciones por su salud y aseguró que las cicatrices que le han dejado en la cabeza una reciente biopsia son el resultado de “guerrear la vida”.
En una publicación en su cuenta de Facebook, el sacerdote peruano dijo que “no es la foto más glamorosa que me gustaría compartir (risas), pero dicen que las cicatrices son la vida vivida a plenitud”.
En la imagen se ve al sacerdote con la cabeza parcialmente rapada y con tres parches que le cubren las cicatrices que le dejó una intervención quirúrgica, realizada para descartar o confirmar alguna dolencia adicional a los dos infartos cerebrales que superó en días pasados y que originalmente se pensaron que eran tres.
“Las cicatrices son el resultado de haber guerreado la vida, de no haberla ‘balconeado’ –cómo nos decía el Papa Francisco en la JMJ de Río de Janeiro– si no haberte comprometido ‘amando hasta que duela’ (Madre Teresa)”, escribió el sacerdote el domingo 3 de abril.
“No se equivoquen, no voy a bajar mi ritmo de vida y de servicio y entrega. He tenido dos semanas para orar y planear muchos proyectos. Voy a seguir dando la vida por Dios y su Iglesia. Por los pobres y más necesitados y por mi país, sin descanso. ‘Hasta que se me caigan los brazos de cansancio’, como me enseñó mi buen amigo San Alberto Hurtado, uno de mis santos compañeros de vida”, afirmó.
Entre las obras solidarias que lidera el P. Omar están la acogida a más de 350 personas de escasos recursos a través de la Asociación de las Bienaventuranzas, la ayuda a decenas de ollas comunes en zonas pobres de la Diócesis de Lurín, la construcción de un centro de cuidados paliativos y la instalación de varias plantas de oxígeno para enfrentar la pandemia del COVID-19.
En su publicación de Facebook, el sacerdote ofreció estar “más atento a mi salud, prometo mejorar mi alimentación y cuidar la presión arterial, pero también prometo trabajar con más entrega, generosidad y alegría por todos los que me necesitan. Dios es siempre bueno”.
Luego de agradecer a los médicos, el sacerdote también agradeció “a los que rezan y rezaron. La oración y los buenos deseos me han traído paz y me han hecho el milagro de no tener dolor”.
Ahora, “a esperar con calma los resultados de los exámenes y a seguir confiando en Dios y en el equipo médico. Los quiero mucho y no me canso de decir gracias”, concluyó.
Este lunes, el Padre Omar compartió una nueva publicación de Facebook en la que contó que finalmente le han dado de alta y ahora solo le queda “esperar el resultado de los exámenes”.
“¡Gracias Dios! Ahora a seguir trabajando por el Reino”, agregó.
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