Experta católica pide educar en virtudes a los jóvenes para que busquen la trascendencia

La Universidad Francisco de Vitoria de Madrid, de la congregación Legionarios de Cristo, acogió un congreso bajo el título “Educar en Virtudes: afectos, relatos y alianzas para una vida excelente”, una práctica cuyo objetivo es avivar en los jóvenes el deseo de alcanzar una excelencia humana y llegar a ser “lo que están llamados a ser con una vida grande”. 

El evento, promovido también por los colegios católicos de Stella Maris, contó con la presencia de Verónica Fernández, profesora de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), doctora en Educación y responsable del área internacional de los Colegios Regnum Christi, quien explicó a ACI Prensa el objetivo de estas conferencias: abordar el modo en el que trabaja la pedagogía de las virtudes, que conduce a que madure el corazón humano en vista de una plenitud”. 

Fernández aseguró que los católicos están llamados “a vivir las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad), las cuales no son plenamente accesibles a los seres humanos en su estado natural sin la ayuda de Dios. Es más, tienen que ver con una luz que nos hace conocer mejor el corazón del hombre, tan importante para poder educar”. 

En el acto también participó el P. Juan José Pérez-Soba, doctor en Teología por el Pontificio Instituto Juan Pablo II para los estudios de matrimonio y familia en Roma, quien explicó que las virtudes “implican toda la persona en una relación interpersonal y trascendente, y son las que permiten en verdad ‘construir’ una identidad y una vida lograda”. 

“La tradición cristiana desde San Agustín acudía al Maestro interior, que es el Espíritu Santo, como el que hace posible de verdad el arte de la educación. La razón es clara, se debe a que solo el amor que Él infunde puede dar un horizonte a la vida, en el seno de una amistad con Cristo que actúa de roca firme para construir la casa”, explicó. 

Con este seminario se ha querido mostrar “una luz novedosa en la educación en virtudes, en donde estas se hacen principio de acción y no una meta a conseguir”. Otro de los objetivos de este congreso ha sido preparar un camino para un máster en educación en virtudes y pedagogía narrativa que están desarrollando entre ambos centros educativos.  

“Educar no es informar sino formar” 

Fernández señaló a ACI Prensa que, “desde siempre, la tradición occidental ha considerado que la verdadera educación no consiste en instruir en una materia determinada, sino en cultivar la virtud en los estudiantes”.

“La educación actual ha acentuado que el fin de la educación consiste principalmente en el éxito de los estudiantes. El sistema educativo ha pasado a ser muy utilitarista, concibiendo que el ser humano está hecho para consumir y producir y que, debe, además, tener éxito en el mundo laboral”, dijo a continuación. 

Asimismo, la también profesora de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad Francisco de Vitoria aclaró que “la educación en verdad consiste en ‘llegar a ser lo que somos’ como personas y es, esencialmente, un ‘despertar humano’ para llegar a ser lo que están llamadas a ser con una vida grande”.  

“La educación no es la mera producción de conocimientos o información. Como se dijo en el congreso, educar no es informar sino transformar personas”, aclaró.  

“La prueba no es lo que un estudiante sabe -lo olvidará en cinco años-, sino en quién se ha convertido durante el proceso educativo. Y para todo ello es necesaria la educación en virtudes”, afirmó Fernández.

La profesora dijo que “la sociedad en general necesita de este tipo de educación, porque para que una sociedad funcione y sea verdaderamente libre, depende de que se inculquen y encarnen ciertos principios morales fundamentales”.  

“Nuestra sociedad necesita, por ejemplo, empresarios, maestros, médicos, abogados, ingenieros, ecónomos, electricistas, etc., que actúen con honestidad, con respeto, con generosidad, permitiendo de este modo que ellos y la sociedad prosperen”.  

“La virtud, el carácter, la ética... son cosas que importan profundamente, y una de las tareas esenciales de la educación es la de educar a las personas en esta excelencia humana que les lleve a ser más, que les lleve a trascenderse. El ser humano es el único ser que puede denigrarse a sí mismo o que es capaz de trascender. La educación, por supuesto, debe ayudar a esto último y, para ello, se necesita la educación en virtudes”, afirmó.  

La vocación de la enseñanza 

Según explicó la doctora en Educación, el profesor no solamente informa, sino que “educa personas y, al entender esto, despertará en él de nuevo la vocación, algo que le ayudará a sortear todas las dificultades que entraña la enseñanza”.  

“Para ello, es muy necesario formar un ámbito educativo que apoye al profesor y que le ayude a responder vocacionalmente a los desafíos educativos”, indicó. 

Los grandes de retos de la juventud 

Verónica Fernández aseguró que “los jóvenes tienen un gran potencial y que somos nosotros, adultos, los que quizás no vemos en ellos todas las posibilidades y la grandeza a la que están llamados. Eso sí, enfrentan grandes retos, pero nosotros también tuvimos que enfrentar los nuestros”.  

Para la profesora, “los retos que se deben enfrentar son grandes, y formarles para ello requiere una educación bien concebida”. 

Entre estos retos mencionó el relativismo moral, el emotivismo, el utilitarismo o el individualismo, y aseguró que “todos ellos se respiran por todas partes y eso afecta a los jóvenes de modo peculiar, además inmediatez de los medios informáticos no les ayuda a tener el espacio interior necesario para poder pensar y encontrar el germen de las virtudes” 

“Por eso lo que más necesitan es una verdadera comunidad educativa que integre los significados fundamentales en los que han de crecer, que permita una unidad de sentido entre la familia, las amistades, el tiempo libre y el plan educativo. Así se crean vínculos fuertes de los que carecen muchos jóvenes de hoy”, concluyó. 

Congreso educar en virtudes 

Durante el discurso de inauguración del seminario, Verónica Fernández dijo que todos los profesores deberían profundizar en su vocación como docentes, ya que “no interferir es ya un modo de intervenir, dejando a los alumnos a la deriva, vulnerables a cualquier idea amoral y quedándose a la deriva sin saber hacia dónde dirigir sus vidas”. 

“Hoy más que nunca necesitamos profesores, docentes dispuestos a ayudar a los niños y jóvenes a plantearse las preguntas que están deseando articular y que quizás no saben bien cómo”, afirmó.  

“Profesores que ayuden a dar luz a esas preguntas -continuó Verónica-, desde el ámbito de la literatura, las matemáticas, la historia, la ciencia… todos los ámbitos de la aspiración humana”, señaló. 

Asimismo, indicó que “como docentes estamos interesados por el tipo de persona que el alumno es y puede llegar a ser. Para ello la educación en virtudes es esencial”. 

Al evento acudió el profesor James Arthur, director del Jubilee Centre for character and virtues de la Universidad de Birmingham y los profesores Paul Watts y Michael Fullard, miembros de este prestigioso centro, quienes ofrecieron una luz a esta educación en virtudes desde su experiencia en el ámbito anglosajón.  

El congreso contó también con la participación del director del Colegio Stella Maris, el P. Juan Antonio Granados; y Gregorio Luri, Premio Extraordinario de Licenciatura en Ciencias de la Educación y Premio de Doctorado en Filosofía; así como el director del Stella Maris College, el P. Carlos Granados.

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