El Padre Omar Sánchez Portillo, director de la Asociación de las Bienaventuranzas y conocido por su vasta labor solidaria en Perú, hizo una emotiva declaración de amor a Dios, tras la curación del cáncer que padecía y que atribuye a la intercesión de la Santa Madre Teresa de Calcuta.
“¡Gracias Jesús! Gracias por nunca rendirte conmigo, por ser mis pies cuando no puedo caminar, por ser mi fuerza cuando siento que no puedo seguir, por amarme como soy y perdonarme todas las fallas que he tenido contra ti, contra mí y contra los míos”, escribió el sacerdote en su cuenta de Facebook este 26 de abril.
El P. Omar hizo esta publicación cinco días después de que compartiera que recibió una gracia de Dios, un “milagro” por intercesión de la Madre Teresa de Calcuta, la santa fundadora de las Misioneras de la Caridad, a quien cariñosamente llama “Mi Teresita”.
El sacerdote dijo que la gracia fue la curación del cáncer que padecía, luego de colocar una reliquia de la santa sobre su cabeza.
El sacerdote peruano es director de la Asociación de las Bienaventuranzas, que desde hace varios años atiende a cientos de personas, entre ellas bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos en condición de abandono y con enfermedades físicas y psiquiátricas.
En su mensaje de este 26 de abril, el sacerdote dijo: “gracias por siempre rescatarme, aunque muchas veces no quiera ser rescatado, por ponerme en tierra firme aunque ni siquiera lo merezca, gracias por ser el único que se queda, aun cuando en momentos difíciles todos parecen irse, por creer siempre en mí a pesar de que muchas veces ni siquiera yo mismo puedo creer”.
“Gracias por confiar en mí, por amarme tal y como soy, por llamarme todos los días por mi nombre”, agregó.
El P. Omar también agradeció al Señor por “la demostración más grande de amor, por enseñarme que el Amor todo lo puede y que me amas tanto que das la vida por mí. Gracias, gracias y más gracias”.
“Toda la gloria para ti; Mi Rey”, concluyó.
Entre las múltiples obras solidarias que lidera el P. Omar están la acogida de más de 350 personas de escasos recursos, la ayuda a decenas de ollas comunes en zonas pobres de la Diócesis de Lurín, la construcción de un centro de cuidados paliativos y la instalación de varias plantas de oxígeno para dotar de este elemento esencial ante la pandemia del COVID-19.
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