Luego de dos años de restricción debido a la pandemia del COVID-19, la Iglesia en Chile volvió a celebrar en forma presencial la fiesta de Cuasimodo este 24 de abril.
La multitudinaria fiesta de piedad popular, que comenzó a mediados del siglo XIX en la zona central de Chile, se celebra el segundo domingo de Pascua y consiste en llevar a Jesús Eucaristía a los enfermos y postrados a sus casas e instituciones que los acogen.
La fiesta se caracteriza por el color blanco y amarillo que usan los orgullosos “cuasimodistas” en su trajes, banderas y estandartes. En algunos casos van montados en caballos, otros en bicicletas, carretas y otros vehículos, sirviendo de escolta al sacerdote que porta la Eucaristía al interior de una carroza.
Luego de las medidas sanitarias que obligaron a suspender esta tradicional fiesta patrimonio inmaterial de Chile y única en el mundo, miles de jinetes y fieles se reunieron para celebrar en gran parte de las comunidades en Chile.
El Arzobispo de Santiago, Cardenal Celestino Aós, presidió el Cuasimodo en la comuna de Renca y fue acompañado por unos 800 cuasimodistas.
Al detenerse en la capilla Nuestra Señora de Guadalupe, el Cardenal Aós manifestó que cada cristiano tiene que convertirse “en una custodia viviente que lleve a todas partes la presencia del Señor”.
En ese sentido, pidió ser “personas de paz, personas de diálogo y que nos puedan señalar diciendo: ‘Mirad cómo se quieren, cómo saben tratarse, cómo cuidan a sus enfermos, mirad cómo cuidan y valoran la vida de sus hijos, incluso todavía en el seno de sus madres”.
Desde otro lado de Santiago, la parroquia Santa Rosa de Lo Barnechea llevó a Jesús Sacramentado a los enfermos de la comunidad. Luego concluyeron la actividad con una Misa, desde el rodeo de la comuna, presidida por el párroco P. Iván Paz.
A su turno, el P. Claudio Fuenzalida, párroco la Inmaculada Concepción en Pichilemu, Diócesis de Rancagua, explicó que salieron a visitar cerca de 40 enfermos del sector urbano.
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