Al finalizar la Audiencia General de este miércoles 6 de abril, el Papa Francisco mostró una bandera ucraniana que viajó desde “la ciudad martirizada de Bucha”, saludó a niños refugiados y les entregó regalos de Pascua.
En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco recordó a las víctimas de la guerra: “Las recientes noticias sobre la guerra en Ucrania, en lugar de traer alivio y esperanza, muestran una nueva atrocidad, como la masacre de Bucha”, dijo el Papa Francisco refiriéndose a los crímenes de guerra perpetrados por los soldados rusos en esta ciudad ucraniana.
“Crueldad siempre horrible, realizada también contra civiles, mujeres y niños desarmados. Son víctimas cuya sangre inocente grita hasta el cielo e implora que se ponga fin a esta guerra”, señaló.
“Que se silencien las armas, que se deje de difundir muerte y destrucción, recemos juntos por esto”, pidió el Papa Francisco.
A continuación, el Santo Padre mostró a los fieles presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano una bandera que llegó a Roma desde Bucha, la ciudad cercana a Kiev donde los rusos han dejado numerosos cuerpos sin vida por las calles.
“Ayer de Bucha me trajeron esta bandera”, dijo Francisco antes de ponerse en pie para sujetar la bandera ucraniana desgastada con una cruz en el centro y la frase en ucraniano: "4º cosacos del centenar celestial (de Maidan)", lo que significa que era la bandera de un batallón de voluntarios hecho por gente que también estuvo presente para defender el Maidan en 2013 y 2014.
“Esta bandera viene de la guerra, de la ciudad martirizada de Bucha”, subrayó el Papa.
Más tarde, el Papa Francisco llamó a un grupo de niños refugiados ucranianos que llegaron a Roma huyendo de los horrores de la guerra. “También hay aquí algunos niños ucranianos, saludémosles y recemos juntos con ellos”.
Los niños y sus madres se acercaron al Papa, sujetando un pequeño cartel donde aparecía la bandera de Ucrania, la de Italia y unas manos extendidas como símbolo de paz.
Tras acariciar a los niños y hablar brevemente con una de las madres, el Papa les hizo entrega de unos huevos de Pascua.
El Santo Padre, después de besar la bandera, explicó que estos niños “han tenido que huir y llegar a una tierra extraña. Este es uno de los frutos de la guerra. No los olvidemos, y no olvidemos al pueblo ucraniano”.
“Es duro ser erradicado de la propia tierra por una guerra”, concluyó el Papa.
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