El Papa Francisco dedicó la catequesis de este miércoles al tema de la ancianidad y la vejez y centró la reflexión en el pasaje bíblico sobre Rut y “Noemí, la alianza entre las generaciones que abre el futuro”.
Durante la audiencia general, el Papa Francisco explicó que “la parábola de Rut ilumina la belleza de los vínculos familiares: generados por la relación de pareja, pero que van más allá del vínculo de pareja. Vínculos de amor capaces de ser igualmente fuertes, en los cuales se irradia la perfección de ese poliedro de los afectos fundamentales que forman la gramática familiar del amor”.
Porque el libro de Rut, que calificó como "una joya de la Biblia", “celebra el poder y la poesía que deben habitar los vínculos de generación, parentesco, entrega, fidelidad que envuelven a toda la constelación familiar. Y que se vuelven incluso capaces, en las coyunturas dramáticas de la vida de pareja, de llevar una fuerza de amor inimaginable, capaz de relanzar la esperanza y el futuro”.
Rut y Noemí eran nuera y suegra, ambas viudas y Noemí había pedido a Rut que la abandonara. Pero Rut se negó a dejarla sola.
“Sabemos que los lugares comunes sobre vínculos de parentela creados por el matrimonio, sobre todo entre suegra y nuera, hablan contra esta perspectiva. Pero, precisamente por esto, la palabra de Dios se vuelve valiosa. La inspiración de la fe sabe abrir un horizonte de testimonio contra los prejuicios más comunes, un horizonte valioso para toda la comunidad humana”, subrayó.
Además recordó que “la suegra es un personaje mítico, no digo que la pensemos como si fuera el diablo, pero siempre se le piensa mal. Y la suegra es la madre de tu esposo, la madre de tu esposa. Pensamos este dicho de que la suegra cuanto más lejos mejor. Pero es madre y es anciana. Y una de las cosas más bonitas para los abuelos es ver a los nietos, los hijos de los hijos, porque los hacen revivir”.
También animó a cuidar la relación que con las suegras, “aunque a veces son especiales, pero han dado la maternidad al cónyuge, han dado todo. Al menos hacerles felices y que lleven adelante la ancianidad con felicidad. Y si tienen defectos, que se los corrijan”.
“A las suegras os digo: cuidado con la lengua, que es un pecado de las suegras. Estad atentas”, subrayó.
Además el Papa también habló sobre “la alianza valiosa de las generaciones” y cuando “la juventud da entusiasmo a los ancianos”. Por eso pidió que los jóvenes hablen con los abuelos, para que se establezca entre ellos “un puente, porque es una corriente de salvación y felicidad”.
Y pidió también “que el Señor nos ayude a crecer en armonía a las familias, una armonía constructiva que va de los ancianos a los jóvenes, un precioso puente que debemos custodiar y guardar”.
Durante los saludos en las distintas lenguas, el Papa también animó a “superar las barreras de la desconfianza y reconstruir vínculos de amor y respeto en la sociedad”.
A continuación la Lectura del libro de Rut.
En aquel tiempo Noemí dijo a sus nueras: “Vuélvanse, regresen cada una a su casa materna”. Pero Rut le respondió: “No me pidas que te deje, que regrese o que no te siga más. Porque iré donde quiera que tu vayas y viviré donde quiera que tu vivas. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Ni siquiera la muerte será capaz de separarnos porque moriré y seré enterrada donde mueras tu”. Palabra de Dios.
Publicar un comentario