La Arquidiócesis Primada de México expresó su confianza en el interés de las autoridades civiles por la restauración de la iglesia de la Santa Veracruz, que sufrió un incendio el 30 de agosto.
En diálogo con ACI Prensa el 2 de septiembre, el P. Salvador Barba, director de la dimensión de Bienes Culturales de la Arquidiócesis Primada de México, señaló que hay “un interés total” de parte de las autoridades federales y de la Ciudad de México para restaurar el templo.
Explicó que la iglesia de la Santa Veracruz ya sufría problemas estructurales desde el sismo del 19 de septiembre de 2017, pero el incendio “agravó un poco la situación estructural de la torre”.
Precisamente a causa de los daños del sismo de 2017 el templo se encontraba cerrado al culto hasta que fuera restaurado.
En un comunicado publicado el 31 de agosto, las autoridades federales y de la Ciudad de México anunciaron que trabajarán en un “plan de acción inmediato” para la restauración de la iglesia de la Santa Veracruz.
La construcción de la iglesia de la Santa Veracruz se remonta a mediados del siglo XVI, por iniciativa de la archicofradía de la Cruz formada por el conquistador español Hernán Cortés.
A mediados del siglo XIX los templos y demás bienes de la Iglesia Católica en México fueron nacionalizados y pasaron al poder del Estado a causa de la “Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos”, expedida por el entonces presidente, Benito Juárez. Recién desde 1992, en que se restablecieron las relaciones con el Estado después de más de un siglo de tensiones, la Iglesia puede poseer templos.
Sin embargo, los templos construidos hasta 1992 son considerados propiedad de la Nación.
El P. Barba explicó que la hipótesis que manejan sobre el origen del incendio es un accidente causado por las personas sin techo que se guarecían en el templo, que podrían haber encendido una fogata para protegerse del frío.
El incendio, señaló, dañó “el órgano monumental del coro, se afectó todo el coro, algunos vitrales salieron dañados y un poco el calor y el humo dañó un poco de las cúpulas”.
El sacerdote explicó que la restauración de este y otros templos dañados en México no es algo sencillo, pues “las empresas especializadas están rebasadas”, porque el sismo no solo afectó a la capital mexicana, y “por ser patrimonio histórico y artístico no se trata simplemente de poner ladrillos o rellenar, porque es material de época. A muchos de ellos se les adosó concreto y todo, y eso fue lo que le hizo un daño”.
Para el P. Barba hubo un descuido en el “mantenimiento preventivo” en los templos, tanto por parte del Estado como de la Iglesia.
“Hay un interés de todos”, insistió. “Había un proceso, (el incendio) lo aceleró y espero y quiero que se estén moviendo y se van a mover para pronto terminar el proyecto. Ya con el proyecto en la mano entra el dinero” para la restauración, dijo.
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