Con la consagración del monje cisterciense y escritor espiritual, P. Erik Varden, la Iglesia Católica en el centro de Noruega volverá a tener un obispo después de 11 años.
Este sábado 3 de octubre, el P. Varden, de 46 años, será consagrado obispo en la Catedral de San Olav en Trondheim, con lo que se convertirá en el primer obispo de la prelatura luego de 11 años, y el primero nacido en Noruega. Sus cinco predecesores fueron alemanes.
In extremely rare move, Pope Francis has appointed a Trappist monk Fr. Erik Varden (46), Abbot of Mount St. Bernard Abbey in Leicestershire as Bishop of Trondheim, Norway. pic.twitter.com/9lKKpjQvsx
— Rich Raho (@RichRaho) October 1, 2019
El obispo electo señaló a CNA – agencia en inglés del Grupo ACI - que fue “recibido con amabilidad y calidez” y que espera poder conocer pronto a todos los fieles de la Prelatura de Trondheim.
La prelatura se extiende por más de 35 mil kilómetros y sirve a unos 15 mil católicos. Los medios locales han resaltado el sorprendente crecimiento de la Iglesia en Noruega.
“Hablar de un ‘boom’ es quizás algo tendencioso, pero ciertamente se encuentra en un estado de crecimiento numérico, principalmente por la inmigración”, dijo el P. Varden.
El sacerdote indicó que el catolicismo noruego “es extraordinariamente internacional e intercultural” y resaltó que es una “hermosa paradoja” que tal nivel de catolicidad se encuentre en una prelatura tan grande.
“Es un desafío para todos hacer que este crecimiento dé fruto en la unidad, la caridad y la santidad”, agregó.
El P. Varden fue abad de Mount St. Bernard en Leicestershire (Inglaterra) de 2015 a 2019, donde supervisó la primera incursión de la abadía en la elaboración de cerveza en 2018.
El sacerdote nació en una familia luterana en el sur de Noruega, pero se convirtió al catolicismo a la edad de 19 años. Se unió a la comunidad monástica cisterciense de la Estricta Observancia en la abadía inglesa en 2002, y fue ordenado sacerdote en 2011.
Después de convertirse en trapense, estudió en Cambridge y Roma. También fue profesor de lengua siríaca, historia monástica y antropología cristiana en el Pontificio Ateneo de San Anselmo en Roma de 2011 a 2013.
Su consagración como obispo se retrasó por problemas de salud a inicios de 2020 y se llevará a cabo un año después de ser nombrado por el Papa Francisco en 2019.
El P. Varden señaló que “es raro que los cistercienses se conviertan en obispos, pero ha sucedido en varios momentos de la historia de la Iglesia; incluso aquí en Trondheim, hay varios monjes en el linaje de los obispos medievales”.
Siendo uno de los prelados más jóvenes del mundo, el nuevo obispo indicó que es “¡una condición relativa! El tiempo se ocupa de ello inexorablemente”.
El P. Varden, que es músico con experiencia en el canto gregoriano y ha publicado libros y artículos sobre espiritualidad y vida monástica, indicó que está “profundamente convencido de que la tradición contemplativa tiene mucho que ofrecer a la Iglesia en su conjunto”.
“Ser contemplativo es esforzarse con valentía por pasar de lo parcial a lo total. San Benito habla del ensanchamiento del corazón que se logra si realmente nos esforzamos por seguir los mandamientos de Cristo”, indicó.
El sacerdote agregó que San Benito, “hacia el final de su vida vio, según nos dice Gregorio el Grande, el mundo entero en un solo rayo de luz. Este alto objetivo indica una aspiración vital para todos nosotros”.
El P. Varden señaló que está “impresionado, inspirado y desafiado por la insistencia del Santo Padre en la alegría del Evangelio”.
“Esta alegría no es un sentimiento superficial, sino una respuesta existencial a un regalo inmenso, inmerecido y siempre sorprendente”, explicó. “Ser capaz de tal alegría es ser consciente de la pobreza y la necesidad de uno; es tener un corazón vulnerable y abierto, que anhela la comunión, que la alegría llama a ser compartida” añadió.
“¡Qué maravillosa vocación y tarea es esta! ¡Y qué desafío vivificante tratar de edificar la Iglesia como el Cuerpo de Cristo de tal manera que, según el deseo de Jesús, nuestro gozo ‘sea pleno’!”, concluyó.
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.
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