La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) anunció la reapertura de las iglesias para la celebración de los sacramentos a partir de octubre y pidió a los fieles retomar la vida de fe comunitaria de manera gradual con caridad y responsabilidad.
El 26 de septiembre, en un comunicado, el Episcopado indicó que a partir del domingo 4 de octubre se podrá impartir los sacramentos con las medidas de bioseguridad necesarias y pidió respetar las indicaciones “prescritas por la Organización Mundial de la Salud y los especialistas independientes”.
Los obispos recordaron que el 24 de mayo, frente a la pandemia de coronavirus y “la fragilidad y vulnerabilidad en la que se encontraba el sistema de salud público”, se decidió instaurar una cuarentena “por amor a nuestro pueblo nicaragüense y por respeto a la vida humana”.
El Gobierno de Nicaragua no adoptó medidas frente al ingreso del coronavirus al país, por lo que no se estableció el confinamiento, ni cerrado las fronteras para evitar el aumento de los contagios.
Según reportes oficiales, el país registra un total de 5.073 contagiados y 149 muertos por la enfermedad. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano COVID-19 informa de al menos 10 mil casos y 2.735 fallecidos.
Los prelados indicaron que han orado y reflexionado en el dolor que sufren muchos nicaragüenses por la pandemia, y expresaron su agradecimiento, solidaridad y oraciones para “que el Jesús sufriente conforte sus corazones”.
Además, señalaron que han escuchado el clamor del pueblo católico que “anhela volver a experimentar la cercanía de una comunidad que es inseparable de nuestra constitución humana”.
La CEN resaltó que han hecho un seguimiento de la pandemia y en respuesta a “las recomendaciones de la sagrada congregación para el culto divino”, que recuerda que “ninguna transmisión es equiparable a la participación personal”, han asumido el reto con “temor y temblor” de volver a impartir los sacramentos.
El Episcopado señaló que cada obispo tiene la potestad de indicar normas propias para la reapertura de las iglesias de su jurisdicción y pidieron “a todos los católicos que con caridad y responsabilidad fraterna retomemos nuestra vida de fe comunitaria, de manera gradual”.
“Encomendamos esta nueva etapa de nuestra historia bajo la protección de la Inmaculada Concepción de María”, concluyeron.
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