Los ángeles son seres espirituales creados por Dios para alabarlo y colaborar con Él. En esta nota te contamos algunos datos importantes sobre estos seres que no son míticos sino reales.
En una nota publicada en el blog de la comunidad brasileña Cançao Nova titulada “Aprendiendo más sobre los ángeles”, Daniel Gesualdo explica que desde el origen de la vida de cada hijo de Dios, este tiene un ángel, el ángel de la guarda o ángel custodio.
“Este ángel, que nos ha sido dado, tiene una misión de suma importancia que es llevarnos a la eternidad con Dios. Sabemos que cada uno de nosotros nace para la eternidad pero nuestra vida puede ser la eternidad con Él o sin Él. De cualquier manera a nuestro lado está nuestro ángel de la guarda”, indica Gesualdo.
Ellos "vieron cómo Satanás fue expulsado del cielo cuando este se rebeló contra Dios. Ellos han sido testigos oculares de eso”, prosiguió.
Además, “pasaron por la prueba de escoger o no a Dios. Eso es algo bueno para ser meditado”, agregó.
A la pregunta sobre si el ángel de la guarda fue creado por Dios cuando uno nace, Danilo Gesualdo dice que “la respuesta es no. Todos los ángeles que hacían falta, por voluntad de Dios, fueron creados cuando Dios los pensó. Es como si, en un único acto, Dios creó a los miles de ángeles que existen hasta hoy. Dios no los creó después, en otro momento, y tampoco los crea hoy en día”.
“Cuando un hijo de Dios nace, esos ángeles son destinados a ser un ángel de la guarda. Así sucedió conmigo y contigo”.
Danilo Gesualdo también hace un breve recuento sobre lo que dicen algunos santos sobre los ángeles.
San Juan de la Cruz enseña que “los ángeles son nuestros pastores, ellos no solo llevan a Dios nuestros mensajes, como nos traen también los de Dios. Ellos alimentan nuestras almas con suaves inspiraciones y comunicaciones divinas. Dios se vale de ellos para comunicarse con nosotros. Como buenos pastores, nos protegen y nos defienden contra los lobos, es decir contra los demonios”.
San Hilario decía que “los ángeles nos ayudan en nuestra lucha para mantenernos fuertes contra los poderes del mal (…) Los espíritus puros fueron enviados para el rescate de la raza humana. Si los ángeles no viniesen en nuestra ayuda, no podríamos resistir a los ataques de los espíritus malignos”.
San Juan María Vianney decía que “si estás imposibilitado para orar, cobíjate detrás de tu buen ángel y encárgale rezar en tu lugar”.
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