En medio de la Guerra Fría, la Unión Soviética avanzó a pasos agigantados en su propio programa espacial, y se rumoreaba que llegaría a la Luna antes que Estados Unidos. La NASA impulsó su programa a toda velocidad.
La misión sobre la que descansaban las aspiraciones lunares de Estados Unidos, el Apolo 8, era ambiciosa. El cohete que planeaban usar nunca antes había llevado una tripulación, y una misión de prueba no tripulada reciente, el Apolo 6, había fallado.
La misión fue un logro asombroso que emocionó al mundo, ya que la posibilidad de tocar y atravesar la superficie lunar se hizo aún más real. Y para julio de 1969, los astronautas del Apolo 11 harían precisamente eso.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente el 26 de diciembre de 2022 en CNA. Ha sido actualizado para su republicación.
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