Instó por ello a permanecer “vigilantes contra el fijismo de la ideología que, a menudo, bajo la apariencia de buenas intenciones, nos separa de la realidad y nos impide caminar”.
Además, aseguró que el discernimiento comienza “desde lo alto”: “cuando el servicio que realizamos corre el riesgo de aplanarse, de ‘laberintear’ en la rigidez o en la mediocridad, cuando nos encontramos enmarañados en las redes de la burocracia y del ‘salir del paso’, acordémonos de mirar hacia lo alto, de recomenzar desde Dios, de dejarnos iluminar por su Palabra, de encontrar siempre el valor para volver a empezar”.
“Hace falta valor para caminar, para avanzar más allá. Es una cuestión de amor”, señaló el Santo Padre. También explicó que la dificultad hoy en día “consiste en transmitir la pasión a quienes hace tiempo la perdieron” y precisó que “sesenta años después del Concilio, seguimos debatiendo sobre la división entre ‘progresistas’ y ‘conservadores’, mientras que la diferencia central está entre ‘enamorados’ y ‘acostumbrados’. Esta es la diferencia. Y sólo caminan los que aman”, afirmó
Por último, agradeció a los miembros de la Curia romana por su trabajo, sobre todo aquel realizado “en el silencio” y les pidió también no perder el sentido del humor.
Publicar un comentario