La Familia Grande de los Hogares de Cristo continúa su peregrinación por Argentina y llegó este fin de semana a Rosario, región donde se vive una situación dramática a causa del narcotráfico.
Acompañados por la imagen peregrina de la Virgen de Luján, que el Papa Francisco bendijo en 2013 durante su visita a Brasil, los Hogares de Cristo celebran 15 años de trabajo en la recuperación y prevención de adicciones.
La peregrinación tiene el lema “Ni un pibe menos por la droga”.
La llegada de la peregrinación de los Hogares de Cristo fue ocasión para celebrar una Misa, y también se llevó a cabo una marcha por las calles.
La marcha tuvo como destino el Monumento Nacional a la Bandera, donde el fundador de los Hogares de Cristo y referente de la Pastoral de las Villas, P. José María “Pepe” Di Paola, dirigió unas palabras.
“El Hogar de Cristo es el territorio, es llegar a ese barrio y darle respuestas a ese pibe que está en consumo y decirle: ‘sos de esta comunidad, sentate en la mesa, sos parte de esta familia’”, afirmó el sacerdote.
Además, destacó que desde los Hogares hacen un abordaje integral, porque consideran que las vidas no se arreglan solamente “dejando la sustancia”, sino que a los jóvenes hay que darles “la posibilidad de soñar con una vida y desarrollar las capacidades que Dios les regaló”.
Por eso, destacó la importancia de toda la comunidad en “la capacitación para el trabajo, su salud, el peso de revincularse con la familia”.
El domingo, los peregrinos visitaron cinco dispositivos de la Comunidad Padre Misericordioso con el objetivo de motivar y alentar a no optar por las drogas y sí por la educación y la recreación. Como cierre de la visita, se presentó un festival.
El drama del narcotráfico en Rosario
En la última década se cometieron en Rosario más de 2300 homicidios, consecuencia de una ola de violencia vinculada a la “guerra narco”.
En 2020, solo en Rosario se produjo el 9% de asesinatos de todo el país, según informa el Diario La Nación.
Hasta septiembre, los homicidios de 2022 ascendían a 221. En los primeros cuatro meses, la cifra de personas asesinadas igualaba a la de muertes por causas violentas en todo 2010.
En abril, el Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Martín, declaró a la prensa local: “En Rosario lo que más aflige es la violencia urbana, sobre todo por la pérdida de vidas, las muertes de adolescentes víctimas de esa violencia, el tráfico de armas, los sicarios. Pasan los años y las cosas no mejoran”.
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