Tres sacerdotes católicos compartieron una reflexión con ocasión de la celebración de la Navidad, y explicaron cómo se puede y debe vivir esta celebración los 365 días del año.
En el episodio 10 del programa #RedDeRedes, de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), los sacerdotes españoles Antonio María Domenech, Francisco “Patxi” Bronchalo y Jesús Silva advirtieron sobre el consumismo y la importancia de compartir con los más próximos con ocasión de la celebración del nacimiento de Cristo.
El P. Silva señaló que “hay una cosa que no aguanto, que es lo de ‘el espíritu de la Navidad’”, que es “una especie de espíritu el que de repente la gente en Navidad está como más feliz, como más ‘happy’”,
“Vamos a ayudar más al pobre y comemos chocolate y nos queremos mucho y la gente te sonríe”, ironizó, y precisó que debemos ser “así todo el año, no solamente 15 días”.
“En el fondo, es una especie de edulcoramiento y acaramelamiento de una época del año en la que no sé muy bien qué se celebra, pero todo el mundo es jo, jo, jo y tonterías de esas”.
“No vamos a ver la esencia de la Navidad, es el misterio de que Cristo se encarna y nace por nosotros”.
El P. Silva subrayó que si bien “ees un tiempo de alegría, de familia, de fiesta, es verdad”, no se vale “ser bueno solamente 15 días al año y el resto del día ir con cara de perro aborrecido por la calle o por el metro”.
“Cristo se encarna y celebramos un momento concreto ese hecho, pero Cristo se encarna todos los días”, precisó.
Por su parte, el P. Bronchalo advirtió sobre el peligro de “perder ese sentido y quedarnos en el espíritu de la Navidad”.
“Quedarnos en las luces, quedarnos en los adornos, quedarnos en un espíritu fraterno que luego para qué vale si nos metemos los cuchillos”, señaló.
El testimonio cristiano en Navidad
El P. Bronchalo también destacó la importancia de dar testimonio en la celebración de la Navidad, y eso incluye bendecir la mesa, cantar villancicos “con una letra cristiana” y asistir a Misa.
“Nosotros somos los primeros que tenemos que dar testimonio en un ambiente donde la gente está encantada por ese espíritu de la Navidad, pero se está quedando en la superficie. Y en cuanto rascas, está Dios. Hay que hablar de Dios”, señaló.
El P. Domenech indicó que en ocasiones “este espíritu de ayudar al pobre” en Navidad, puede tapar “la conciencia”, pues alguno puede pensar que “ya no tiene que dar nada a nadie, y luego está esperando la comida de Navidad para echar en cara a la familia todo lo que ha pasado durante el año”.
“No, perdón, la caridad cristiana por la venida de Cristo empieza por los más cercanos, que son los próximos. Entonces, si tú tienes la ocasión de estar con tu familia el día de Navidad, que yo a lo mejor no la tengo, aprovéchala y da lo mejor de ti”.
“Porque, como les cuides a ellos le estás tratando a Jesús”, señaló.
El P. Domenech advirtió sobre el peligro de preocuparse sobre guerras en otros países y al mismo tiempo olvidarnos “de lo que está sucediendo en nuestra casa, porque hemos estado viviendo en guerras rezando todos por la paz”.
“Y si nosotros tuviéramos las armas que tienen otros, las propiedades que tienen otros y las pretensiones que tienen otros, a lo mejor haríamos más guerra que ellos”, lamentó.
El P. Silva indicó que en ocasiones a causa del consumismo perdemos “lo esencial de la Navidad” y “a veces nos olvidamos de la gente que sufre, de la gente que está pasando mal y no solo en Navidad, insisto, todo el año, o ponemos lo material por encima de todo”.
“O estamos más pendientes de cómo va a salir la cena que de ir a la Misa de gallo, por ejemplo. O tengo familia en casa, entonces no puedo ir a Misa el día 25 porque tengo que hacer la comida”, señaló.
“Atentos a las pobrezas”
El P. Silva recordó también la importancia de velar por el “más próximo”, entre ellos “tu abuela a la que no vas a ver, como puede ser tu madre a la que hace un montón no tienes un detalle con ella”.
También se encuentra aquella mujer que se queda embarazada y acoge “esa vida igual que Cristo se hizo carne, se hizo hombre”.
“Y vemos el Niño Jesús ahí con las figuras tan bonitas, ‘ay qué bonita la Navidad, el Niño Jesús’. Al final acoger a Jesús que nace es también acoger al niño no nacido y ser capaz de llevar adelante esa vida, aunque no me venga bien, aunque sea inesperada, aunque haya mil excusas para quitarla de en medio”.
El P. Bronchalo señaló que en ocasiones al hablar de los pobres “pensamos en el que está tirado en la calle con la lata, pidiendo” y no en “la pobre abuela que no la van a visitar nunca los hijos”.
“La Navidad nos hace revivir esto: Cristo se ha hecho hombre para que el hombre sea como Dios. Pues atentos a las pobrezas, pero esto es algo para vivir todo el año continuamente”, resaltó.
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