El Papa Francisco afirmó sentirse personalmente concernido en la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo. Así lo afirmó este jueves 8 de octubre en la audiencia que concedió a miembros de Moneyval, el Comité de Expertos del Consejo de Europa.
El Santo Padre señaló que ese doble objetivo “está estrechamente vinculado a la protección de la vida, a la coexistencia pacífica del género humano en la tierra y a una finanza que no oprima a los más débiles y necesitados: todo está concatenado”.
En su discurso, el Obispo de Roma insistió en la necesidad de “replantearnos nuestra relación con el dinero”, una necesidad a la que ya había apuntado en la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium.
Francisco lamentó que “en ciertos casos parece que hayamos aceptado el predominio del dinero sobre el hombre”.
Advirtió que, “a veces, con tal de acumular riqueza, no se presta atención a su origen, a las actividades más o menos lícitas que la han originado y a la lógica de explotación que puede subyacer a ella”.
En ese sentido, invitó a estar vigilantes, porque puede suceder que “se toque el dinero y las manos se manchen de sangre, la sangre de los hermanos”.
“O, también, puede suceder que los recursos financieros se destinen a sembrar el terror, para afirmar la hegemonía del más fuerte, del más prepotente, del que sin escrúpulos sacrifica la vida de su hermano para afirmar su poder”.
En ese sentido, puso de relieve las medidas impulsadas por la Santa Sede contra los delitos financieros: “Las políticas contra el blanqueo de dinero y de lucha contra el terrorismo constituyen un instrumento para vigilar las corrientes financieras, que permiten intervenir cuando surjan dichas actividades irregulares o incluso delictivas”.
Recordó que “el ordenamiento vaticano también ha adoptado recientemente algunas medidas sobre la transparencia en la gestión del dinero y para combatir el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo”.
“El 1 de junio pasado se promulgó un Motu Proprio para una gestión más eficaz de los recursos y para promover la transparencia, el control y la competencia en los procedimientos de adjudicación de contratas públicas”.
“El 19 de agosto, una orden del Presidente de la Gobernación sometía a las organizaciones de voluntarios y a las personas jurídicas del Estado de la Ciudad del Vaticano a la obligación de informar sobre actividades sospechosas a la Autoridad de Información Financiera”.
Por último, abogó por “la protección de una ‘finanza limpia’, en el ámbito de la cual se impida a los ‘mercaderes’ especular en ese templo sagrado que es la humanidad, según el amoroso plan del Creador”.
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