El Papa Emérito, Benedicto XVI, se distanció de la Comunidad de Católicos Integrados (IG por sus siglas en alemán), grupo con el que mantuvo estrechos vínculos durante décadas, pero que ahora está bajo investigación canónica por abuso psicológico sobre sus miembros.
Según informó la revista alemana “Herder Korrespondenz”, el Papa Emérito tomó esta decisión el pasado 25 de octubre.
Según afirma la publicación alemana, Benedicto XVI habría declarado que “obviamente no fui informado sobre algunas cosas de la vida interna de IG, incluso se me ha engañado, lo cual lamento”.
El ahora Papa Emérito otorgó a este grupo el reconocimiento eclesiástico cuando fue Arzobispo de Munich y Freising, entre 1977 y 1982.
La agencia en alemán del grupo ACI, CNA Deutsch, informó de que Benedicto XVI aseguró que “al principio no me di cuenta de que en el intento de moldear integralmente elementos de la vida cotidiana desde la fe, también podían producirse terribles distorsiones de la fe”.
“Lamento profundamente que esto haya transmitido la impresión de que todas las actividades de la comunidad han sido aprobadas por el Arzobispo”, señaló.
La Comunidad Católica Integrada se fundó en 1948 con la intención, según su propia descripción, de ser “un lugar para un cristianismo luminoso e íntegro”.
La Comunidad obtuvo el reconocimiento eclesiástico en 1978 por parte de los Arzobispos de Paderborn y Munich. En 1985 se estableció como asociación pública para creyentes cristianos bajo el derecho canónico.
En noviembre de 2019, la Archidiócesis de Munich y Freising publicó un informe interno en el que antiguos miembros del grupo describían intervenciones en su vida privada.
Estas intervenciones incluían la elección del lugar de residencia y el número de hijos por cada familia, así como actos de presión psicológica sobre los familiares.
Un portavoz de la Archidiócesis de Munich y Freising informó que la decisión de investigar a la comunidad en mayor profundidad se adoptó después de que el IG obtuviera la confirmación por parte del Arzobispo de un presidente de su comité ejecutivo. Este paso, el cual se requiere a las asociaciones públicas de la Iglesia, tuvo lugar en noviembre de 2010.
Además, la Archidiócesis se puso en contacto con antiguos miembros que realizaron acusaciones contra el grupo.
Al mismo tiempo, el portavoz dijo que “estas conversaciones continúan en la actualidad y sus resultados, por el momento, se están incluyendo en el informe provisional de la visita. En las dos reuniones celebradas en 2016 y 2018, celebradas entre antiguos miembros y la Archidiócesis, no participó ningún miembro activo de IG, a pesar de que fueron invitados”.
En noviembre de 2019, un antiguo miembro de la Comunidad mostró su satisfacción por la investigación y declaró a CNA Deutsch que “era un golpe de buena fortuna y una bendición para la Iglesia y para los últimos miembros de IG, por los que sólo se puede sentir lástima”.
Sobre las posibles consecuencias a un hipotético rechazo por parte del grupo a contribuir a aclarar la situación, la Archidiócesis afirmó que a IG, como asociación pública de la Iglesia, se le puede reclamar que coopere con los visitadores.
“Si lo continúa evadiendo en el futuro, tomaremos medidas adecuadas que podrían llegar hasta la disolución”, afirmó el portavoz de la Archidiócesis.
En el sitio de internet de IG, que en la actualidad aparece deshabilitada, la comunidad describía las acusaciones del informe interno como “completamente infundadas”.
Según la revista “Herder Korrespondenz”, un miembro del grupo afirmó que la comunidad habría decidido cesar por completo sus “actividades como asociación de la Iglesia”. Sin embargo, la investigación de la publicación alemana muestra que el grupo tiene pensado continuar sus actividades “bajo una nueva forma legal”.
Publicar un comentario