“Los pasillos de los hospitales están abarrotados de heridos, enfermos y moribundos; las morgues están desbordadas; se hacen cirugías sin anestesia; decenas de miles de desplazados se refugian en hospitales; las familias desesperadas por comida y agua están hacinadas en escuelas superpobladas”, lamenta.
En su discurso de este domingo, el Papa Francisco enfatizó que “todo ser humano, ya sea cristiano, judío, musulmán, de cualquier pueblo o religión, todo ser humano es sagrado, es precioso a los ojos de Dios y tiene derecho a vivir en paz”.
“No perdamos la esperanza: recemos y trabajemos incansablemente para que el sentido de humanidad prevalezca sobre la dureza de los corazones”, agregó.
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