El Papa Francisco advirtió a los cristianos contra la hipocresía dentro de la Iglesia, una actitud que consideró “particularmente detestable”. “Por desgracia, existe la hipocresía en la Iglesia y hay muchos cristianos y muchos ministros hipócritas”, lamentó.
Para explicar su enseñanza, el Santo Padre comentó durante la Audiencia General de este miércoles 25 de agosto en el Vaticano, la Carta de San Pablo a los gálatas, texto que está centrando sus catequesis de las últimas semanas.
En el fragmento analizado hoy, “Pablo menciona una corrección que le había hecho a Cefas, es decir, a Pedro, ante la comunidad de Antioquía”.
Pablo reprocha a Pedro su actitud porque, “para evitar que lo critiquen, hacía diferencias entre los cristianos que procedían del judaísmo y los que venían del paganismo, y esta actitud dividía injustamente a la comunidad. Con esta observación, san Pablo quiere advertir a los cristianos de Galacia que uno de los peligros en el cumplimiento de la Ley es la hipocresía”.
El Papa destacó que la sorprendente corrección de Pablo a Pedro no es una exageración San Pablo, no ha dejado demasiado espacio a su carácter sin saber contenerse, sino que “una vez más está en juego la relación entre la Ley y la libertad”.
La actitud de Pedro de distinguir entre cristianos procedentes del judaísmo y aquellos procedentes del paganismo era algo grave a los ojos de Pablo, “también porque Pedro era imitado por otros discípulos, el primero de todos Bernabé, que junto con Pablo había evangelizado precisamente a los Gálatas. Sin quererlo, Pedro, con esa forma de actuar, creaba de hecho una división injusta en la comunidad”.
“Pablo, en su reproche, utiliza un término que permite entrar en el fondo de su reacción: hipocresía. La observancia de la Ley por parte de los cristianos llevaba a este comportamiento hipócrita, que el apóstol pretende combatir con fuerza y convicción. ¿Qué es la hipocresía? Se puede decir que es miedo por la verdad”, señaló el Papa Francisco.
Cuando uno desarrolla una actitud hipócrita, continuó el Pontífice, “se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Fingir impide la valentía de decir abiertamente la verdad y así se escapa fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo. En un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía”.
“El hipócrita es una persona que finge, adula y engaña porque vive con una máscara en el rostro y no tiene el valor de enfrentarse a la verdad. Por esto, no es capaz de amar verdaderamente: se limita a vivir de egoísmo y no tiene la fuerza de demostrar con transparencia su corazón”.
La hipocresía “es como disfrazar el alma, disfrazar las actitudes, disfrazar el modo de proceder. No es la verdad. Tengo miedo de proceder como soy y me disfrazo con estas actitudes”.
Advirtió que “hay muchas situaciones en las que se puede verificar la hipocresía. A menudo se esconde en el lugar de trabajo, donde se trata de aparentar amigos con los colegas mientras la competición lleva a golpearles a la espalda. En la política no es inusual encontrar hipócritas que viven un desdoblamiento entre lo público y lo privado. Particularmente detestable es la hipocresía en la Iglesia”.
Finalmente, animó a no olvidar nunca las palabras de Cristo descritas en el Evangelio de San Mateo: “Sea vuestro lenguaje: ‘sí, sí’; ‘no, no’; que lo que pasa de aquí viene del Maligno”. El Papa aseguró que “actuar de otra manera significa poner en peligro la unidad en la Iglesia, por la cual el Señor mismo ha rezado”.
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