La comunidad salesiana recordó este jueves 26 de agosto la memoria litúrgica del Beato Ceferino Namuncurà, indio mapuche y hermano salesiano apodado el “Lirio de las Pampas”, que falleció a los 19 años mientras se formaba para ser misionero.
En la página de Facebook de la Agencia Info Salesiana (ANS), se recuerda que “la santidad de Ceferino, inspirada en el ejemplo de Santo Domingo Savio, es expresión y fruto de la espiritualidad juvenil salesiana, hecha de alegría, amistad con Jesús y María, cumplimiento de los deberes, entrega a los demás”.
“Ceferino quería estudiar, ser sacerdote y volver a su pueblo para contribuir al crecimiento cultural y espiritual de su gente, los mapuches, como había visto hacer a los misioneros salesianos. El Beato Ceferino es una invitación a creer en los jóvenes, incluso en los recién evangelizados y a descubrir la fecundidad del Evangelio”, añadió.
Ceferino nació el 26 de agosto de 1886 en Chimpay, en la Patagonia argentina; fue el sexto hijo del cacique Manuel Namuncurá.
El futuro beato era la esperanza de su tribu y fue enviado a una escuela salesiana en Buenos Aires donde pronto descubrió su vocación religiosa. Hecho hermano salesiano, anhelaba convertirse en sacerdote misionero para evangelizar a los suyos.
En 1987 pidió al P. Domingo Milanesio que lo llevara a estudiar para poder enseñar la fe a su pueblo. De esta forma, llegó en 1902 a Viedma y luego a Italia, donde conoció al Papa Pío X.
Sin embargo, en 1905 enfermó de tuberculosis y murió ese mismo año a los 19 años de edad en la isla de Tíber, en Roma.
La vida virtuosa de este joven indígena pronto se difundió por toda la región y en poco tiempo las conversiones de los araucanos habían aumentado considerablemente, su causa fue introducida en la Congregación para la Causa de los Santos y en 1972, Ceferino fue nombrado Siervo de Dios.
Fue beatificado en Chimpay el 11 de noviembre de 2007 por el Cardenal Tarcisio Bertone, entonces secretario de Estado del Vaticano y enviado por Benedicto XVI para la beatificación.
El milagro atribuido a la intercesión del beato mapuche fue la curación de una mujer argentina que tenía un cáncer de útero. La beneficiaria es natural de Córdoba y tenía 24 años cuando ocurrió el milagro.
La fiesta litúrgica de Ceferino se celebra cada 26 de agosto.
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